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Autor: Consultora Multiplica *

Según Consultora Multiplica, la economía ecuatoriana se desaceleraría por tercer año consecutivo en 2024, lo que se reflejaría en los indicadores sociales que aún no logran superar los niveles previos a la pandemia. A pesar de que el desempleo y la pobreza disminuyeron en comparación con 2022, siguen siendo superiores a los registros de 2019. En 2023, el 3,8% de la Población Económicamente Activa (PEA) estuvo desempleada, y aunque esta cifra es inferior al 4,4% de 2022, persisten brechas en el mercado laboral, con condiciones menos favorables para las mujeres y las zonas rurales.

PRIMERO: ¿QUÉ PASÓ EN 2023?

A pesar de las dificultades políticas y de inseguridad que enfrentó el país en 2023, la economía ecuatoriana experimentó un crecimiento anual de 2,4% en términos del Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, esta cifra refleja una caída de 3,8 puntos porcentuales con respecto al 6,2% registrado en 2022. Además, la última previsión del Banco Central del Ecuador (BCE) estima un crecimiento de 1% en 2024, lo que confirmaría una desaceleración de la economía por tercer año consecutivo (Gráfico 1).

Gráfico 1

Crecimiento del PIB (2014-2024)

Según las cifras del BCE, el modesto crecimiento en 2023 se debió principalmente al aumento del gasto público y privado, junto con un sector externo favorable. El gasto gubernamental aumentó en un 3,7%, impulsado por el aumento de las remuneraciones (6,1%) y las compras de bienes y servicios (8,5%). 

El consumo de los hogares creció 1,4%, vinculado al gasto en sectores como agricultura, transporte y comercio. La inversión o formación bruta de capital fijo (FBKF) se incrementó en un 0,5%, gracias al desempeño positivo de la industria manufacturera. Por su parte, las exportaciones de bienes y servicios crecieron un 2,3%.

UN SECTOR PETROLERO QUE NO LEVANTA CABEZA

La producción nacional de petróleo, que incluye tanto a las empresas estatales como a las privadas, registró un volumen de extracción de 173,5 millones de barriles. Esto marcó una disminución del 1,2% en comparación con la producción de 2022, que había alcanzado los 175,6 millones de barriles.

A pesar de estas dificultades, Petroecuador logró alcanzar una producción promedio diaria de 387 mil barriles, lo que representó un crecimiento del 3,1% con respecto a 2022. Este aumento se atribuye al incremento en la extracción del campo Sacha.

En contraste, las compañías privadas registraron una producción promedio diaria de 88 mil barriles, reflejando un descenso del 16,3%. Según el BCE, esta disminución se atribuye al cambio en la administración de los Bloques 16-67, que pasaron a ser regentados por Petroecuador a partir del 1 de enero de 2023. Además, Andes Petroleum, una de las principales petroleras privadas en el país, redujo su producción en un 6,6%.

Las exportaciones de petróleo alcanzaron los 115 millones de barriles, lo que representa una disminución de 1,6% en comparación con el año anterior (Gráfico 2). Esta reducción en el volumen se atribuye principalmente a la disminución de las exportaciones realizadas por las compañías privadas (Gráfico 2). 

Gráfico 2

Exportación y precio del petróleo

El precio promedio de exportación fue de $ 68 por barril, lo que representó una reducción significativa de casi $ 18 comparado con el precio registrado en 2022. La disminución de los precios de exportación de crudo se atribuye a varios factores, como la desaceleración económica experimentada por varios países a nivel mundial, lo que resultó en una menor demanda de crudo.

Además, se registró un nivel récord de producción por parte de países no pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), como Brasil, Guyana y Estados Unidos. Esta situación generó un aumento en la oferta de esta materia prima y condujo a un cambio en la cuota de suministro, que anteriormente estaba dominada por los países de Oriente Medio.

INFLACIÓN MODERADA AL CERRAR EL AÑO

El nivel de precios, medido a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC), mostró una tendencia decreciente. En diciembre, la inflación anual se situó en 1,3%, lo que representa una disminución de 2,4 puntos porcentuales en comparación con el mismo mes de 2022. 

Por otro lado, la inflación promedio anual fue del 2,2%. La menor volatilidad en el mercado internacional de materias primas, la política monetaria contractiva adoptada por varios bancos centrales para contener las presiones inflacionarias y la desaceleración de la economía podrían explicar la estabilización de los precios (Gráfico 3).

