¡Te graduaste de la universidad! ¿Y ahora qué?

Comenzar un proceso de aplicación a trabajos puede ser abrumador, especialmente si no has tenido experiencia laboral previa o si te sientes inseguro sobre cómo destacarte entre los demás candidatos. Pero recuerda, todos comenzamos desde cero en algún momento de nuestras vidas profesionales, y lo importante es aprovechar cada oportunidad para aprender y crecer.

Tras pasar años soñando sobre los días que gozarías y sufrirías en los corredores de tu universidad, finalmente llegó tu primer día de clases. Todo era nuevo, emocionante, miedoso, te sentías como pez fuera del agua. Después, empezaron a pasar los días, las semanas, los meses, los años. Ese lugar desconocido se convirtió en tu cancha. Conocías el campus como la palma de tu mano. Cruzabas los corredores saludando a todos tus amigos, profesores y personal. ¡Finalmente estabas en casa! 

Sin embargo, poco después de que acabaste de acomodarte en tu castillo, te graduaste. Ahora, te toca, una vez más, comenzar desde cero. Si te pasa como a mí, me imagino que esas palabras te generan escalofríos en toda tu espalda. Pero si te puedo dar un consejo, que sea el siguiente:

Enamórate de comenzar desde cero, porque probablemente lo harás cientos de veces durante tu vida. 

EL SIGNIFICADO DE GRADUARSE

Graduarse de la universidad es más que obtener un título; es adentrarse en un mundo de decisiones y responsabilidades. Nos encontramos ante la tarea de buscar trabajo, diseñar CV y enfrentarnos a entrevistas, pero ¿quién nos enseñó realmente cómo hacerlo? 

¿Te pasa que estás sentado frente a tu computadora con una plantilla de currículum que sacaste de Word y no sabes cómo llenarla? ¿Te convences de que no tienes experiencia y te quedas viendo a la hoja en blanco? 

O te pasa que te preguntan en una entrevista de trabajo sobre tu mayor conflicto, tus debilidades, o tus logros, ¿y no sabes cómo responder?

A menudo pasamos por alto la riqueza de experiencias que acumulamos durante nuestros años universitarios, desde proyectos académicos hasta participación en actividades extracurriculares. Cada una de estas experiencias nos ha preparado de una manera única para el mundo laboral, y es hora de aprender a valorarlas como tal.

DAR EL PRIMER PASO

El primer paso hacia una carrera profesional es a menudo el más temido. Sin embargo, como mencioné hace algunos párrafos, debes enamorarte de los procesos que más te incomodan. 

Es crucial comprender que el aprendizaje y el éxito vienen acompañados de errores y fracasos. Es en la práctica donde encontramos el verdadero crecimiento y desarrollo. Es hora de dejar de lado el miedo al fracaso. Solo así podrás descubrir tus fortalezas, debilidades e incluso, tus verdaderas pasiones.

Para dar el paso al mundo laboral, debes salir de la zona de confort. Buscar trabajo durante una hora a la semana ya no es suficiente en esta economía. Debes estar hambriento y buscar con ánimo hasta el cansancio.

Hace unas semanas durante una sesión de asesoría sobre consejos de entrevista, Daniel* me contaba sobre la retroalimentación que le dieron en un proceso de entrevistas. En pocas palabras el reclutador le dijo “eres un capo pero te comerían vivo”.

¿A qué se refería? Que Daniel, siendo el excelente profesional que es, se presentó a la entrevista con miedo. Ahora, no me malinterpreten, llegar con miedo y nervios a una entrevista de trabajo es de las experiencias más humanas que me gusta creer que la gran mayoría de personas hemos experimentado. Pero que sus nervios sean razón para que no les den otra entrevista o el trabajo, eso es lo que hay que cambiar.

¿Cómo se cambia eso? Fallando, practicando e intentando de nuevo. 

Me tomó años aprender a desenvolverme con calma y confianza en una entrevista de trabajo. Pasé decenas de entrevistas donde hablaba con una voz temblorosa mientras respondía las típicas preguntas.

