Lo estratégico a veces se entiende como lo trascendental, lo medular o lo más grande, es un concepto complejo, difícil de encasillar. Qué hay detrás de este concepto y su interpretación práctica, es lo que trataremos en este artículo.
“Strategos” significaba en la antigua Grecia el grupo decisor del ejército, la plana mayor que definía aspectos cruciales de la guerra. Es un término de largo plazo, no se trataba de analizar batallas y escaramuzas de batallones o brigadas, sino de entender la guerra y el conglomerado armado en toda su dimensión.
Desde ese concepto inicial y a lo largo del tiempo, la estrategia puede materializarse paso a paso para que no se quede como idea. Es pasar de lo planificado a lo programable, estableciendo tiempos, responsabilidades, presupuestos e hitos parciales. Es un camino hacia el logro previsto y tiene una consistencia tal que permite sumar a los miembros de los equipos para continuar con los procesos diseñados.
El éxito de una estrategia es su aplicación sin improvisaciones, ni giros de timón. En casos de inestabilidad se debe recalibrar, pero no hacer cambios radicales.
LOS PASOS PARA IMPLEMENTAR LA ESTRATEGIA
Operativizar
En primer lugar, se debe operativizar, que quiere decir afrontar por partes, discriminar lo esencial de lo trivial con el mayor detalle posible a través de acciones alineadas con proyectos efectivos. En definitiva, dar vigencia a lo establecido con secuencias lógicas de influencias y dependencias. Fiel a su etimología del latín operativus, son actividades que tienen como resultado una obra (latín opus).
Ejecutar
Sigue la etapa de ejecución de tareas específicas para organizar los detalles, las agendas y los costos. Esta es la etapa para ajustar la periodicidad y la aplicabilidad en forma proporcional a los cambios coyunturales. Esto incluye una parte táctica en la que se enmarcan los tiempos y las capacidades de respuesta, los relevos de perfiles, las actualizaciones y racionalizaciones de asuntos periódicos o cotidianos.
Controlar
El control en tiempo real es fundamental, para ello se debe entender las causas y los efectos de cada decisión, las contribuciones y los despliegues de cada acción. Esto permite ir escalando conforme las soluciones se complican, estableciendo como límite un rediseño de las operaciones que implica la modificación de proyectos, pero siempre manteniendo la estrategia, salvo que se altere lo estructural.
Hechos que pueden cambiar la estrategia
Grandes cambios por decisiones políticas, giros radicales en sistemas económicos, conmociones sociales, pandemias o desastres naturales, pueden ser razones de peso que alteren la estrategia planeada.
En función de la gravedad de estos puede alterarse la visión y actualizarse la misión de una organización. Esto implica cambiar las metas y readaptar los credos corporativos a las nuevas realidades.
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*Ingeniero comercial, con especialización en finanzas y habilidades múltiples. Director de Management Advise and Consulting (MA&C). Docente universitario.
Last modified on 2025-02-25