Gráfico 3

Inflación promedio y acumulada

A pesar de estos factores, la inflación anual se mantuvo por encima de las tasas registradas en los años anteriores a la pandemia, principalmente debido a la dinámica creciente de los precios de los productos alimenticios. La inflación anual de alimentos alcanzó un 4,2%, lo que representa un aumento de 2,9 puntos porcentuales frente a la inflación general. 

Las presiones inflacionarias en estos productos pueden atribuirse a una escasez en la producción agropecuaria y pesquera. Las condiciones climáticas adversas, como las fuertes lluvias experimentadas a mediados de 2023, afectaron la oferta de productos y provocaron un aumento en los precios de los alimentos. 

INDICADORES SOCIALES QUE AÚN NO SUPERAN LA PANDEMIA

En 2023, el 3,8% de la Población Económicamente Activa (PEA) estuvo desempleada, cifra que es inferior tanto al registro de 2022 (4,4%) como a los valores previos a la pandemia. Sin embargo, el análisis por género revela que la tasa de desempleo para las mujeres (4,7%) fue superior que la de los hombres (3,2%). 

En términos geográficos, las estadísticas muestran que Esmeraldas fue la provincia con la tasa de desempleo más alta, alcanzando el 9%, seguida por Pichincha (7,5%) y El Oro (5,6%). En contraste, las provincias con las tasas de desempleo más bajas fueron Morona Santiago (0,6%), Bolívar (0,7%) y Napo (0,8%) (Gráfico 4).

Gráfico 4

Desempleo a nivel provincial

A pesar de la desaceleración económica, la tasa de empleo adecuado tuvo un incremento de 1,9 puntos porcentuales, que pasó del 34,4% en 2022 al 36,3% en 2023, pero todavía se ubica por debajo del 38,9% registrado en 2019 antes de la pandemia. Asimismo, se observa una reducción en el subempleo, que disminuyó del 22,2% al 19,6% (Tabla 1). 

Las condiciones laborales menos favorables para las mujeres también se reflejan en la tasa de empleo adecuado, que fue 12,7 puntos porcentuales más baja que la de los hombres. Además, el análisis por área geográfica revela una disparidad a favor de las zonas urbanas de alrededor de 25,6 puntos porcentuales. 

Por sector de actividad, durante 2023, aproximadamente el 35,4% de los empleados trabajaron en el sector de servicios; sin embargo, este porcentaje aumenta significativamente al 50,9% si consideramos el empleo que se considera adecuado. En contraste, en el sector de agricultura y minería se encontraba el 30,4% de las personas empleadas, pero solo el 12,1% de las personas con empleo considerado adecuado (Tabla 1).

Tabla 1

Indicadores del mercado laboral 

Los ingresos laborales promedio se situaron en $ 467, aún por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia, con una brecha de $ 32 (6,4%) respecto a los ingresos de 2019, que fueron de $ 499. Cuando se analiza esta variable por género, se encuentra que el ingreso laboral promedio de los hombres es $ 76 más alto que el de las mujeres. En cuanto al área geográfica, se observa una marcada disparidad. El ingreso laboral medio para las personas en áreas urbanas fue de $ 523, mientras que para las personas en áreas rurales fue de $ 337.

Un análisis por grupo de edad muestra que las personas de entre 30 y 44 años son las que perciben el ingreso más alto, con un promedio de $ 536, seguidas por las personas de entre 45 y 64 años, con $ 503. Por otro lado, los grupos de edad con los ingresos laborales más bajos son la población mayor de 65 años, con $ 262, y los jóvenes de entre 15 y 17 años, con apenas $ 181.

Por último, el porcentaje de la población en situación de pobreza se situó en el 23,9%, lo que representa una disminución frente al 25,5% registrado en 2022. Por otro lado, la pobreza extrema por ingresos se redujo en 0,4 puntos porcentuales entre 2022 y 2023, alcanzando el 8,7%. Sin embargo, ambos indicadores todavía son peores que los registrados antes de la pandemia (Gráfico 5).

