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Autor: Revista Gestión *

La pobreza menstrual se refiere a las barreras financieras, sociales, culturales y políticas que impiden a las mujeres y niñas acceder a productos de higiene menstrual, educación y servicios de salud relacionados con la menstruación. Este fenómeno invisibilizado representa un obstáculo significativo para el desarrollo integral de las mujeres, especialmente en el contexto de desigualdad económica que enfrenta Ecuador.

LA MENSTRUACIÓN COMO UN ASUNTO DE DERECHOS HUMANOS

La menstruación, un proceso biológico inherente al ciclo de vida de mujeres y personas menstruantes, es crucial para la salud reproductiva. De acuerdo con un informe de The Lancet, en promedio, una persona menstrúa desde los 13 hasta los 51 años, cada 28 días, por alrededor de 5 días. Esto se traduce en aproximadamente 456 periodos a lo largo de unos 38 años, lo que implica el uso de más de 10.000 productos menstruales durante su vida.

A pesar de su naturaleza esencial, la carencia de productos de higiene menstrual asequibles, instalaciones adecuadas y una educación exhaustiva sobre salud menstrual constituyen una grave vulneración de los derechos humanos, pues la OMS llama a dejar de considerar la menstruación como un asunto de higiene para tratarlo como un asunto de salud.

El derecho a la salud, la educación, la dignidad, la participación y la no discriminación están íntimamente ligados a la capacidad de las mujeres para manejar su menstruación de manera higiénica, segura y libre de estigmas. Como señala el Banco Mundial, la gestión de la higiene menstrual es fundamental para el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y su ausencia tiene un impacto negativo en su salud, educación y participación económica y social.

A pesar de su importancia, la menstruación sigue siendo un tema tabú, rodeado de mitos, vergüenza y desinformación. Estos estigmas se traducen en prácticas discriminatorias y en la exclusión de las mujeres y niñas de ciertos espacios y actividades durante su periodo menstrual. 

CONTEXTO DE LA POBREZA EN ECUADOR

Según los datos de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) de diciembre 2023, el 26% de la población ecuatoriana vive en condiciones de pobreza y el 9,8% en pobreza extrema. La situación es más crítica en las zonas rurales, donde la pobreza alcanza al 42,2% y la pobreza extrema al 23,7% (Gráfico 1).

Gráfico 1

Porcentaje de pobreza y pobreza extrema por zona

Además, existe una brecha de género en la pobreza. Según el INEC, el 51,23% de las personas en situación de pobreza y el 48,57% en pobreza extrema son mujeres. Estos datos reflejan las dificultades económicas que enfrentan muchas familias ecuatorianas, lo cual limita su capacidad para cubrir necesidades básicas, incluyendo productos de higiene menstrual para las mujeres y niñas del hogar (Gráfico 2).

Gráfico 2
Porcentaje de pobreza y pobreza extrema por género

Según Daniela Zárate, en su artículo titulado “Pobreza menstrual en ecuador: la importancia de proveer toallas sanitarias gratuitas para una menstruación digna”, a una mujer en situación de extrema pobreza, gestionar su menstruación le cuesta 22 veces más que a una mujer con ingresos altos. Pues en el decil de ingresos más bajo, las mujeres deben destinar casi el 10% de sus ingresos para cubrir los costos de productos menstruales, mientras que para las mujeres del decil más alto, representa menos del 0,5% de sus ingresos (Tabla 1). 

Tabla 1

Costo menstrual en el ingreso mensual 2022

Estas disparidades económicas se ven agravadas por la desigualdad de género en el mercado laboral. Según la ENEMDU de marzo 2024, solo el 28,7% de las mujeres a nivel nacional cuenta con un empleo adecuado, en comparación con el 38,5% de los hombres. Además, las mujeres enfrentan una tasa de desempleo del 4,2%, frente al 3,4% de los hombres. Según Zárate, esto significa que las mujeres tienen menos ingresos propios y, por lo tanto, mayores dificultades para costear los productos de gestión menstrual (Gráfico 3).

Gráfico 3

Condiciones laborales a marzo 2024 por sexo

Por su parte, la doctora Ana Lucía Martínez, en el portal web Infobae señala que existen brechas significativas en el acceso a productos de primera necesidad para la salud y bienestar de las mujeres, como toallas higiénicas, tampones y copas menstruales. Estas disparidades reflejan las desigualdades socioeconómicas que enfrentan muchas niñas y adolescentes en Ecuador, quienes a menudo se ven obligadas a elegir entre comprar alimentos o productos de higiene menstrual.

¿QUÉ IMPLICA SER MUJER CON CONDICIONES DE POBREZA EL ECUADOR?

Según Zárate, en su artículo antes mencionado, la falta de acceso a productos sanitarios adecuados durante la menstruación puede tener graves consecuencias para la salud de las mujeres y niñas. El uso de materiales improvisados y poco higiénicos, como trapos, papel periódico o productos no aptos para la absorción de la sangre menstrual, aumenta el riesgo de infecciones del tracto reproductivo. Estas afecciones no solo generan malestar y complicaciones de salud, sino que también pueden requerir tratamiento médico, representando un gasto adicional para mujeres que ya enfrentan limitaciones económicas.

