La gestión de los desechos sólidos es un problema universal que atañe a todo habitante del planeta. Y con más del 90 % de los desechos que se vierten o queman a cielo abierto en los países de ingreso bajo, son los pobres y los más vulnerables quienes se ven más afectados.
Según el informe del Banco Mundial titulado What a Waste 2.0 (Los desechos 2.0), en el mundo se generan anualmente 2010 millones de toneladas de desechos sólidos municipales, y al menos el 33 % de ellos no se gestionan sin riesgo para el medio ambiente.
En el informe de 2018 se proyecta que la rápida urbanización, el crecimiento de la población y el desarrollo económico harán que la cantidad de desechos a nivel mundial aumente 70 % en los próximos 30 años y llegue a un volumen asombroso de 3400 millones de toneladas de desechos generados anualmente.
¿Cuánta basura representa ese número?
Tomemos el caso de los desechos de plástico, que están llenando los océanos y constituyendo el 90 % de los detritos marinos. Tan sólo en 2016, en el mundo se generaron 242 millones de toneladas de desechos de plástico, el equivalente de unos 24 billones de botellas de plástico de 500 ml. Con el volumen de agua de estas botellas se podrían llenar 2400 estadios olímpicos, 4,8 millones de piletas olímpicas, o 40 000 de bañaderas. Dicho número de toneladas también equivale al peso de 3,4 millones de ballenas azules adultas o a un conjunto de 1,376 edificios Empire State.
Y eso es tan sólo el 12 % del total de desechos generados anualmente.