Gráfico 5

Pobreza y pobreza extrema

SECTOR EXTERNO QUE DA UN ALIVIO A LA ECONOMÍA

Además de las tensiones surgidas por la guerra en Ucrania a principios de 2022, el conflicto en el Medio Oriente aumentó los riesgos geopolíticos en el último trimestre del año. En el caso de América Latina, la dinámica internacional tuvo efectos en la volatilidad de los mercados de materias primas y en la disminución de la demanda de sus productos. Estos aspectos estuvieron acompañados por una desaceleración económica en China, así como en otras economías avanzadas, junto con fenómenos climáticos extremos. 

En el contexto mencionado, Ecuador experimentó una reducción en sus exportaciones e importaciones totales durante 2023. En el caso de las exportaciones, el total alcanzó los $ 31.126 millones, lo que representó una contracción anual del 4,7%, mientras que las importaciones totalizaron $ 29.132 millones, lo que implicó una caída del 4%. Como resultado de la dinámica del comercio exterior, Ecuador registró un superávit comercial de $ 1.995 millones.

Durante este período, el sector cacaotero experimentó un récord en sus ventas debido a los mejores precios internacionales, con un aumento del 34%, derivado de la escasa oferta mundial de cacao en grano, especialmente en regiones como África Occidental, uno de los principales proveedores a nivel mundial. 

Luego de tres años consecutivos de ventas importantes, el sector camaronero experimentó una contracción del 1,2% en 2023, resultado de la disminución de los precios de comercialización internacional debido a una reducción en la demanda de China. Esto generó una competencia de precios en el mercado asiático con India, Vietnam y Tailandia. 

En el grupo de las exportaciones no tradicionales, destacan los productos mineros que alcanzaron $ 3.324 millones, siendo el tercer mayor monto no petrolero en generación de divisas a nivel nacional, después del camarón y el banano. Dentro de este grupo, el producto que más contribuyó al crecimiento anual fue el oro, principalmente debido a los incrementos en el volumen demandado por India (266%) y los Emiratos Árabes Unidos (174%), así como a los mejores precios internacionales debido a la incertidumbre geopolítica. 

Por otro lado, el ingreso secundario, o transferencias corrientes, incluye los traspasos de recursos entre residentes y no residentes que no implican una contraprestación. Esta cuenta reportó un superávit de $ 4.767 millones, lo que representa un incremento de $ 657 millones con respecto a 2022. Dentro de estas transferencias, las remesas recibidas fueron el flujo más significativo, alcanzando los $ 5.447 millones en 2023. 

Las remesas continúan estableciendo récords históricos, el año pasado aumentaron 15% frente a los $ 4.744 millones registrados en 2022. Además, el crecimiento no solo es en términos absolutos, ya que en términos relativos este flujo cada vez representa un mayor peso en la economía. De hecho, en 2023 las remesas representaron el 4,6% del PIB, un porcentaje que no se veía desde hace 15 años (Gráfico 6).

Gráfico 6

Evolución de las remesas

Los principales países de origen de estas remesas fueron Estados Unidos, con el 71%, seguido de España, con el 16%, e Italia, con el 3%. Por su lado, las remesas enviadas mostraron un crecimiento del 11%, manteniéndose ligeramente por encima del promedio del período 2019-2022, que fue de $ 593 millones. En 2023, los principales destinos de estos flujos fueron Colombia, con el 49%, México, con el 19%, y Perú, con el 9%.

SECTOR MONETARIO Y FINANCIERO RESILIENTE

Los principales agregados monetarios, como las Especies Monetarias en Circulación (EMC), la Oferta Monetaria (M1) y la Liquidez Total (M2), continuaron creciendo al cierre de 2023. Sin embargo, la tasa de crecimiento se ha moderado desde 2022. 

De acuerdo con el Banco Central, este cambio estuvo vinculado con la disminución en el ritmo de crecimiento de los depósitos, especialmente los depósitos a la vista y de ahorro, en las instituciones financieras. Además, de una reestructuración en la composición de los distintos tipos de depósitos del sistema financiero, favoreciendo la recuperación de los depósitos a plazo.

La necesidad de liquidez provocó que las entidades financieras se enfocaran en atraer recursos, lo que se tradujo en un aumento notable de los depósitos a plazo. Este incremento fue resultado de ofrecer tasas de interés pasivas más competitivas, especialmente por parte de los bancos privados, que elevaron considerablemente estas tasas durante el transcurso de 2023.

