Hay paraísos terrenales y también los hay fiscales. Este último es el que versa como protagonista desde hace un tiempo a raíz de los últimos escándalos, aunque su origen se remonta tiempo atrás. Algunos historiadores registran su origen en el antiguo Imperio romano. Sin embargo, su concepto se popularizó en territorios de EEUU como Nueva Jersey o Delaware a finales del siglo XIX. Décadas después, en 1934 se colocó sobre el tablero una pieza clave. La ley bancaria suiza creó el secreto bancario y rápidamente se copió este modelo en el resto del mundo.
Un paraíso fiscal es un territorio que proporciona a personas individuales o empresas extranjeras poca o ninguna carga impositiva. Conocidas personalidades han sido puestas en el punto de mira en relación a la evasión fiscal mediante paraísos fiscales. Según un artículo publicado por Bloomberg “una tercera parte de las 200 personas más ricas del mundo, con una riqueza estimada en 2,9 trillones de dólares, controlan parte de su capital a través de una compañía ubicada en estos paraísos”.
Otro término que converge, cuando se habla de paraísos fiscales, son las empresas Off Shore. Éstas están registradas en un país en el que no realizan ninguna actividad económica, utilizando ese país (normalmente un paraíso fiscal) como domicilio legal para proteger sus activos y obtener ventajas fiscales.
¿Vives en un paraíso?
Hay factores que determinan si un territorio es paraíso fiscal. En primer lugar, no hay impuestos o éstos son nominales (nulos o inefectivos). Además, no hay transparencia en las operaciones monetarias imposibilitando el intercambio de información para propósitos fiscales con otros países. Por último, los no residentes se pueden beneficiar de rebajas fiscales, aunque no desarrollen una actividad económica en el país.
La consideración de paraíso fiscal no es universal, ya que un país puede considerarlo como tal y para ojos de otro no serlo. Por ejemplo, para la Comisión Europea, Panamá está contemplado como paraíso fiscal y, sin embargo, para España o Argentina no. Esto se debe a que mantienen convenios de intercambio mutuo de información. Además, España y Panamá tienen un acuerdo para evitar la doble imposición, creado a raíz de la adjudicación a la empresa española Sacyr, en las obras de ampliación del Canal de Panamá.
No obstante, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) considera que existen 73 paraísos fiscales, entre los que figuran Irlanda y Holanda, estados que tradicionalmente no han estado tildados de ello.
Los expertos en fiscalidad advierten que no es ilegal tener una cuenta o empresa abierta en un paraíso fiscal, lo ilegal es no informar a las autoridades competentes. Por ejemplo, en España, desde 1 enero de 2013, no hay delito fiscal si se declara el patrimonio en el extranjero a la Agencia Tributaria. Sin embargo, es común no informar a las autoridades y esto hace que perseguir el fraude sea muy difícil ya que los entramados ocultan el rastro de los propietarios reales de los bienes radicados en los paraísos fiscales.
Por otro lado, en España los delitos pueden prescribir. Si se han defraudado más de 120.000 euros, el delito prescribe a los 5 años. No obstante, puede durar 10 años en los delitos fiscales agravados, cuando el fraude supera los 600.000 euros.
En definitiva, la crisis económica ha impulsado la persecución y posterior desaparición de los paraísos fiscales para poder revertir el dinero oculto en ellos al resto de la población. Se alzan en los medios cuestiones morales respecto a su uso. Su opacidad no permite determinar la cantidad exacta que se mueve en los paraísos fiscales, pero a tenor de las últimas informaciones, seguramente se escapen los ceros.