La incertidumbre ante la aparición de nuevas tecnologías y el desconocimiento de cómo aprovecharlas para mejorar la gestión empresarial es uno de los principales retos para los negocios. Más allá de invertir y adquirir nuevas tecnologías, la transformación digital obliga a las empresas a actualizar todos los procesos organizacionales.
Desde el 2020 el mundo corporativo atravesó por una renovación obligatoria y acelerada, revolucionando el mercado del talento, abriendo nuevas posibilidades a profesionales y puso a prueba la operación digital de todas las empresas, marcando diferencias entre las que tenían la capacidad de reaccionar y las que no estaban preparadas.
Dentro de esta perspectiva, los primeros consumidores de las estrategias corporativas son los propios colaboradores; es por esto que el proceso de transformación digital, sea cual sea la empresa, debe fundamentarse en 3 aspectos:
- Emprender una evaluación 360: este paso previo ayuda a entender el panorama y las capacidades digitales instaladas desde distintas aristas, como visión estratégica, procesos, compromiso con el cliente, cultura, etc. Además, ayuda a alinear conceptos como paso previo al desarrollo o redefinición de una estrategia.
- Impulsar el cambio cultural: la “transformación” más allá de lo digital implica un cambio interno, muchas veces este es el mayor desafío.
- Diseñar una estrategia propia: hay un sin fin de posibilidades y no existe un modelo único, hay que buscar una fórmula propia que sea consistente y coherente con el giro del negocio.
Martin Grimaldo, Senior Manager de PwC Ecuador, menciona que: “muchas empresas tienen un programa de transformación digital con un foco muy tecnológico y gestionado por un grupo muy técnico, esto provoca que fracasen porque les hace falta los componentes de gestión del cambio o simplemente no logran enlazar los posibles beneficios de estas tecnologías con las funciones y procesos de la empresa y la labor de sus colaboradores”.
El experto señala que es por esta razón que quienes planifiquen la transformación digital deben establecer estrategias de no más de 3 años para su ejecución, involucrar a todas las áreas corporativas, y finalmente realizar evaluaciones anuales.
Con el tiempo la estrategia digital se volverá una sola con la estrategia tradicional de negocios y no será necesario hacer énfasis en la palabra "digital" como algo distinto al negocio.
Es importante recordar que las acciones que realice una empresa en este ámbito, ciertamente no será la adecuada para otra, no hay una receta única. Será clave desarrollar una fórmula propia que haga total sentido con su propio giro de negocio.
Last modified on 2022-05-05