En 2023, las principales métricas de intermediación y los indicadores clave del sistema financiero mostraron un desempeño sólido, a pesar de que las entidades redujeron el ritmo de otorgamiento de créditos en comparación con los años anteriores. El índice de rentabilidad sobre el patrimonio (ROE) experimentó un ligero aumento, pasando del 9,3% al 9,5%, principalmente impulsado por el incremento de los ingresos generados por los activos productivos, como la cartera de créditos y las inversiones.

En cuanto al indicador de morosidad, se observa un aumento significativo tras la eliminación de las medidas de alivio financiero en diciembre de 2022. Además, la situación económica y de inseguridad del país dificultó a los clientes el pago de los créditos, lo que llevó a un aumento en la morosidad de 1,6 puntos porcentuales, pasando del 2,7% en diciembre de 2022 al 4,3% en diciembre de 2023.

Asimismo, el crédito destinado al sector privado muestra una tendencia a la baja debido a la postura más conservadora adoptada por las entidades financieras en cuanto a la concesión de préstamos. Esta actitud se justifica por la incertidumbre en el panorama económico y político. Además, el aumento de las tasas de interés a nivel internacional contribuyó a encarecer el financiamiento externo para estas entidades.

Por último, las Reservas Internacionales (RI) experimentaron una disminución de alrededor de $ 4.000 millones. Esta disminución se atribuye principalmente a los flujos negativos del sector público, es decir, a la menor cantidad de desembolsos y al aumento de los pagos por servicio de la deuda externa pública en comparación con el año anterior, así como a la disminución de los ingresos provenientes del petróleo. 

A pesar de ello, el nivel de reservas fue suficiente para cubrir el 100% de los pasivos del primer sistema de balance del Banco Central, así como el 43% del segundo. Esto implica que el BCE actualmente cuenta con activos líquidos que pueden cubrir todos los depósitos mantenidos por BanEcuador y las entidades financieras privadas y de la economía popular y solidaria.

SEGUNDO: ¿QUÉ ESPERAR PARA 2024?

Entre los cambios más notables con respecto al panorama macroeconómico proyectado en septiembre de 2023, el Ministerio de Finanzas y el Banco Central esperan un aumento en la producción y exportación de petróleo en términos de volumen, así como en la producción de productos refinados de petróleo y en la importación de derivados. 

Esta estimación considera la continuidad de la extracción de petróleo del Bloque 43-ITT, al menos, hasta el 31 de agosto de 2024. Esto se basa en el comunicado oficial de la Corte Constitucional, establecido en el Dictamen Nro. 6-22-CP/23 de 9 de mayo de 2023, que indica que, una vez confirmado el voto afirmativo del electorado, el cese de operaciones se llevará a cabo de manera progresiva y ordenada en un plazo máximo de un año desde la notificación de los resultados oficiales.

En cuanto a las expectativas del sector externo, se proyecta un aumento anual de $ 18 millones en las exportaciones de bienes y servicios, alcanzando un total de $ 34.411 millones. Se espera que los efectos y riesgos asociados al fenómeno del Niño no se materialicen en la medida prevista, en línea con su fase de declinación, según los informes del Comité Nacional para el Estudio Regional del Fenómeno de El Niño (ERFEN). Por lo tanto, se anticipa una mejora en el volumen de exportación de productos como la minería, el cacao en grano, los productos elaborados de cacao, el pescado y el camarón, así como sus productos procesados. También se anticipa un aumento anual positivo en las remesas recibidas, que se estima en $ 217 millones. 

Además, se proyecta que la inflación anual promedio alcance el 2,4%, mientras que la inflación acumulada al final del período se situaría en el 3,6%. Estas estimaciones inflacionarias para 2024 toman en cuenta los posibles impactos derivados del aumento del IVA en 3 puntos porcentuales a partir de abril, así como la implementación de bandas de precios para la focalización de los subsidios a los combustibles a partir de la segunda mitad del año.

El BCE proyecta un crecimiento anual de la actividad económica del 1% para el año 2024, lo que representa una disminución de 1,4 puntos porcentuales en comparación con el crecimiento preliminar registrado en 2023. Este crecimiento estaría impulsado por el aumento en las exportaciones de bienes y servicios, así como por el dinamismo del consumo final tanto de los hogares como del gobierno general y la inversión.

