Este 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, una problemática que tiene costos invaluables para la sociedad. Un estudio realizado por PreViMujer, GIZ y la Universidad de San Martín de Porres identificó que 54 de cada 100 mujeres dueñas de microemprendimientos en Ecuador han sufrido algún tipo de violencia por parte de sus parejas o exparejas. Como consecuencia, 73,7% ha sufrido algún daño físico o emocional, lo que ocasionó una pérdida anual de ingresos de $ 214 millones en 2019, un equivalente al 0,2% del Producto Interno Bruto de ese año.
En el Ecuador, las microempresas y los microemprendimientos son una importante fuente de subsistencia para millones de personas. Los microemprendimientos son unidades productivas de menor escala, cuyas ventas anuales son iguales o menores a $ 100.000 y que tienen entre uno y nueve trabajadores. Las entidades bancarias también ofrecen líneas de crédito específicas, como los microcréditos, aquellos préstamos otorgados para financiar actividades en pequeña escala de producción, comercialización o servicios, como los microemprendimientos.
Este tipo de emprendimientos son fuentes de desarrollo económico, por lo que los gobiernos establecen políticas y destinan recursos para su promoción. En el 2019, las mujeres eran dueñas de 40,8% de todos los microemprendimientos, es decir, 1’221.599. Sin embargo, el potencial crecimiento de estos pequeños negocios se ve afectado por la violencia de género presente, en gran medida, en los países en vías de desarrollo.
El estudio Los costos de la violencia contra las mujeres en los microemprendimientos de Ecuador: 2020 realizado por Arístides Alfredo Vara – Horna del programa PreViMuejr, la GIZ y la Universidad de San Martín de Porres, analiza sistemáticamente el impacto de la violencia en la productividad y el desarrollo económico de las microempresas.
41,3% DE MICROEMPRENDIMIENTOS DE MUJERES SON DE COMERCIO Y COMIDA
De acuerdo con el Monitor Global de Emprendimiento, Ecuador es uno de los países más emprendedores en América Latina, con una alta participación de mujeres en los emprendimientos por cuenta propia. Sin embargo, también es uno de los países con los mayores niveles de violencia contra las mujeres por parte de sus parejas o exparejas. Según estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en el 2019 aproximadamente 7 de cada 10 mujeres ecuatorianas había sufrido algún tipo de violencia.
El estudio citado identifica que los microemprendimientos liderados por mujeres ecuatorianas se dedican principalmente al comercio y servicios de comida (41,3%), seguido de actividades agropecuarias y pesqueras (24,8%), ocupaciones elementales no calificadas, como limpieza y lavandería (15,1%), y artesanía (10,8%). Únicamente 5,9% realiza actividades profesionales de dirección o técnica de nivel medio.
En promedio, las mujeres que lideran sus microemprendimientos tienen 46,3 años y más de 14,5 años trabajando en promedio 29,11 horas a la semana. Sus ingresos mensuales promedian en $ 9.782 con muy poco margen de ganancia ya que sus gastos oscilan alrededor de los $ 9.598 (la diferencia es de $ 184).
La mayoría de mujeres con microemprendimientos están en el área urbana (67%) y 76,6% no tiene seguro médico. En cuando al nivel de formación, solo el 14,6% tiene educación superior, y 9,8% no sabe leer ni escribir.
55% DE MUJERES DUEÑAS DE MICROEMPRENDIMIENTOS HA SUFRIDO VIOLENCIA
A través de un diseño descriptivo, y con la base de datos de la Encuesta Nacional de Violencia de Género contra las Mujeres 2019 (ENVIGMU), el autor del estudio identificó que 54,9% de mujeres dueñas de microemprendimientos ha sufrido algún tipo de violencia por parte de sus parejas o exparejas en el Ecuador. La violencia más prevalente es la psicológica, la cual ha afectado a 52,6%, seguida de la física (34,7%), la económica/patrimonial (20,8%) y la sexual 11,4% (Gráfico 1).
Los datos sobre la violencia contra mujeres dueñas de microemprendimientos en los últimos 12 meses reflejan cifras menores: 21,2% de mujeres han sido violentadas. En este período, la violencia psicológica también es la que más prevalece, pues afectó a 18,1% de las mujeres.
Gráfico 1
Mujeres dueñas de microemprendimientos violentadas por sus parejas o exparejas
El estudio presenta también que hay más violencia en las mujeres con microemprendimientos que viven en la zona rural (58,4%) que en la zona urbana (53,3%); los datos sobre daños emocionales, físicos o ambos son mayores en la ruralidad.
Además, existe más violencia a medida que aumenta la edad y especialmente en mujeres separadas o divorciadas. El daño emocional de mujeres separadas o divorciadas afectó a 83,7% de las encuestadas, a diferencia de las solteras (65,4%) y las mujeres casadas o unidas (63,7%) (Gráfico 2).
Gráfico 2
Daño físico y emocional según estado civil
TRISTEZA, DEPRESIÓN E INSOMNIO, LO QUE MÁS SUFREN LAS MUJERES CON MICROEMPRENDIMIENTOS
La violencia contra las mujeres produce un impacto negativo en la salud física y emocional de las aquellas dueñas de emprendimientos de Ecuador. El estudio revela que 73,7% de las mujeres agredidas por sus parejas o exparejas ha experimentado algún daño físico o mental. El 71,7% de mujeres indicó un daño emocional, y los indicadores más frecuentes son la tristeza, aflicción, depresión e insomnio (66,5%), seguidos de angustia, miedo, problemas nerviosos (54,4%) y desórdenes del apetito (40,7%) (Gráfico 3).
