Con el pasar de los años, la población ecuatoriana sigue creciendo y el mercado laboral no está en su mejor momento, pues cada vez más personas ofrecen sus servicios, mientras las empresas no demandan mano de obra. El pleno empleo atraviesa una etapa de decrecimiento, mientras que el subempleo incrementa y el desempleo es un problema constante. Entre las ciudades con mayor desempleo están Quito, Machala y Ambato, mientras que Cuenca mantiene los mejores indicadores laborales de todo el país. Finalmente, la Enemdu muestra una clara brecha entre hombres y mujeres al conseguir un empleo adecuado, a pesar de que ambos mantienen una empleabilidad global similar.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) trimestralmente publica los resultados correspondientes a la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu) donde se constatan los principales indicadores laborales del Ecuador. Las encuestas se realizan a un total de 17.066 viviendas en las cinco principales ciudades autorepresentativas (Quito, Guayaquil, Cuenca, Machala y Ambato), además de en sectores rurales que sirvan cono matiz para diferenciar las dinámicas laborales de las zonas urbanas. Las cifras presentadas en el siguiente análisis enmarcan la situación del segundo trimestre de 2019 (abril-junio) y se comparan con los resultados del mismo segundo trimestre de los cuatro años pasados.
De acuerdo con las proyecciones del INEC, establecidas en el último censo a inicios de esta década, la población ecuatoriana para la primera mitad de 2019 asciende a 17,32 millones de personas, lo que representa un incremento en términos absolutos de 278.000 individuos cada año, y en relativos de 1,6%. De la población total, 71,1% se encuentra en edad de trabajar (PET) – mayores a los 15 años- y 66,8% es población económicamente activa (PEA), que se caracteriza por su disponibilidad y deseabilidad a desempeñar cargos laborales. Esto quiere decir que la PET mantiene alrededor de 12,31 millones de personas y la PEA disminuye hasta los 8,23 millones de personas (Gráfico 1).
Gráfico 1
Población, PET y PEA
EL EMPLEO SE DETERIORA
Cuando hablamos de un deterioro en el mercado laboral, nos referimos al traslado de personas que se encontraban trabajando en el mercado formal o en calidad de empleo adecuado directamente hacia el subempleo o, en los peores casos, hasta el desempleo.
La metodología del INEC define al empleo adecuado como aquel que durante la semana completa o supera las 40 horas de trabajo y por él se perciben iguales o mayores remuneraciones que el Salario Básico Unificado (SBU), que para el 2019 alcanza los $ 394 mensuales. Por otro lado, el subempleo se puede caracterizar por dos aristas: tiempo, al no igualar las 40 horas de trabajo a la semana, o ingresos, al no igualar el SBU establecido por el Ministerio del Trabajo. El desempleo, en cambio, se genera porque pese a la disponibilidad y deseo de trabajar de las personas mayores a 15 años, estas no consiguen un trabajo, incluso cuando están en búsqueda laboral.
Ahora bien, bajo estos parámetros, junio 2019 muestra una mejora en comparación a 2018, pues el empleo adecuado aumentó en 0,6%, esto quiere decir que alrededor de 18.069 personas se insertaron en el mercado laboral formal; sin embargo, si contrastamos con la situación del 2015 el empleo adecuado ha disminuido en 8,6%. Por el lado del desempleo, el mismo incrementó en 0,3% al pasar de 4,1 a 4,4, lo que en términos reales significa que 36.067 personas más se encuentran sin trabajo. Pero lo más severo ocurre con el subempleo, que creció en más de seis puntos porcentuales entre 2015 (14%) y 2019 (20,3%) (Gráfico 2).
Gráfico 2
Empleo adecuado, subempleo y desempleo
Si es que se sopesan los resultados, el incremento leve de individuos insertados en el mercado formal, no se compara con los significativos resultados – al alza – de personas que se encuentran en situación de desempleo o subempleo. Por lo que se puede decir que, en los últimos cinco años, hay claramente un deterioro del mercado laboral.
LA SITUACIÓN DE LAS CIUDADES ES DIVERSA
Quito es la ciudad que registra mayor desempleo (8,3%), seguida de Machala (5,5%) y Ambato (4,7%), mientras que Guayaquil mantiene una relativa baja población sin empleo (2,5%). En términos de subempleo, en cambio, Guayaquil tiene el porcentaje más alto, con 17,7 puntos, seguida de Quito, con 14,3, y Ambato, con 15. Esto quiere decir que aunque la Perla del Pacífico tiene poca desocupación, sus niveles de subempleo y la informalidad son elevadas, muchas familias ganan menos del básico y/o laboran menos de 40 horas semanales (Gráfico 3). La situación de la capital del Austro se podría concebir con la mejor, dado que mantiene a 69,4% de la PEA en pleno empleo. Así mismo, Cuenca es la ciudad con un peso relativo del subempleo más bajo en todo el territorio ecuatoriano.
Gráfico 3
Empleo adecuado, subempleo y desempleo por ciudades
EXISTE UNA BRECHA ENTRE HOMBRES Y MUJERES
Si bien en la tasa de empleo global – que incluye a las personas asalariadas, independientes y no remuneradas- no evidencia una desigualdad en el acceso a cualquier tipo de trabajo entre hombres y mujeres, porque tienen una empleabilidad de 96,3% y 94,5%, respectivamente, el problema se evidencia en el empleo adecuado. Desde el punto de vista de la consecución horaria y salarial, los hombres sí mantienen una ventaja estadísticamente significativa frente a las mujeres, pues la tasa de empleo adecuado para los hombres se ubica en 44,8%, mientras que para las mujeres cae al 28,87%, mostrando una diferencia de 16,1 puntos porcentuales.
Esto sucede así porque muchas mujeres se desempeñan en roles no remunerados, como el cuidado del hogar y la familia. Con esto las mujeres – y sobre todo las madres- se convierten en un subsidio para toda la economía en su conjunto, pues no se analiza cómo incidiría la remuneración de las labores desempeñadas dentro de cada hogar, lo mismo ocurre con la crianza de los niños en etapas iniciales.
Por: Eduardo Cobos, redacción Revista GESTIÓN.
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Last modified on 2019-07-16