La estrategia es la forma global en que las acciones alcanzan metas. La planificación estratégica empieza por establecer metas, por lo que surgen inmediatamente preguntas como ¿para qué metas?, ¿por qué metas?, ¿dónde? y ¿cómo establecerlas?
La meta es el hito de cumplimiento de los objetivos. Un objetivo puede contener una o varias metas y se verifica su alcance en base al seguimiento del logro de la expectativa fijada, siempre de manera cuantitativa.
En la planificación estratégica, esto se logra mediante la construcción de scorecards de indicadores de gestión armónicos y sistemáticos, que son información que agrega valor y debe estar enfocada en procesos definidos, racionalizados y mejorados para señalar si se está realizando bien o mal el proceso al que atañen. La meta es el rango de aceptación del indicador.
Tipos de indicadores de gestión
Ejemplos cotidianos de KPR:
- Kilómetros recorridos
- Consumo de energía eléctrica
- Calificaciones parciales / finales
Ejemplos cotidianos de KPI:
- La velocidad del auto
- La temperatura de una habitación
- La batería del celular
Los indicadores de gestión deben reunir tres características clave, deben ser: medibles, entendibles y controlables.
Medibles
Todo Indicador clave debe expresarse en cantidades, no hay excepciones, incluso las percepciones, si ese fuese el caso, deben llevarse a una escala numérica de equivalencia.
Entendibles
Verificar su pertinencia, es decir, la congruencia en las unidades que expresa el indicador con el proceso que pretende medir.
Controlables
Ante la periodicidad de su aparecimiento, se debe poder determinar valores máximos, mínimos y rangos, lo que los hace controlables.
A partir de estos tres criterios, se obtienen conclusiones respecto a la calidad de información que el indicador arroje, con la finalidad de que al ser relacionables con una magnitud numérica significativa en el negocio (liquidez en el caso de las entidades financieras, por ejemplo) permitan un monitoreo efectivo.
La idea es contar con un grupo de indicadores clave, que se agrupan en perspectivas de preferencia para medir aspectos tales como: financieros, de marketing, de calidad y de generación de intangibles (talento humano y tecnologías de la información), también debe considerarse un criterio sistémico, es decir, que funcionen con base en el principio de causa y efecto.
Al aplicarlos se obtendrá información sobre la situación del negocio y su tendencia, para la toma de decisiones acertadas que permitan mejorar la competitividad.
Así, por ejemplo: el personal que trabaja contento por la capacitación que recibe mejora los índices de productividad, esto hace que el cliente esté satisfecho y se fidelice, lo que produce ingresos a la empresa.
Finalmente, se procede a proyectar en forma cuantitativa los valores obtenidos de los KPI y los KPR, así como a fijar los límites de aceptables de los mismos, que serán las metas del proceso de planificación.
Sistema de indicadores scorecard
*Ingeniero comercial, con especialización en finanzas y habilidades múltiples. Director de Management Advise and Consulting (MA&C). Docente universitario.
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Last modified on 2018-05-02