Parecería que una racha de mala suerte persigue al Ecuador. A la inseguridad, la crisis política y los desastres naturales hay que sumarle dos problemas más: una economía que se enfría y una situación fiscal que arde. Al menos por ahora todo indica que ni la “mesa queda servida” ni los “motores quedan encendidos”.
LA ECONOMÍA SE ENFRÍA Y LA SITUACIÓN FISCAL SE CALIENTA
Las cifras del Producto Interno Bruto (PIB) publicadas a finales de junio confirman que la economía está enfriándose. Durante el primer trimestre de 2023, el PIB creció apenas 0,7% con respecto al mismo período del año pasado.
La Inversión Extranjera Directa (IED) sumó USD 17 millones, si obviamos los registros de 2006 y 2010 cuando el flujo de IED fue negativo, el resultado de 2023 es el peor para un primer trimestre desde que se tiene cifras comparables (Gráfico 1). Las expectativas para el segundo trimestre tampoco son alentadoras si consideramos que durante ese período la inestabilidad política predominó pues el juicio político al presidente Guillermo Lasso inició el 16 de marzo y concluyó dos meses después con la muerte cruzada.
Si el primer trimestre fue malo para la atracción de inversión extranjera, lo que resta de año posiblemente será mucho peor. La incertidumbre por las elecciones anticipadas puede ahondar este problema y a esto hay que sumarle la renuncia del ministro de Producción, Julio José Prado. Durante su gestión recalcaba la firma de centenas de contratos de inversión por alrededor de USD 7.000 millones. Aunque de este total no todo correspondía a IED, una meta del Gobierno era que el flujo superara los USD 1.000 millones por año, pero en la realidad nunca se cumplió (Gráfico 1).
Gráfico 1
IED durante el primer trimestre de cada año (en USD millones)
La inversión pública también se muestra débil. El gasto de capital e inversión sumó USD 2.197 millones y aumentó 13% en el primer semestre de 2023, pero el monto es inferior que los niveles prepandemia, de hecho, el gasto productivo fue menor que lo devengado en 2020 durante la pandemia (Gráfico 2).
Gráfico 2
Gasto de capital e inversión durante el primer semestre (en USD millones)
Otro problema es que para ese rubro el Gobierno acumula pagos pendientes o atrasos por USD 407 millones. Además, existe una subejecución del presupuesto, a medio año se esperaría una utilización cercana al 50%, pero el Gobierno apenas ha devengado el 33% de los USD 6.573 millones codificados para gasto de capital e inversión. El atraso en el pago a proveedores y la ineficiencia en la ejecución del presupuesto poco ayudan a la reactivación de la economía.
Continuando con los componentes del PIB, las cuentas del BCE muestran que las exportaciones de bienes y servicios experimentaron un ligero crecimiento del 0,4%. Sin embargo, las cifras de exportaciones de solo bienes (que publica el BCE de manera mensual) muestran que los envíos vienen cayendo durante varios meses consecutivos (Gráfico 3). En el acumulado durante el primer cuatrimestre, las exportaciones cayeron 9%. Este decrecimiento se explica por el mal momento del sector petrolero, cuyos envíos disminuyeron 33%.
Gráfico 3
Crecimiento de las exportaciones (variación anual)
El consumo privado, que representa cerca de dos tercios del PIB, creció 1,6% en el primer trimestre, pero se ralentiza. Según el BCE, este crecimiento se explica por un aumento en las remesas, las importaciones y los créditos. En el primer caso, el flujo de dinero que enviaron los migrantes alcanzó los USD 1.192 millones, el mayor monto para un primer trimestre desde que se tiene registros (Gráfico 4).
Gráfico 4
Flujo de remesas durante el primer trimestre
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) elabora todos los meses la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo, que también incluye el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), un indicador que mide el grado de optimismo que los consumidores tienen sobre el estado general de la economía y sobre su situación financiera personal.
Los resultados a mayo muestran un deterioro de este indicador, lo que reafirma el enfriamiento de la economía. El ICC consta de tres categorías: situación económica del hogar, situación económica del país y consumo del hogar. Con respecto al primer punto, se observa que el 66,2% de encuestados considera estar en las mismas condiciones, el 3,8% estar mejor y el 30% peor.