Se espera un crecimiento en todas las ramas de actividad económica, a excepción de la administración pública (-0,3%), la explotación de minas y canteras (-0,5%) y los hogares productores (-1,6%). La mayor tasa de crecimiento se proyecta para la refinación de petróleo, con un aumento del 4,4%, impulsado por un mayor volumen de cargas en refinería e importados de petróleo. Este crecimiento también se relaciona con la industria de transporte y almacenamiento, que se espera que crezca un 1,1% (Gráfico 7).

 

Gráfico 7

Previsiones de crecimiento por sector

Además, se anticipa un crecimiento del 4,3% en el suministro de electricidad y agua, en línea con la dinámica de crecimiento observada en 2023. Se destaca que en los primeros meses de este año se han registrado tasas de crecimiento significativas en la generación eléctrica. A esto se suma la aprobación de la Ley Orgánica de Competitividad Energética el 10 de enero de 2024, que promueve incentivos para la empresa privada, la economía popular y solidaria, así como para empresas estatales extranjeras para participar en el sector eléctrico.

 

FACTORES QUE PUEDEN AUMENTAR EL CRECIMIENTO

  • Continuación de la producción petrolera del Bloque 43-ITT: la prolongación de la producción petrolera del Bloque 43-ITT más allá de agosto de 2024, debido a la falta de recursos para cerrarlo, podría aumentar los ingresos petroleros y el crecimiento del PIB.
  • Moderación del fenómeno del Niño: si el impacto del fenómeno climático El Niño es menos adverso de lo previsto, podría esperarse un mayor crecimiento económico debido a una menor afectación a la producción y exportaciones.
  • Reducción del riesgo país: una disminución de este indicador, asociada a la aprobación de leyes que fortalecen la economía y la lucha contra la corrupción, podría atraer más inversión nacional y extranjera, así como facilitar el acceso a nuevos créditos internacionales.
  • Apertura de organismos financieros internacionales para nuevos créditos: la generación de un ambiente favorable para acceder a financiamiento a través de acuerdos con organismos financieros internacionales podría cubrir las necesidades de financiamiento y asegurar la ejecución del gasto público en Ecuador. Las autoridades ya confirmaron que están negociando un acuerdo con el FMI del que se tendrían noticias luego de las reuniones de primavera.

 

FACTORES QUE PUEDEN DISMINUIR EL CRECIMIENTO

  • Tensiones geopolíticas y conflictos bélicos: podrían generar shocks negativos en la oferta, interrumpir las cadenas de suministro y aumentar los precios de alimentos, energía y transporte, lo que afectaría la recuperación económica mundial y podría resultar en una persistencia de la inflación subyacente. Esto podría llevar a una política monetaria más contractiva por parte de los bancos centrales y un endurecimiento de las condiciones financieras globales.
  • Desaceleración del crecimiento económico de China: podría reducir la demanda agregada y afectar la economía global.
  • Cortes de energía: aunque se anunció que no habrá más cortes de energía en Ecuador, existe el riesgo de que, en caso de no tomar medidas adecuadas, se puedan experimentar nuevamente cortes de energía durante el período de estiaje en 2024, lo que afectaría las actividades productivas.
  • Aumento de la inflación interna: el aumento del IVA y la posible eliminación progresiva de subsidios a productos derivados del petróleo podrían generar presiones inflacionarias y reducir la capacidad de compra de los agentes económicos, afectando la demanda agregada.
  • Dificultades para encontrar fuentes de financiamiento: Ecuador enfrenta desafíos para acceder a fuentes de financiamiento, tanto internacionales como internas, debido a su elevado riesgo país y a la situación actuarial del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Esto podría limitar la capacidad del gobierno para financiar sus programas y proyectos. Además, se espera que las condiciones del FMI incluyan reformas estructurales.
  • Efectos de la inseguridad en las actividades económicas: los altos índices de inseguridad y los estados de excepción adoptados para abordar este problema podrían afectar negativamente el consumo de los hogares y las actividades económicas en general.
  • Desaceleración del crédito: las medidas económicas y tributarias, como la contribución temporal sobre las utilidades gravables y la autorretención del Impuesto a la Renta para grandes contribuyentes, podrían afectar la liquidez del sistema financiero, lo que podría resultar en una desaceleración del crédito para sectores productivos y hogares.

 

Last modified on 2024-04-16

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