“¿Dónde te ves en 5 años?”, “¿cuáles son tus fortalezas?”, “¿por qué deseas trabajar aquí?” y más. La mayoría de veces, respondí mal, insegura, me daba vueltas al hablar mientras me apretaba mis manos sudorosas.

Ahora con el tiempo y más importante, la extensa práctica, me gusta llegar a una entrevista para tener una conversación sobre mi carrera, la vacante y la empresa. Pero esta versión mía no existe sin todas las anteriores que se equivocaron. 

APRENDE A APLICAR A TRABAJOS

Comenzar un proceso de aplicación a trabajos puede ser abrumador, especialmente si no has tenido experiencia laboral previa o si te sientes inseguro sobre cómo destacarte entre los demás candidatos. Pero recuerda, todos comenzamos desde cero en algún momento de nuestras vidas profesionales, y lo importante es aprovechar cada oportunidad para aprender y crecer.

Para empezar a aplicar a un trabajo, debes comenzar por armar un currículo vitae (CV) atractivo y claro. Si crees que no tienes experiencia y tu CV está vacío, te invito a que reflexiones sobre tus pasantías, actividades extracurriculares, proyecto de titulación, voluntariados y experiencias universitarias (concursos, gobierno estudiantil, clubs, etc.). Incluso las habilidades y conocimientos adquiridos en el aula pueden ser relevantes para potenciales empleadores.

Mi segunda recomendación es que armes un portafolio que muestre todo tu trabajo y experiencia. Puedes hacer algo sencillo como un documento con descripciones, fotos y/o links a tus trabajos. Si deseas hacer algo más elaborado, puedes crear una página web gratuita con WordPress o Wix y mostrar en forma de galería tu trabajo. Si eres diseñador/ fotógrafo/ artista puedes crear tu cuenta en Behance y complementar todo con tu perfil en LinkedIn. 

Cuando empieces a aplicar a trabajos, encontrarás que cada empresa es diferente. Algunas te pedirán solo el CV. Otras pedirán CV y carta de presentación (cover letter). Pero habrá empresas que te pedirán CV, carta, portafolio, video de presentación, pruebas de personalidad, y más. 

Tú debes prepararte para todo si quieres destacar del montón.

Eventualmente habrá una empresa que te responda y te diga que les encanta tu perfil y te querrán entrevistar. ¡Felicitaciones!

Ahora te toca la segunda parte: las entrevistas. Una entrevista de trabajo tiene tres etapas: antes, durante y después. 

Antes de la entrevista debes investigar sobre la empresa y, si es posible, debes investigar sobre la persona que te va a entrevistar. Además, debes preparar tus respuestas a típicas preguntas de entrevista y encontrar la manera de no caer en respuestas comunes ni mucho menos clichés. 

Durante la entrevista debes ser carismático, inteligente y respetuoso. ¡Saluda con todas las personas! Y asegúrate de poner atención a tu lenguaje corporal, tono de voz y vestimenta. 

Finalmente, después de la entrevista, sé paciente. Puedes mandar un correo o mensaje de agradecimiento el mismo día después de la entrevista y preguntar sobre próximos pasos o puedes esperar unos cinco días después de la entrevista para hacer un seguimiento sobre el proceso de selección. 

Recuerda que es normal sentirse abrumado al aplicar a trabajos así que no te desesperes. Te recomiendo que selecciones un horario diario para aplicar a trabajos y mantén la disciplina de hacerlo durante una o dos horas todos los días. Si te quedas un día aplicando durante ocho horas, no vas a querer saber nada de aplicaciones en varias semanas. Así que es mejor que lo hagas poco a poco pero que seas consistente. Con determinación y perseverancia, podrás convertir el desafío de comenzar desde cero en una oportunidad para alcanzar el éxito en tu carrera profesional.

(*) Con una trayectoria laboral que abarca una década y experiencia en diversas industrias, Verónica se dedica a canalizar su pasión y conocimientos para guiar a jóvenes profesionales en sus primeros pasos laborales. Su compromiso radica en proporcionar el apoyo necesario para que puedan alcanzar sus metas y desenvolverse con éxito en su carrera profesional. Portafolio de servicios: https://drive.google.com/file/d/198WxjnmecdAD9w4AiU3ONg1PQQLTQWZn/view