¿Se han preguntado alguna vez cuánto leen los ecuatorianos en promedio al año? Según la encuesta de hábitos lectores, prácticas y consumos culturales realizada por el Ministerio de Cultura y Patrimonio de Ecuador, la cifra es reveladora: un libro completo y dos incompletos al año.
Aunque otros países de la región tienen indicadores mucho más alentadores, este panorama evidencia un potencial aún por desatar en el país. Sabemos que el interés y la oferta cultural y literaria entre los ecuatorianos es bastante amplia, lo que abre una oportunidad para propiciar un cambio positivo en los hábitos de lectura.
Para alcanzar esta meta, no basta con enviar mensajes sobre la importancia de leer; se necesita facilitar el acceso a recursos literarios y que más personas puedan disfrutar de este maravilloso mundo. Uno de los principales desafíos en el fomento de la lectura en Ecuador es el acceso a los libros. La cobertura de librerías y bibliotecas no llega a todas las poblaciones del país. Además, la oferta de títulos puede ser insuficiente para los intereses y gustos de los ecuatorianos, dificultando la adquisición de material de lectura.
Sin embargo, gracias a la tecnología, hoy tenemos un poderoso aliado: el comercio electrónico. Este fenómeno no solo ha transformado la forma en que compramos productos y servicios, sino que también ha revolucionado el acceso a la cultura. El trabajo conjunto entre una gran cantidad de actores que habilitan la compra o venta de bienes y servicios en internet ha potenciado distintos sectores de la economía y ha acercado áreas como la lectura y la cultura a más personas.
Las librerías en línea ofrecen vastos catálogos con títulos para todos los gustos y necesidades, que pueden ser adquiridos desde la comodidad del hogar y recibidos en tiempos récord. Esta alternativa supera los límites geográficos y hace que la lectura sea más accesible y atractiva para todos, contribuyendo a construir una sociedad más informada, crítica y empática.
Esta tendencia ha demostrado ser una herramienta eficaz para fomentar el hábito de la lectura aún en tiempos de crisis. Las plataformas de venta de libros en línea no solo han mantenido a flote la industria editorial, sino que también han permitido a los lectores continuar explorando y disfrutando de la literatura desde la seguridad de sus hogares.
El comercio electrónico también ha abierto nuevas oportunidades para los autores y editoriales independientes. Publicar y distribuir un libro ya no está limitado a las grandes compañías. Los escritores pueden comercializar sus obras y llegar directamente a sus lectores a través de plataformas y programas de afiliados. Esto democratiza el proceso de publicación y permite que voces diversas y emergentes encuentren su audiencia sin los tradicionales obstáculos del mercado.
Por otro lado, las redes sociales y las plataformas de comercio electrónico han creado una sinergia en la promoción de la literatura. Los autores pueden interactuar con sus lectores a través de redes sociales, crear comunidades alrededor de sus obras y utilizar herramientas de marketing digital para aumentar su visibilidad. Las recomendaciones, las reseñas y los clubes de lectura en línea son solo algunas de las maneras en que internet está cambiando la dinámica de cómo descubrimos y compartimos libros.
El comercio electrónico además de impulsar la economía, enriquece el tejido cultural de Ecuador, llevando la magia del mundo de las letras a todo el país. Con cada entrega y libro adquirido, se fortalece el vínculo entre los ecuatorianos el conocimiento o el entretenimiento, abriendo puertas hacia un futuro más esperanzador y lleno de oportunidades. Al democratizar el acceso a la literatura estamos contribuyendo al desarrollo personal, académico y profesional de más y más personas.
(*) Country Manager de Buscalibre en Ecuador.
Last modified on 2024-10-03