Si bien la utilización del dinero en efectivo continúa siendo una forma de pago clave en muchas economías, a nivel agregado su uso no ha hecho más que reducirse. El banco HSBC en un informe publicado en el 2016 consideraba que la utilización del dinero en metálico en el mundo había disminuido en 44% entre 2009 y 2015 y su reducción continua de forma imparable.
Las transferencias bancarias, el uso de tarjetas de crédito o las nuevas formas de pago (como paypal, pagos mediante móvil, el uso de criptomoneda) han ido desplazando poco a poco al efectivo como medio de pago, no obstante, su utilización continúa siendo muy frecuente. Así, según un estudio que realizó el Banco Central Europeo en 2017, un ciudadano europeo realizaba anualmente entre 280 y 340 transacciones en efectivo, lo que suponía que en términos agregados en los países de la zona euro se realizaban anualmente más de 100.000 millones de transacciones en metálico. Éstas eran significativas en los pagos pequeños, el 81% de aquellos que eran inferiores a 25 euros se hacían en efectivo. Si el importe a pagar superaba los 50 euros, el porcentaje de transacciones disminuía considerablemente y si estas eran superiores a los 500 euros su uso era porcentualmente muy reducido.
¿PORQUE SE USA MENOS EFECTIVO A NIVEL GLOBAL?
Son muchos los gobiernos que están intentando reducir el peso del efectivo en las transacciones económicas con el objeto de reducir fenómenos como el blanqueo de capitales, el fraude fiscal, la criminalidad o la economía sumergida o informal. Así en Francia, Italia o España, por ejemplo, sus gobiernos han venido limitando los pagos que se podían realizar con efectivo.
MEDIDAS TOMADAS POR VARIOS PAÍSES
Dinamarca ha ido un paso más allá en esta estrategia, tras aprobar en su parlamento que desde el primero de enero de 2030 el efectivo debe erradicarse del país. De hecho, Dinamarca ha dejado de imprimir nuevos billetes desde hace cinco años.
Suecia, apenas se utilizan los cajeros automáticos y hasta los donativos en las parroquias se hacen a través de smartphone o con tarjetas de crédito. Incluso se está estudiando la creación por parte del Banco Central Sueco de una moneda virtual nacional pública, la e-krona, lo que supondría toda una novedad en lo que a “impresión” de dinero se refiere.
El Banco Central Europeo dejó de fabricar hace unos pocos meses los billetes de 500 euros (que es el billete de mayor denominación que emitía) en un intento de disminuir el peso del uso del efectivo.
India decretó a finales de 2016 que los billetes de 500 y 1.000 rupias quedarían fuera de circulación con el objeto de luchar contra la economía sumergida. Esta medida produjo una gran controversia, ya que la mayoría de la población carecía de cuentas corrientes y porque el gobierno indio concedió a sus ciudadanos corto tiempo para que cambiarán estos billetes por otros de menor denominación. Como consecuencia de esta medida extrema se formaron largas colas frente a las entidades bancarias y el caos se apoderó del país durante varios días ante la falta de efectivo y por la desesperación de muchos particulares que no conseguían cambiar sus ilegalizados billetes. Mucha gente incluso dejó de ir a trabajar esas semanas con el objeto de no perder sus escasos ahorros que se encontraban denominados en estos billetes.
Corea del Sur también se ha propuesto eliminar el dinero en efectivo para finales de 2020. En Corea el pago digital está muy extendido y se estima que alrededor del 70% de los coreanos ya no usan efectivo. El Banco Central de Corea, para conseguir este objetivo, impulsó que los comercios que cobrasen sus ventas en efectivo entregasen el cambio a sus clientes en forma de tarjetas prepago que podrían usar en compras posteriores.
A nivel empresarial se buscan reducir el uso del efectivo, para bajar costos y disminuir riesgos de gestión.
EL AVANCE TECNOLÓGICO
La transformación digital impulsada por el desarrollo tecnológico y el auge del comercio electrónico, han generado un cambio disruptivo en los medios de pago, de forma que los pagos mediante tarjeta de crédito, transferencia electrónica, paypal u otras formas de pago digitales han ido poco a poco desplazando el uso del efectivo como medio de pago.
La aparición de nuevos medios de pago electrónicos que presentan niveles de seguridad cada vez mayores y cuya integración en los teléfonos móviles está permitiendo su rápida difusión, así como los cada vez mayores niveles de seguridad de las tarjetas de crédito, contribuyen a la preferencia del pago electrónico al efectivo.
