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Autor: Pablo Arteaga *

Los datos son la “gasolina” del vehículo que nos está conduciendo al futuro. Por eso, el proyecto de Ley Orgánica de Protección de Datos Personales no es simplemente una norma para evitar que te contacten, sin consentimiento, de “x” operadora para ofrecer “grandes beneficios”. Está en juego un pilar fundamental para el diseño proactivo del futuro y una necesidad urgente para el presente. Déjame contarte por qué.

Estamos a las puertas de una cuarta revolución industrial cuyo impacto socioeconómico será de una escala, alcance y magnitud sin precedentes. Se transformará radicalmente la manera en que vivimos, trabajamos y cómo nos relacionamos gracias a tecnologías como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas (IoT), Blockchain y 5G. En esta nueva era de avances antes inimaginables el Big Data es la nueva normalidad.

Big Data” hace referencia a conjuntos de datos de gran volumen, velocidad de crecimiento y variedad. Los datos, por su parte, son información almacenada en formato digital. Cuando los datos hacen “referencia de forma directa o indirecta a cualquier aspecto relativo a una persona o a sus bienes, en sus distintas esferas o dimensiones[1] se los considera datos personales.

Gracias a los datos es posible desarrollar y mejorar herramientas tecnológicas como, por ejemplo, sugerencias personalizadas que tienen plataformas digitales y mejoran la experiencia o el análisis de datos para asistir la toma de decisiones corporativas o el diagnóstico médico temprano de enfermedades críticas.

Junto con estos beneficios surgen diversos desafíos que es necesario atender. Del pasado podemos aprender que dejar que una revolución “simplemente fluya” puede tener consecuencias graves (exclusión, discriminación, injusticias y más). El cambio es inevitable y está aquí, vivimos ya en una sociedad digital donde nuestros datos personales pueden ser obtenidos, almacenados, analizados, eliminados o transferidos a terceros (a estas acciones se las llama, en conjunto, tratamiento de datos) de manera fácil. A nivel global ya hay diversos esfuerzos para, desde el Derecho, diseñar el futuro atendiendo contingencia que ya son actuales.

La protección de datos personales es una base fundamental para construir un mejor futuro y una medida urgente para establecer parámetros claros para que el gobierno, empresas y personas traten estos datos respetando derechos fundamentales. En Ecuador, si bien nuestra Constitución reconoce el derecho a la protección de datos personales y existe jurisprudencia de la Corte Constitucional, una ley especializada en la materia es una exigencia que debió implementarse “para ayer”.

Ahora bien, el “espíritu” que debe tener una normativa de protección de datos personales no es el de “arrancharle” nuestros datos a las empresas o gobiernos (lo cual nos privará o inhibiría de importantes beneficios), sino exigir que su tratamiento se haga respetando nuestros derechos. Es importante establecer un marco de protección equilibrado, después de todo, nuestros datos personales son recolectados no solo por empresas gigantes como Facebook o, sin ir tan lejos, un banco nacional o el gobierno sino además por pequeñas y medianas empresas.

Fallar en el marco de protección de datos personales (que es más que solo el proyecto de ley) implicaría graves consecuencias: exponer a las personas a una sistemática vulneración de sus derechos; y, además poner en un entorno hostil a empresas nacionales y fomentar nuestra exclusión como país. Por ejemplo, en este último asunto, si la Unión Europea no considera que el Ecuador tiene un marco adecuado de protección de datos personales tendremos repercusiones considerables en los flujos comerciales (que involucran cada vez más el tratamiento de datos personales).

La protección de datos personales es una herramienta para garantizar nuestros derechos hoy y una piedra angular para construir un mejor mañana. Es la base para diseñar una industria 4.0 pero también para dinamizar y apalancar –hoy- nuestro lugar en una economía fundamentalmente digital. No se trata de congelar e impedir el tratamiento de datos, sino de permitir que circulen mitigando los riesgos. Los datos, incluidos los personales, son pieza fundamental de un futuro lleno de oportunidades, un futuro que podemos y debemos diseñar y no simplemente dejar que pase.

El proyecto de ley de protección de datos personales es algo “personal” y de interés general, es un asunto ante el que no puedes estar pasivo: hay que ser diseñadores proactivos del marco normativo que nos protegerá hoy y nos abrirá las puertas a un futuro mejor. Entérate y participa.

 

(*) Abogado Asociado de M Bodero & Asociados.

 


[1] Corte Constitucional ecuatoriana, sentencia No. 2064-14-EP - 21

 

 

 

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Last modified on 2021-04-28

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