Seguro que ya saben que la vida sedentaria es enemiga de la salud. Probablemente también crean que, a la hora de hacer ejercicio, primero hay que comer –“rellenar” los depósitos de energía– y luego moverse. Y no andan desencaminados, porque es lo que suele recomendarse.
Sin embargo, realizar una actividad física con el estómago vacío podría presentar algunas ventajas en personas aparentemente sanas cuyo metabolismo está empezando a cambiar por culpa de un estilo de vida sedentario. Moverse en ayunas es una tendencia en boga que analizaremos en este artículo desde el punto de vista de la salud, no con un enfoque de rendimiento deportivo.
Pero antes de entrar en materia, puntualicemos que esta práctica sólo debe contemplarse si vamos a realizar ejercicios físicos moderados como caminar, hacer las tareas domésticas, practicar yoga o cualquier otra actividad de poca intensidad. En cuanto al ayuno, se sugiere llevar a cabo el ejercicio unas horas después de haber comido (por la mañana, antes del desayuno) o justo antes de la siguiente ingesta.
Diseñados para cazar con el estómago vacío
La modalidad de ejercitarse sin probar bocado se apoya científicamente en el ciclo fisiológico de acción-recompensa-descanso. Según la medicina evolutiva, el ser humano está diseñado para moverse (cazar) en ayunas. O, dicho de otro modo, para caminar largas distancias con el estómago vacío en busca del alimento.
Las ganas de comer generan orexina, un neuropéptido que nos mantiene despiertos y estimula el movimiento. Además, se ha descubierto que las orexinas están relacionadas con ciertas regiones del cerebro, lo que explica la famosa frase “eres más listo que el hambre”. Es decir, el cuerpo está preparado para permanecer alerta y moverse en busca de comida con un ligero estado de hambre. En cambio, cuando comemos y obtenemos la recompensa, nos entra sueño: el organismo pide descansar, hacer la digestión y aprovechar todos los nutrientes.
Este ritmo fisiológico de acción-recompensa-descanso fue definido hace años por los investigadores Manu Chakravarthy y Frank Boothy, y hoy está considerado como una posible vía de intervención para mejorar la salud.
Last modified on 2024-03-05