La compañía telefónica keniata filial de vodafone M- PESA (M de móvil y Pesa que en swahili significa dinero), comenzó a ofrecer a sus usuarios hace once años la posibilidad de realizar todo tipo de pagos, transferencias o retirar dinero de cajeros, entre otros servicios, a través del teléfono móvil. El éxito de esta iniciativa fue tal, que sólo cuatro años después de su lanzamiento el servicio contaba con 14 millones de usuarios y más de 30.000 distribuidores. Hoy en Kenia el 60% de las transacciones se hacen de forma digital, fundamentalmente entre dispositivos móviles y su gran aceptación ha propiciado que el modelo se extienda de forma acelerada a los países vecinos y a otros más lejanos como Afganistán, India o Rumanía. M-Pesa se dio cuenta que los niveles de bancarización de la población africana eran los más bajos del planeta pero que, sin embargo, casi todos los africanos tenían un teléfono móvil, aunque este fuera muy básico. Por esta razón la compañía se embarcó en un proyecto de digitalización de los pagos que se ha convertido en un referente mundial.
China también es un referente en lo que a la digitalización de los pagos se refiere. El país cuenta con dos gigantes del pago móvil: Alipay y WeChat Pay, de forma que los chinos pueden pagar casi todo con su teléfono móvil, la difusión es tal que China podría ser uno de los primeros en dejar de usar el papel moneda.
En las grandes ciudades el pago digital se ha vuelto omnipresente en los últimos años y su expansión se ha visto alentada por un vigoroso comercio electrónico que ha hecho que los consumidores chinos desdeñen, especialmente en las grandes ciudades, la compra en tiendas tradicionales para poder comprarlo todo por internet. De hecho, su uso está tan extendido que algunos expertos señalan que es entre 30 y 40 veces superior al de los Estados Unidos.
¿EN QUÉ POSICIÓN SE ENCUENTRA ECUADOR EN ESTA TENDENCIA GLOBAL DE ELIMINACIÓN DEL EFECTIVO?
Cabe señalar que América Latina es quizás la región del mundo en la que la utilización del dinero en efectivo está más extendida. Así, por ejemplo, el Banco Central de Perú estimó en 2016 que alrededor del 98% de las transacciones que se realizaban en el país eran en efectivo. De igual manera el Banco Central de México calculó en 2015 que alrededor del 90% de las transacciones se realizaban en efectivo.
En Ecuador la situación no es muy diferente y aunque los pagos electrónicos son cada vez más relevantes, su uso no termina de despegar. El Banco Central de Ecuador reconoce que la demanda de efectivo en el país es muy alta, a pesar de su empeño en reducirla.
El Banco Central estimó en 2016 que sólo el 11% de la población utilizaba tarjetas de crédito o de débito, a pesar de que su uso en 2016 con respecto al 2015 creció alrededor de 15%, y a pesar de que en 2017 la banca privada emitió alrededor de 500.000 tarjetas débito más que en el ejercicio anterior, los números transados aún no arrojan los resultados esperados.
La banca privada ecuatoriana asumió el compromiso de incentivar el uso de medios de pago alternativos al efectivo, pero lo cierto es que no comenzaron a promocionar intensamente el uso de tarjetas de débito hasta el 2014, lo que situaba al sistema financiero ecuatoriano con un retraso de unos 25 años en comparación a lo que sucede en otras latitudes. Si bien las tarjetas de débito existen en Ecuador desde hace unos 30 años, hasta 2009 en que se convirtieron en un medio de pago más, sólo se utilizaban para hacer retiros en cajeros automáticos.
Ecuador se encuentra muy alejado en relación a países como Suecia, Dinamarca, Corea del Sur, Kenia o China en lo que a la digitalización de los pagos se refiere. El ecuatoriano sigue todavía muy pegado al uso de dinero en efectivo para realizar pagos y acumular riqueza.
* Es doctor en Ciencias Económicas y licenciado en Derecho. Experto en cash management, sistemas bancarios y finanzas internacionales.
Revista Gestión no se responsabiliza por las opiniones ni comentarios publicados por sus colaboradores en este espacio, quienes son los responsables del contenido difundido. Si va a hacer uso de este artículo, por favor cite la fuente original.
Encuentre contenido relacionado en nuestro archivo histórico:
Sentencias más severas: ¿una clave para luchar contra la delincuencia en América Latina?
4 claves para enfrentar la impunidad de la corrupción
Perfiles de los candidatos a alcalde de Quito
Despuntan las reformas en materia de protección de datos en América Latina
Last modified on 2019-04-12