El ministro del Ambiente y secretario nacional del Agua, Humberto Cholango, explicó a GESTIÓN cuáles son los planes a corto y mediano plazo para fortalecer el sistema hídrico del país. Para él, la construcción de infraestructura hídrica y estudiar la reserva hídrica subterránea es una prioridad. Actualmente, la apuesta está en el plan Agua para Todos que plantea mejorar los niveles de cobertura, consumo, saneamiento, el Plan Nacional de Riego y el tema de aguas residuales.
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¿Cómo evalúa la situación del sector hídrico en los últimos años?
El sector hídrico, a raíz de la Ley Orgánica de Recursos Hídricos o Ley de Aguas, ha tomado gran relevancia en el ámbito social, político y económico porque es un recurso estratégico para el desarrollo de nuestra nación y, en este sentido, tenemos muchas áreas de trabajo. Una es la conservación, cuidado y manejo de las cuencas hidrográficas. Es decir, de los humedales, de las lagunas, incluso estamos iniciando un estudio para saber cuánta reserva hídrica subterránea tenemos y empezar a trabajar en un nuevo balance hídrico porque eso es lo que se necesita en el país para una adecuada toma de decisiones.
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Sobre los proyectos de inversión que se están ejecutando en el sector desde la Secretaría Nacional del Agua, ¿cuáles son los considerados estratégicos? ¿Qué montos de inversión se tiene previsto para los proyectos? ¿Cuál es el estado de los mismos?
En el tema de inversiones tenemos datos tanto de la política pública como del último censo y de los planes de desarrollo de las provincias y cantones. Hemos cruzado la información y por ejemplo ahí detectamos que, en el agua de consumo y saneamiento, el Ecuador necesita aproximadamente $ 8.000 millones, pero también en el sector agrícola. Estamos terminando el Plan de Riego para el Ecuador que cuesta aproximadamente $ 5.000 millones. En el primer caso, el proyecto denominado Agua para Todos es indispensable porque 50% de la población rural toma agua sin ningún tipo de tratamiento. La infraestructura ha sido construida a base de mingas, cooperación internacional o con algún presupuesto asignado por municipios o instituciones privadas, pero la mitad de la población rural todavía toma agua sin tratamiento y esto genera desnutrición crónica que es 25% en el país. Solo para tratar enfermedades relacionadas con el agua en el país, se gasta al año alrededor de $ 310 millones o más. Entonces, frente a esta realidad, hemos planteado el proyecto Agua para Todos con una inversión programada de $ 2.000 millones y, en este contexto, junto con el Banco del Estado ya hemos firmado 68 proyectos en 62 municipios por $ 275 millones. Para la segunda fase tenemos previsto el desembolso de $ 224 millones en 280 proyectos. En el primer caso vamos a beneficiar a 1’800.000 personas y en el segundo caso a 1’300.000 personas. Hemos programado cuatro fases durante el Gobierno del presidente Lenín Moreno. Otra inversión a futuro es el Plan Nacional de Riego con los gobiernos provinciales.
Foto: Freepick.
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¿Cuál ha sido el comportamiento en el sector hídrico en lo que va del año? ¿Cómo se avizora su desarrollo hasta fines de año?
Tenemos sistemas estratégicos que están desarrollándose como Pesillo-Imbabura, en el norte del país, que da cobertura a las provincias de Imbabura y el norte de Pichincha. Con ese proyecto vamos a beneficiar a 280.000 personas y a 162 comunidades con una inversión de $ 53 millones. En este momento, el caso de Esmeraldas tiene ya 95% de obra física. Antes teníamos cuatro horas de agua y hoy tenemos 22 horas de abastecimiento, ojalá hasta finales de año podamos tener la cobertura de 24 horas y siete días a la semana. En el tema de riego estamos haciendo una inversión en Santa Elena, a través de la Empresa Pública del Agua, para abastecer agua de consumo a los cantones de Santa Elena y realizar una amplia cobertura de riego con el fin de reactivar el sector productivo en esta provincia. También hemos entregado viabilidades técnicas a proyectos que en este momento están en fase de negociación.
Nosotros como Secretaría del Agua no somos un ente ejecutor. Nosotros planificamos políticas públicas, buscamos, negociamos, pero la competencia por Ley en el tema de riego, en canales secundarios, corresponde a los municipios. Lo que nosotros hacemos es ubicar recursos, firmar convenios con los municipios y entregar subsidios si es el caso, pero el municipio ejecuta.
Por ejemplo, una de las condiciones que hemos puesto para ser beneficiarios del Estado es actualizar las tarifas de agua en cada uno de los cantones, que la licitación sea pública, no de régimen especial para que puedan participar todos los interesados en el concurso de ejecución de las obras.
4. ¿Cuál es el modelo de gestión utilizado para la contratación de estos proyectos de inversión (los que están en ejecución y los que se prevén a futuro)? (Alianzas público-privadas, cooperación internacional, etc.)
