Un proyecto es un conjunto de actividades que tiene como propósito ampliar la capacidad productiva de una organización y contribuye de manera significativa al logro de los objetivos y metas dentro del marco de su propia estrategia
A partir de ejes de acción se estructurará un esquema de actividades cuyo propósito es sintetizar y contextualizar las prioridades establecidas en los cronogramas y en los presupuestos. Este proceso, al que se denomina proyecto, es una contribución al logro de objetivos enmarcados en la estrategia planteada en un sistema de gestión estratégica organizacional.
Partiendo de un tablero de comando integral se obtendrán las iniciativas, que son el punto de partida de los proyectos que se desarrollarán para alcanzar los objetivos institucionales. Las iniciativas pueden agruparse en un proyecto común o cada una de ellas puede impulsar autónomamente un proyecto. La finalidad es estructurar y programar las acciones en forma operativa, tomando como referencia el periodo que se defina para impulsar dicha ejecutoria.
METODOLOGÍA ANTERIOR
Usualmente se trabajaba en torno a deducciones que partían de conceptos generales y llegaban a definir aspectos específicos de importancia, entonces se hablaba de un marco lógico de acción, es decir, una forma deductiva de estructurar acciones para dar cumplimiento a las premisas iniciales.
La esencia de estas acciones buscaba una adecuada respuesta a la necesidad de llevar la planificación a un nivel operacional, e incluso si fuera del caso a un nivel táctico. Dicho enfoque; sin embargo, carecía en su mayoría de ejecutorías de integralidad, ya que al parcelar objetivos se corre el riesgo de redundar en acciones y, lo más grave, realizar tareas contradictorias que minimicen y/o anulen el esfuerzo organizacional por construir un baluarte competitivo mediante su estrategia.
METODOLOGÍA ACTUAL
En la actualidad, otra manera de definir un plan operativo que refleje una sumatoria óptima de proyectos, es una matriz problema-solución. Se trata de ubicar todas las posibles fuentes de conflicto y diseñar una respuesta a nivel operativo. Esta se materializa cuando, a partir del diagnóstico estratégico, se identifican los problemas y las potenciales soluciones. La idea es llegar a desenlaces viables a partir de su ejecución gestionada y controlada.
Bajo este esquema se plantea una estructura estratégica de solución considerando acciones de mediano y corto plazo, para luego hacerlas operativas en forma progresiva y secuencial si amerita. Es muy importante tener claro quién va a ser el ejecutor de la solución al problema definido, identificando, además, sus puntos enérgicos y endebles. En esta etapa, como en la anterior, se mezclan aspectos tanto intrínsecos y externos para ejecutar estos modelos.
La idea es programar a la perfección la ejecución de las iniciativas estratégicas a lo largo del tiempo, acorde a la visión institucional. Es clave determinar con claridad las prioridades para crear un instrumento que guíe la gestión de la organización y la alinee con la estrategia definida como una filosofía de ejecución de excelencia.
En este contexto, las iniciativas deben ser una respuesta vertical y horizontal efectiva a las necesidades estratégicas de la organización que además permitan, mediante un enfoque transversal, alcanzar metas de excelencia que conlleven al reconocimiento y a la obtención de resultados revolucionarios y del éxito corporativo
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Last modified on 2022-09-20