Ricardo Hausmann es uno de los más profundos conocedores de la economía latinoamericana, y en ella de la ecuatoriana. Actualmente es director del Centro para el Desarrollo Internacional y profesor de Economía del Desarrollo en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard. Al poco tiempo de que el país adoptara la dolarización, advirtió de los problemas que existirían si el país no tomaba los correctivos necesarios, tal como sucede 25 años después. Aquí un extracto de la entrevista que Haussman dio a GESTIÓN:
–Algunos analistas opinan que en Ecuador no se han dado las reformas estructurales necesarias para impulsar un crecimiento sostenido. ¿Cuál es su opinión?
La dolarización no acaba con la mancha blanca ni con la sigatoka, la dolarización no es un oleoducto. Es decir que hay una gran cantidad de problemas que el país tiene que resolver. La dolarización crea las bases para que exista planificación y estabilidad. Además, el sistema bancario no está todavía en una situación boyante, ha habido nueva emisión de deuda del gobierno, que nadie sabe cuánto vale, y las tasas de interés en términos reales siguen muy altas. Hay una necesidad de consolidar la situación financiera del país.
- ¿Son los problemas del Ecuador económicos o políticos?
Los problemas del Ecuador son fundamentalmente políticos, y a la vez son estructurales. Ecuador es un país geográficamente fraccionado, donde existe una cultura de la Costa y otra de la Sierra muy diferenciadas. Estas diferencias conviven en un Estado unitario, lo que hace más difícil resolver los problemas, ya que debe existir una política nacional y esta debe calzar tanto en Guayaquil como en Quito.
Esto hace que el sistema sea más fragmentado, hace que existan los partidos socialcristianos, los demócratas, los de izquierda, y los movimientos indigenistas. Estos partidos existen multiplicados por dos, con un sabor a Sierra y a Costa. Tal diversidad se podría canalizar dentro de partidos nacionales, pero el sistema electoral no ayuda. El sistema electoral favorece la fragmentación política, porque es un sistema de representación proporcional, y un sistema de dos vueltas para la elección presidencial, donde coincide con la elección del parlamento en la primera vuelta.
–Entonces, ¿es necesaria una reforma política?
Esta discusión sobre la reforma política se dio dentro del contexto de la Asamblea Constituyente (1998) y el problema fue que los partidos pequeños que estaban presentes entendieron que una reforma del régimen electoral podría significar su desaparición. Por ello se adoptó un régimen que favorecía la fragmentación política. Yo creo que el Ecuador estaría mejor servido con un régimen más federal y un régimen que permitiera una resolución de los conflictos del país al interior de los partidos políticos.
Más allá de la dolarización: el futuro no es fácil para el Ecuador
Last modified on 2025-01-10