Además, el estrés y la ansiedad por no poder manejar la menstruación dignamente afecta el bienestar emocional de las mujeres y niñas. La vergüenza, el miedo a manchar la ropa y el estigma social asociado a la menstruación pueden generar sentimientos de baja autoestima, aislamiento y exclusión.

La pobreza menstrual también tiene un impacto significativo en la educación de las niñas y adolescentes. Zárate estima que “2 de cada 5 niñas en edad escolar pierden en promedio 5 días de clases al mes por no contar con los productos o instalaciones necesarias para gestionar su periodo”. 

La falta de acceso a toallas sanitarias, baños limpios y seguros en las escuelas, así como la carencia de información y educación sobre la menstruación, lleva a muchas niñas a ausentarse de clases durante sus periodos. Esto no solo afecta su rendimiento académico, sino que también puede conducir a la deserción escolar, limitando sus oportunidades educativas y perpetuando los ciclos de pobreza.

El Banco Mundial reconoce que aproximadamente 500 millones de mujeres y niñas en todo el mundo enfrentan dificultades para acceder a productos menstruales adecuados y a instalaciones higiénicas y seguras para su uso. Esta carencia, exacerbada por la falta de asequibilidad y accesibilidad, así como por el estigma social asociado a la menstruación, limita severamente su participación en la vida pública y afecta negativamente su salud y bienestar.

Por otro lado, en el ámbito laboral, la pobreza menstrual también tiene repercusiones. Daniela Zárate sostiene que “muchas mujeres se ven obligadas a faltar al trabajo o disminuir su productividad debido a la falta de acceso a productos de higiene menstrual adecuados y a instalaciones sanitarias apropiadas en sus lugares de empleo”. Esto puede poner en riesgo su estabilidad laboral y limitar sus posibilidades de crecimiento profesional y económico.

DESMITIFICAR EL TEMA: UN PASO CLAVE PARA LA JUSTICIA MENSTRUAL

Uno de los desafíos más importantes para abordar la pobreza menstrual es la desmitificación de la menstruación y la eliminación de los tabúes y estigmas que la rodean. Como señala la doctora Martínez en el portal web Infobae, la información sobre este proceso biológico debe incluirse, a edades tempranas, “dentro de los programas de salud reproductiva y salud sexual”.

La educación integral sobre salud menstrual, basada en evidencia científica y libre de prejuicios, es fundamental para que todos (hombres y mujeres) puedan comprender, aceptar y manejar la menstruación de manera saludable y digna. Esta educación debe abarcar no solo los aspectos biológicos y de higiene, sino también los derechos sexuales y reproductivos, la equidad de género y la eliminación de las prácticas discriminatorias.

Además, es necesario promover un diálogo abierto y respetuoso sobre la menstruación en todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo las familias, las escuelas, los centros de salud, los lugares de trabajo y los medios de comunicación. Como señala la organización no gubernamental alemana Agua, Saneamiento, e Higiene (WASH), se deben “explorar alternativas a la comunicación interpersonal, como la comunicación en línea, radio, teléfono y servicios de mensajería para brindar información y alternativas para quienes no pueden acceder a los productos menstruales”.

La desmitificación de la menstruación también requiere el compromiso activo de los hombres y los niños, quienes deben ser educados para entender y apoyar las necesidades menstruales de las mujeres y niñas. La promoción de la corresponsabilidad y la eliminación de los estereotipos de género son claves para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria.

Asimismo, para abordar estos desafíos, el Banco Mundial propone políticas inclusivas que integren la educación y concienciación sobre la higiene menstrual, el acceso a productos sanitarios y la adecuada infraestructura. Esto incluye iniciativas como la eliminación de impuestos a productos menstruales y la implementación de políticas que prohíban prácticas discriminatorias durante el periodo menstrual. 

Además, sugiere la entrega de productos menstruales de manera gratuita o a precios subsidiados en sectores de bajos ingresos y en espacios públicos como escuelas y refugios para facilitar el acceso a quienes más lo necesitan. También es importante mencionar que en Ecuador, la eliminación del IVA a las toallas sanitarias, tampones y copas menstruales en 2021 fue un paso importante en esta dirección.

En efecto, la pobreza menstrual es una problemática que afecta a millones de mujeres y niñas en todo el mundo y Ecuador no es la excepción. Las barreras económicas, sociales y culturales que enfrentan las mujeres ecuatorianas para acceder a productos de higiene menstrual y a una educación integral sobre salud menstrual tienen un impacto significativo en su calidad de vida, su salud, su educación y sus oportunidades de desarrollo.

 

(*) Elaborado por Liz Ortiz, analista económica Revista Gestión.

 

Last modified on 2024-04-27

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