Gráfico 3
Daño emocional
Es importante resaltar que 13,4% de las mujeres agredidas dueñas de microemprendimientos ha pensado en quitarse la vida y 5,83% ha intentado hacerlo. El autor indica que estos porcentajes son cuatro veces más altos en comparación con las mujeres en general que no han sufrido violencia por parte de sus parejas o exparejas. En la dimensión física, los indicadores que más prevalecen son el dolor de cabeza y la parálisis facial (44,09%), los moretones o hinchazón (24,47%), seguidos de los desmayos (8,86%)
Todas estas afectaciones, tanto físicas como emocionales, son de gran relevancia e interés de la salud pública del país. La violencia contra la mujer es un problema existente que requiere de acciones urgentes. El costo de la violencia no se refleja únicamente en la salud de las mujeres, también existe un costo económico para ellas y para el país.
LAS MUJERES PIERDEN $ 1.699,42 EN SUS EMPRENDIMIENTOS COMO CONSECUENCIA DE LA VIOLENCIA
El objetivo del estudio realizado por Vara-Horna era identificar los costos de oportunidad y los gastos de bolsillo de las mujeres dueñas de microemprendimientos víctimas de la violencia de género. Los costos de oportunidad se refieren a los ingresos netos perdidos de sus negocios, que se calcularon comparando a las mujeres dueñas de microemprendimientos que fueron víctimas de la violencia con las que no se enfrentaron a este tipo de violencia. Por otro lado, los gastos de bolsillo se refiere a todos los gastos que deben destinar las mujeres para cubrir los daños de la violencia contra ellas, ya sean daños personales o daños a la propiedad.
Los resultados del estudio evidencian que la violencia contra la mujer por parte de parejas o exparejas afecta de modo significativo los ingresos por ventas en los microemprendimientos de las mujeres ecuatorianas. El clasifica a las mujeres que tienen un emprendimiento bajo la modalidad de ocupación por cuenta propia y a las que son patronas. Las mujeres bajo la modalidad de cuenta propia son aquellas que realizan una actividad productiva de forma independiente, mayoritariamente en la informalidad, mientras que las patronas son las dueñas de negocios que tienen trabajadores bajo su cargo y son casi siempre formales.
La violencia contra la mujer genera, según el estudio, un pérdida del 2,6% de las ventas netas anuales de las mujeres que tienen un microemprendimiento bajo la modalidad de ocupación por cuenta propia y de 20% cuando son patronas. En términos monetarios, representa aproximadamente $ 1.699,42 al año en las patronas y de $ 251,68 en las mujeres ocupadas por cuenta propia. Este es el monto de dinero que las mujeres dejan de ganar como consecuencia directa y controlada de la violencia contra las mujeres en relaciones de pareja.
Si se contabiliza a nivel nacional, existen 671.024 mujeres con microemprendimientos que son agredidas por sus parejas, por lo que las pérdidas llegan a $ 214 millones al año, o un equivalente de 0,2% del PIB.
Con respecto a los gastos de bolsillo, las mujeres buscan información, apoyo o atención en diversas instituciones gubernamentales y de la sociedad civil, principalmente para protección y denuncia. También en el caso de ser agredidas, reciben atención médica y atención psicológica, y todo esto son gastos para las mujeres. Por lo que, el estudio revela que esos gastos llegan aproximadamente a $ 29 millones anuales, o un equivalente a 0,026% del PIB.
EL EMPODERAMIENTO DE LA MUJER VA MÁS ALLA DE UN EMPRENDIMIENTO
El emprendimiento de nuevos negocios suele ser uno de los pasos importantes para la autonomía de las mujeres, se lo denomina “migración económica” e inicia usualmente con emprendimientos de supervivencia, pues se basan en la necesidad más que en la oportunidad, pero en el mediano y largo plazo suelen generar capital y tienen el potencial de crecer. Sin embargo, este posible desarrollo de los emprendimientos se ve limitado por la violencia contra la mujer por parte de sus parejas.
Una forma de reducir la violencia contra la mujer es impulsar la inclusión financiera y la autonomía económica. Pero los datos obtenidos en el estudio reflejan que buscar un empoderamiento económico a través de emprendimientos es mucho más complejo, pues muchas aún son víctimas de violencia por parte de sus parejas o exparejas, por lo que el emprendimiento no es suficiente.
El problema de la violencia contra la mujer por parte de parejas no se origina por falta de recursos, existe un desbalance de poder entre hombre y mujeres, que se relaciona con los roles de género y los estereotipos profundizados por la sociedad.
Entre las recomendaciones presentadas por el autor del estudio, se incluye que el Estado debe implementar políticas gubernamentales para reforzar los microemprendimientos de las mujeres, asegurando un ejercicio pleno de derechos que debe ser asumido integralmente, no solo desde su enfoque económico.
*Elaborado por Maí Suárez, redacción Revista Gestión.
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Last modified on 2021-11-21