Según un estudio realizado por Equilibrium- Centro para el Desarrollo Económico acerca de la población migrante venezolana en Colombia, Perú y Ecuador, 79% de la población venezolana no tiene intenciones de moverse a otro país. Esto a pesar de que el 41% no tiene trabajo y está buscando uno y 80% no ha logrado conseguir un trabajo relacionado con su profesión. La población migrante venezolana tiene altos niveles de educación superior, lo que puede ser una oportunidad de capital humano para el desarrollo de los países de acogida.
Equilibrium-Centro para el Desarrollo Económico (CenDE) realizó por tercera vez la Encuesta Regional a Población Migrante y Refugiada Venezolana en Colombia, Perú y Ecuador a 1.416 personas durante el mes de agosto. El estudio tiene como objetivo el evidenciar los principales desafíos que se enfrentan estas personas y concluye sobre la necesidad de desarrollar soluciones con un enfoque regional y a largo plazo a favor de la población migrante venezolana.
EL ALTO COSTO DE VIDA IMPULSÓ AL 69% DE VENEZOLANOS A DEJAR EL PAÍS
Venezuela se enfrenta a una fuerte crisis política, económica y social, lo que ha ocasionado la migración masiva se su población, con diferentes destinos. Un gran porcentaje se encuentra en países vecinos: Colombia y Perú; sin embargo, sus condiciones de vida en estos países no son siempre óptimas.
La encuesta realizada por CenDE identifica factores multidimensionales que han impulsado el desplazamiento desde Venezuela, la principal razón es el alto costo de vida (69%) en el que incide la extremadamente elevada inflación. La tasa de inflación más alta fue de 65.374,08% en el año 2018; en el 2021 se registra una inflación de 2.700%. Esta hiperinflación causa que los precios pierdan su valor real, por lo tanto, existe una reducción de la riqueza y pérdida muy notable del poder adquisitivo de los ciudadanos, lo cual impulsa que decidan dejar el país.
Además de la hiperinflación, la cual afecta el costo de vida, el mercado laboral en Venezuela también se encuentra en un estado crítico. Los resultados de la encuesta indican que 62% de las personas encuestadas salieron del país en búsqueda de oportunidades laborales.
La tercera razón más relevante es la falta de alimentos en el país (58%), seguido del limitado accedo a medicina y servicios de salud (40%), la inseguridad y violencia (32%), la falta oportunidades de estudio (18%), la persecución política o individual (18%) y otras. Estos resultados reflejan el escenario complejo de crisis multidimensional en Venezuela.
Gráfico 1
Motivaciones para salir de Venezuela
EL 79% DE LOS MIGRANTES NO TIENE INTENCIONES DE IR A OTRO PAÍS
A pesar de la crítica situación en Venezuela, la pandemia generó que muchas personas retornen a su país. De la población encuestada, 37% tiene un miembro de su familia o conocido cercano que ha retornado a Venezuela el último año.
Por otro lado, 79% tiene intención de permanencia en Colombia, Perú o Ecuador. Únicamente 10% tiene intención de moverse del país en el que se encuentra actualmente de forma permanente el próximo año (Gráfico 2). De este porcentaje, se identificó que los motivos principales para moverse son la búsqueda de calidad de vida (41%), la reunificación con la familia (38%) y la búsqueda de un trabajo acorde con su profesión (38%). Lo que indica que estas personas no están contentas en el país o no encontraron suficientes oportunidades para establecerse en ellos.
Gráfico 2
Intención de permanencia en el país
EL NIVEL EDUCATIVO DE LA POBLACIÓN MIGRANTE VENEZOLANA ES SUPERIOR AL PROMEDIO DE ECUADOR, COLOMBIA Y PERÚ
A pesar de que para julio de 2021 el 41% de la población migrante no tiene trabajo, su nivel educativo en la región andina es comparativamente superior a los promedios de Colombia, Ecuador y Perú. De las personas encuestadas, 46% ha completado estudios superiores universitarios o técnicos.
A pesar de sus estudios, la inmensa mayoría (92%) no ha podido convalidar sus títulos profesionales en estos países. Además, el 80% no ha logrado conseguir un trabajo relacionado con su profesión, lo que puede derivar en situaciones de pérdida de capital humano y subempleo significativas.
En algunos encuestados existe una percepción de que la población migrante es una amenaza para el mercado laboral nacional. Sin embargo, el estudio realizado por CenDE indica que la educación de las personas venezolanas puede ser una oportunidad y que se debería aprovechar el capital humano para el desarrollo socioeconómico de los países de acogida.
Cabe señalar que uno de los resultados obtenidos del Premio Nobel de Economía del 2021, David Card, fue que el ingreso de migrantes en Estados Unidos no tuvo ningún efecto en el salario o desempleo de las personas residentes de Miami. Por lo que existe evidencia de que la migración puede llegar a tener efectos positivos en el mercado laboral.
LA FALTA DE RECURSOS ECONÓMICOS LIMITA EL ACCESO A LA SALUD DE LOS MIGRANTES
El acceso a los servicios de salud es un factor importante dentro de la población y debe tomarse en cuenta también en la población migrante. Según el estudio, la población migrante venezolana tiene un bajo nivel de afiliación a seguros de salud: 64% no cuenta con ninguno. Dentro del contexto de la pandemia del coronavirus, es un factor preocupante.
La falta de un seguro de salud ocasiona que la mayor restricción para el acceso a servicios de salud en los países acogientes sea la falta de recursos (59%), seguido de que no cuentan con documentos de identificación solicitados por los funcionarios de salud (38%) y la falta de tiempo para acercarse a los establecimientos de salud (12%). La falta de tiempo puede ser una evidencia de una sobrecarga de trabajo, que nace a partir de la necesidad de generar ingresos. Por otro lado, no contar con la documentación necesaria es una fuerte restricción para la población venezolana, lo que demuestra su vulnerabilidad en estos países de acogida.
Gráfico 3
Desafíos para acceder a servicios de salud
LA DISCRIMINACIÓN A LA POBLACIÓN MIGRANTE SE DA MÁS EN ESPACIOS PÚBLICOS
La convivencia en los países receptores parece ser principalmente positiva, pues los episodios de discriminación y violencia no son tan frecuentes. Sin embargo, 23% de las personas encuestadas declaró que en su vida diaria “le hacen sentir mal o miran de manera incómoda siempre o casi siempre”. Además, 18% siente diariamente rechazo o exclusión de actividades siempre o casi siempre y 16% siente que es tratado con menos respeto que otras personas.
Al preguntar sobre los motivos de estos episodios, la inmensa mayoría considera que se debe a su nacionalidad (92%) (Gráfico 4). También percibe que es por su manera de hablar (20%) y por su condición económica (18%). Los principales lugares en donde experimentan estos episodios son espacios públicos (71%), seguido del espacio laboral (43%) y los establecimientos de salud (17%).
Gráfico 4
Razones por las que ha pasado por situaciones discriminatorias
Los resultados resaltan la importancia de un enfoque de interseccionalidad en los esfuerzos de identificación y prevención de discriminación. Además, se debe tomar en cuenta la existencia de las barreras culturales.
La población migrante venezolana está presente en estos países, y por las condiciones de migración muchos tienen menos oportunidades y son más vulnerables. En este sentido, el trabajo conjunto de la región es fundamental para garantizar los derechos de esta población.
(*) Elaborado por Maí Suárez, redacción Revista Gestión.
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Last modified on 2021-12-06