La mortalidad materna continúa siendo un desafío crítico para la salud pública y el desarrollo social del Ecuador. Según los datos más recientes proporcionados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el año 2020 la tasa de mortalidad materna en Ecuador alcanzó 65,7 muertes por cada 100.000 nacidos vivos. Por otro lado, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), se espera que para finales del año 2023 el índice de la Razón de Muerte Materna a nivel nacional se sitúe en 33,9 muertes por cada 100.000 nacidos vivos. Estos indicadores resaltan la urgente necesidad de redoblar los esfuerzos para mejorar el acceso y la calidad de los servicios de salud materna.
Según el Ministerio de Salud Pública, la pérdida de una madre deja importantes secuelas sociales, económicas, afectivas y psicológicas para los niños que quedan huérfanos y sus familias. Reducir significativamente las muertes maternas prevenibles debe ser una prioridad nacional en el Ecuador, alineada con los compromisos internacionales asumidos en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Solo a través de acciones coordinadas, inversión adecuada e intervenciones basadas en evidencia será posible revertir esta preocupante situación y garantizar el derecho fundamental de cada mujer a un embarazo y parto seguros.
PRINCIPALES CAUSAS DE LA MUERTE MATERNA
La mortalidad materna en Ecuador está influenciada por varios factores. Según Héctor Pilaguano y Adriana Huilcarema, en su texto titulado Principales causas de mortalidad materna y perinatal en el Ecuador: una revisión sistemática, las causas de mortalidad materna y perinatal en el Ecuador están relacionadas con “la falta de acceso a servicios de salud de calidad, la falta de atención obstétrica de emergencia, factores socioeconómicos y culturales y la principal atención prenatal insuficiente”.
Por su parte, el Consejo Nacional para Igualdad de Género explica que las principales causas de muerte materna en Ecuador se pueden clasificar en cuatro categorías: causas obstétricas directas (38,4%), causas obstétricas indirectas (33,7%), causas de muerte materna después de 42 días del parto (24,2%) y causas no especificadas (3,7%) (Gráfico 1).
Gráfico 1
Causas de muerte materna
Entre las causas obstétricas directas, la hipertensión gestacional con proteinuria significativa (12,1%) y la eclampsia (6,8%) son las más frecuentes, seguidas por hemorragias anteparto y postparto, embarazo ectópico y otras complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto. Estas causas están estrechamente vinculadas con la falta de acceso a servicios de salud de calidad y la atención obstétrica de emergencia.
Por otro lado, las causas obstétricas indirectas, que incluyen enfermedades maternas infecciosas, parasitarias y otras enfermedades que complican el embarazo, el parto y el puerperio, representan un tercio de las muertes maternas. Estos datos sugieren que los factores socioeconómicos y culturales, así como la atención prenatal insuficiente, podrían estar contribuyendo a la mortalidad materna en Ecuador.
Además, casi una cuarta parte de las muertes maternas ocurren después de los 42 días del parto, lo que resalta la importancia de brindar atención y seguimiento a las madres durante el período posparto. Esta cifra podría estar relacionada con la falta de acceso a servicios de salud de calidad y la atención obstétrica de emergencia durante este período crítico.
MORTALIDAD MATERNA EN SUDAMÉRICA: ¿ECUADOR ESTÁ MUY MAL?
La mortalidad materna es un indicador clave del desarrollo social y de la salud pública en América Latina y el Caribe. A pesar de los avances logrados en las últimas décadas, la región aún enfrenta desafíos significativos en este ámbito. Según los datos más recientes de la Cepal, en el año 2020 el promedio regional de la tasa de mortalidad materna se situó en 87,6 muertes por cada 100.000 nacidos vivos (Gráfico 2).
Gráfico 2
América del Sur: Índice de mortalidad materna
En este contexto, en Ecuador la tasa de mortalidad materna fue de 65,7 muertes por cada 100.000 nacidos vivos, ubicándose por debajo del promedio regional. Si bien esto podría considerarse una noticia alentadora, es fundamental destacar que Ecuador aún está lejos de alcanzar la meta ideal de cero muertes maternas prevenibles.
Además, es importante tener en cuenta que los promedios nacionales a menudo ocultan disparidades significativas al interior de los países. Es probable que en Ecuador, al igual que en otros países de la región, existan brechas en la mortalidad materna entre diferentes grupos poblacionales, con las mujeres de menores ingresos, menor nivel educativo y pertenecientes a zonas rurales o comunidades indígenas enfrentando un mayor riesgo.
Según los últimos datos de la Gaceta de Muerte Evitable Materna del 2023, se notificaron 89 muertes maternas (MM), de las cuales, el 59,55% de las madres que fallecieron vivían en una zona urbana, lo que sugiere que su domicilio estaba relativamente cerca de un establecimiento de salud o era accesible. Por otro lado, el 40,45% de las madres que fallecieron residían en una zona geográfica rural, donde es probable que la distancia a los establecimientos de salud fuera mayor o el acceso fuera más difícil (Gráfico 3)
Gráfico 3
Porcentaje de casos por ubicación de domicilio
DISPARIDADES REGIONALES
Los datos sobre la tasa de muertes maternas por nacidos vivos en las diferentes regiones del Ecuador revelan disparidades significativas y plantean desafíos importantes para el país en términos de salud pública y equidad.
Durante el período 2008-2022, la región amazónica ha presentado consistentemente las tasas más altas de mortalidad materna, con picos especialmente pronunciados en los años 2010, 2011 y 2014. Estos datos sugieren la existencia de barreras persistentes para el acceso a servicios de salud materna de calidad en esta región, posiblemente relacionadas con factores geográficos, culturales y socioeconómicos (Gráfico 4).
Gráfico 4
Razón de muertes materna
En contraste, la Sierra muestra una tendencia general de disminución desde 2011, aunque con un ligero repunte en 2020, potencialmente asociado a los impactos de la pandemia de Covid-19. A pesar de esta mejora relativa, las tasas de mortalidad materna en la Sierra siguen siendo superiores a las de la región Costa en la mayoría de los años analizados.
Por su parte, la Costa presenta una tendencia menos definida, con fluctuaciones a lo largo del período. Sin embargo, el aumento significativo registrado en 2020 es preocupante y podría estar vinculado a los desafíos adicionales que enfrentó el sistema de salud durante la pandemia.
En general, la mortalidad materna en Ecuador continúa siendo un desafío apremiante que requiere atención urgente y acción concertada. A pesar de los avances logrados en las últimas décadas, el país aún enfrenta disparidades regionales significativas y una tasa de mortalidad materna que, aunque inferior al promedio regional, sigue siendo inaceptablemente alta.
El análisis de las principales causas de muerte materna y los factores que contribuyen a estas tragedias evitables pone de manifiesto la necesidad de un enfoque integral y multisectorial. Esto implica no solo fortalecer el sistema de salud y mejorar el acceso a servicios de calidad, especialmente en las zonas rurales y en la región amazónica, sino también abordar los determinantes sociales y económicos subyacentes que influyen en la salud materna.
Desde una perspectiva económica, la inversión en la salud materna no solo es un imperativo moral, sino también una estrategia inteligente para el desarrollo sostenible del país. La pérdida de mujeres en edad reproductiva tiene un impacto profundo en las familias, las comunidades y la economía en su conjunto. Al priorizar la salud materna y asignar los recursos necesarios para implementar intervenciones efectivas, Ecuador puede no solo salvar vidas, sino también fortalecer su capital humano y sentar las bases para un crecimiento inclusivo y equitativo.
(*) Elaborado por Liz Ortiz, analista económica Revista Gestión.
Last modified on 2024-04-07