“La fijación de objetivos es poderosa, en parte porque nos proporciona un enfoque. Da forma a nuestros sueños. Nos da la capacidad de afinar las acciones exactas que debemos realizar para lograr todo lo que deseamos en la vida” - Jim Rohn.
Los objetivos son expectativas de solución, maximización o equilibrio que se buscan cumplir frente a las diversas interacciones del entorno y sus continuos cambios. Se trata de determinar las reacciones potenciales que la organización debería lograr o adoptar. Son imperativos frente a realidades como las coyunturas en las que los cambios son acelerados y vertiginosos poniendo a prueba la sostenibilidad empresarial e incluso individual continuamente.
Qué desafiante resulta en este tiempo complejo y hasta caótico trazar derroteros hacia las metas, y más aún alcanzarlos. Entonces, en este devenir surge a mediados de la década de los 90 en el sector de la tecnología la metodología OKR (Objectives and Key Results) que consiste en un sistema de gestión de trabajo utilizado para establecer objetivos desafiantes y ambiciosos con resultados medibles. Se componen de un objetivo (estructurado en torno a metas, es decir, rangos definidos para validar el alcance de las métricas significativas, concretas y claramente definidas) y de tres a cinco efectos clave (criterios de rendimiento medibles utilizados para rastrear el logro de ese objetivo) establecidos trimestral y anualmente, capaces de ser revisados periódicamente para evaluar el progreso y hacer ajustes si es necesario.
La metodología OKR se utiliza para fomentar la alineación, el compromiso y el enfoque en objetivos concretos y cuantificables al no ser una simple lista de tareas compartidas, sino que se utiliza para establecer objetivos ambiciosos y centrarse en las grandes apuestas para lograr más de lo que el talento pensaba que era posible (incluso si no se alcanza completamente el objetivo establecido).
La implementación de la metodología OKR en una institución puede ser un proceso desafiante, a continuación se presentan algunos pasos que se puede seguir para implementarla:
ANALIZAR LAS PARTICULARIDADES DE LA ORGANIZACIÓN
Es importante examinar detenidamente sus particularidades y tener en cuenta que los OKR deben adaptarse a la cultura y fase de implantación de la empresa. Esta primera etapa puede aplicarse en dos vías:
- Se puede diagnosticar la situación particular de la entidad y obtener sus potencialidades y peligros a través de métodos como: causa-efecto, FODA, análisis estructural, QFD, entre otros.
- O se puede partir de los factores claves de éxito en la industria o sector en que la organización se desempeña y ordenar las metas en ese sentido.
DEFINIR LOS OBJETIVOS DE LA ENTIDAD
Es necesario definir objetivos claros y medibles que estén alineados con la estrategia de la empresa.
ESTABLECER RESULTADOS CLAVE
Se deben establecer de tres a cinco resultados clave para cada objetivo, que sean criterios de éxito medibles utilizados para rastrear el logro en tiempo real.
ASIGNAR RESPONSABILIDADES
Es importante asignar responsabilidades claras para cada objetivo y resultado clave.
ESTABLECER UN SISTEMA DE PUNTUACIÓN Y REVISIÓN
Se debe establecer un sistema de puntuación y revisión para medir el progreso y hacer ajustes si es necesario.
HACER QUE LOS OKR SEAN ACCESIBLES
Y transparentes para todos los miembros del equipo para fomentar la alineación y el compromiso.
Es importante recordar que la implementación de la metodología OKR debe ser un proceso progresivo y adaptativo, y que se debe estar dispuesto a hacer ajustes y mejoras a medida que se ejecuta.
Last modified on 2023-09-04