Tenemos tres ejercicios que estamos desarrollando en el tema de modelo de inversión: uno es una alianza público-privada que es con inversión de alguna empresa que quiera participar, pero los municipios eligen el camino y nosotros autorizamos. Por ejemplo, en el caso de Santo Domingo de los Tsáchilas autorizamos que pueda empezar una alianza público-privada y ya están ejecutando las obras. Otro de los modelos de gestión es la alianza público-público. Es decir: Gobierno Central y municipios manejan los fondos, licitan y ejecutan. Y la última alianza es la público-comunitaria con los sistemas de riego y de agua potable de las comunidades. Esta última a nosotros nos beneficia enormemente como Estado porque en estos sistemas se reduce el costo de la inversión. Las comunidades, a través de mingas, abren canales de riego, canales para tubería, salen a trabajar masivamente. Después, los sistemas son trabajados activamente por las comunidades o las juntas de agua que son las que empiezan dentro de esta alianza a cuidar y proteger todos los páramos, las fuentes de agua, las microcuencas y subcuencas. Entonces, esta alianza es uno de los puntos que estamos desarrollando y la gestión comunitaria es una realidad histórica en el país. Ecuador todavía tendría mucho más altos niveles de falta de agua porque el Estado no hubiera alcanzado a invertir todo para abastecer de líquido vital al país.
Foto: Freepick.
5. Si existen proyectos bajo la modalidad de contratación público-privada, nos puede comentar un poco más sobre el proceso, montos promedios de contratación, con quiénes se han realizado las alianzas, principales actores, etc.
Empezaré hablando del caso Pesillo-Imbabura que es una alianza público-comunitaria. Ahí está conformado un directorio con tres alcaldes, dos personas del sector comunitario que tienen voz y voto y una unidad ejecutora que es seleccionada con los más altos perfiles de especialistas para que puedan vigilar y supervisar la obra. Por ejemplo, la empresa que ganó la realización de esta obra fue Hidalgo-Hidalgo, entonces, esta alianza público-comunitaria además de generar mayor nivel de participación del ciudadano, mejora los niveles de transparencia porque ya no es una cosa de la autoridad o de la comisión técnica muy reducida, sino que son las comunidades las beneficiarias en última instancia las que están en esas decisiones con voz y voto. En lo que es la alianza público-privada en el caso del Municipio de Santo Domingo este tomó la decisión y ya hay una inversión que están desarrollando con la empresa Suez, de Francia. La misma está haciendo todo el trabajo de aguas residuales y nosotros como Senagua tenemos una alianza con Aguas de Valencia, de España, para mejorar la implementación de los sistemas secundarios de los multipropósitos.
6. ¿Cuál considera que es la prioridad en este momento para las inversiones del sector?
Consideramos que para invertir en el sector hay que invertir en la construcción de la infraestructura de agua. En el riego, solamente tres millones de hectáreas en el Ecuador son aptas para cultivo. De esos tres millones de hectáreas, 1’500.000 están bajo una infraestructura hídrica pero no tienen continuidad de agua, entonces es una de las dificultades que no le garantiza al agricultor sembrar durante todo el año porque, por ejemplo, en tiempos de sequía no tiene agua así tenga la tubería. 980.000 hectáreas están bajo riego continuo y eso nos demuestra que tenemos que construir infraestructura hídrica para modular el canal hídrico. Es decir, cosechar agua lluvia en tiempos de lluvia, construir embalses y tecnificación en el riego. Necesitamos enfrentar el cambio climático y todo el avance de la frontera agrícola. En estos últimos 30 años, 7% de agua en la Cordillera de los Andes se ha reducido. Entonces, por un lado, tenemos esta dificultad de falta de continuidad y por otro lado tenemos la reducción de caudal de agua: áreas que no están con cobertura de riego y ahí hay que empezar a invertir. De aquí a 2050, según todos los cálculos y estudios técnicos en Ecuador, vamos a necesitar en las 13 ciudades más importantes y grandes del país 50% más agua de la que se requiere actualmente. Esa es una de las cosas más preocupantes para nosotros. Hay que invertir de aquí hacia adelante en el tema de la infraestructura y también en campañas ciudadanas del cuidado y protección de cada gota de agua. La responsabilidad es enorme. Tenemos que tener una conciencia responsable del uso del agua porque sin agua todo se paralizaría. El tratamiento de aguas residuales es otro de los frentes en los que tenemos que invertir y trabajar.
Al momento, ya hemos otorgado la viabilidad técnica al proyecto Vindobona, de Quito, que después del aeropuerto y el Metro es el proyecto más grande. Va a ser de sur a norte, tendrá 26 km de túnel subterráneo que va a ir recolectando aguas residuales con tres centrales hidroeléctricas subterráneas. Nosotros hemos entregado esa viabilidad que tiene un costo aproximado de $ 900 millones y le corresponde ejecutar al Municipio de Quito.
7. ¿Cuál es el monto de inversión previsto para proyectos de inversión del sector para 2018 y 2019?
El 2018 en agua, saneamiento, agua potable y riego, según los datos del Banco de Desarrollo, tenemos un presupuesto de entre $ 450 a 500 millones, pero con esta misión de Agua para Todos vamos a superar el techo histórico. 2019 será un monto parecido. Ojalá la difícil situación económica no nos afecte porque este es uno de los frentes más importantes del señor presidente y por eso nos movemos por varias provincias del país y hemos llegado a lugares olvidados como Mataje, San Lorenzo, Zapotillo, Macará, comunidades altas del páramo, etc., que tenían agua dos horas al día o días después. Con Agua para Todos garantizaremos agua las 24 horas y los siete días a la semana.
*Periodista multimedia de formación con una maestría en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional.
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Last modified on 2018-10-22