En el caso de la situación económica del país, el 61,3% de los entrevistados manifestó que la situación se encontraba peor en mayo de 2023. Mientras que, durante los próximos 3 meses, el 55,3% consideró que la situación empeorará, el 41,4% que se mantendrá igual y apenas el 3,3% que mejorará. Por su lado, la mayor parte de entrevistados (68,2%) mencionó que las condiciones para encontrar o mejorar un puesto de trabajo fueron peores.
LA SITUACIÓN FISCAL SE CALIENTA: MÁS GASTOS Y MENOS INGRESOS
Mientras la economía se enfría, las cuentas fiscales se encienden debido a una combinación mortal: aumento de gastos con desplome de ingresos. Lasso prometía, entre otras cosas, reducir el gasto público y eliminar la burocracia improductiva. Pero en la práctica otro ha sido el resultado. El mejor ejemplo es el gasto de personal, según la Programación Fiscal del Ministerio de Economía y Finanzas, se prevé una contracción del gasto de personal en 0,15 puntos porcentuales del PIB en 2023 pero durante el primer semestre el presupuesto devengado ascendió a USD 4.532 millones, unos USD 282 millones más que lo gastado en 2022 (Gráfico 5).
Gráfico 5
Gasto de personal durante el primer semestre (en USD millones)
Otro gasto relevante son los más de USD 3.000 millones que se necesita cada año para la Seguridad Social. Sin embargo, los atrasos son muy comunes y ahora que la reforma al sistema de pensiones está en boga vale la pena destacarlo ya que la mayor parte de los recursos (más de USD 2.000 millones) corresponden al aporte del 40% que debe hacer el Estado para el pago de las pensiones de los jubilados del IESS.
Durante el primer semestre de 2023, los ingresos por IVA ascendieron a USD 3.149 millones, lo que representa una disminución de USD 50 millones con respecto a 2022. Si bien la gestión de Lasso logró reducir el déficit fiscal y el endeudamiento público en 2022, la situación durante el año 2023 ha tomado un rumbo contrario. Hasta junio, el resultado fiscal fue deficitario en USD 1.144 millones y los expertos no descartan que para finales de año el déficit se ubique entre los USD 4.000 y USD 5.000 millones (Gráfico 6).
Gráfico 6
Resultado fiscal del PGE durante el primer semestre (en USD millones)
Además de la complicada situación fiscal, los candidatos deberán lidiar con el resultado de la consulta por el Yasuní, ya que de ganar el “Sí” tendrá un impacto directo en los ingresos fiscales. Llegar a un consenso entre los que están a favor y los que están en contra de la explotación no es una tarea fácil. La tendencia mundial apunta a reducir el uso de los combustibles fósiles para combatir el cambio climático, pero se requiere identificar fuentes alternativas y permanentes de financiamiento para compensar.
Lograrlo suena sencillo en teoría ya que “solo” se necesita bajar los gastos, incrementar los ingresos o una combinación de ambas. Sin embargo, en la práctica parecería que la única herramienta que conocen los gobernantes es subir o bajar impuestos. De hecho, nos hemos acostumbrado a tener una o varias reformas tributarias cada año. Alterar el IVA es la medida por excelencia, ya sucedió en 2016 cuando la tarifa subió al 14% y sucede en la actualidad cuando la tasa disminuye al 8% en feriados. Aproximadamente, cada punto porcentual de aumento en el IVA aumenta la recaudación en USD 500 millones, de modo que se necesitaría subir entre 2 y 3 puntos para compensar los ingresos del Yasuní y del ISD.
La otra medida nada popular es eliminar o focalizar los subsidios. Aunque está demostrado que los subsidios favorecen a los más ricos, los intentos por eliminarlos solo han provocado caos. Para ampliar el debate, otra forma de abordar este tema es mediante los impuestos sobre las emisiones de carbono; un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) muestra que mientras Costa Rica tiene una de las tasas más elevadas de la región (castigan por contaminar), en Ecuador subsidian la contaminación.
Tampoco hay que obviar el impacto externo, una economía dolarizada necesita de exportaciones e inversión extranjera, sin embargo, no queda claro cómo se van a compensar estas divisas (por ejemplo, la minería es una buena opción, pero puede ser más perjudicial para el medio ambiente). En todo caso, el mensaje final es que, dada la desaceleración de la economía y el empeoramiento de las cuentas fiscales, por ahora ni la “mesa queda servida” ni los “motores quedan encendidos”.
Last modified on 2023-07-19