El sector salud cumple un rol fundamental para el desarrollo social y económico del Ecuador. En noviembre de 2023, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publicó los resultados de las Cuentas Satélite de Salud (CSS) correspondientes al periodo 2007-2022, siendo capaz de proveer información económica actualizada para la toma de decisiones. En el presente artículo, se analizará lo que dicen estas cuentas sobre la situación del sector salud, así como los principales indicadores y tendencias que deben considerar los actores públicos y privados.
VALOR AGREGADO Y PRODUCCIÓN TOTAL DEL SECTOR
Uno de los indicadores macroeconómicos más relevantes dentro de las CSS es el Valor Agregado Bruto (VAB) generado por las actividades vinculadas con la salud a lo largo del proceso productivo; este constituye una medida certera del aporte del sector a la economía nacional. Según los datos publicados, en 2022 el VAB del sector salud alcanzó los USD 2.470 millones de dólares (Gráfico 1), lo que representó un crecimiento de 10,6% respecto al año previo y significó el 3,5% del PIB total.
Gráfico 1
Evolución de la producción del sector salud
Si se observa la evolución del VAB en la última década, se evidencia un repunte luego del fuerte impacto de la pandemia de COVID-19 en 2020, cuando se contrajo 16,7%. Los niveles prepandemia ya fueron superados, lo que refleja positivamente en la recuperación y el dinamismo de la actividad económica ligada al sector salud.
En lo que respecta al valor total de la producción de servicios de salud según instituciones, en 2022 las actividades de hospitales públicos bajo la rectoría del Ministerio de Salud Pública (MSP) alcanzaron los USD 1.323 millones, representando el 18,8% del total y posicionándose como el mayor productor. Por su parte, los hospitales privados registraron una producción de USD 1.231 millones, siendo el 17,5%, seguidos por los hospitales y centros ambulatorios del Seguro Social (IESS). Estas tres categorías concentraron más de la mitad de toda la producción de servicios de salud a nivel nacional durante el año analizado.
GASTO PÚBLICO Y PRIVADO EN SERVICIOS DE SALUD
Las Cuentas Satélite de Salud también proporcionan información relevante acerca de quién realiza el gasto final en salud, dividido entre el sector público y privado. Según los resultados de 2022, el gasto total ejecutado por el sector público ascendió al 61,4%, mientras que el gasto privado representó el 38,6% restante. Esto evidencia el rol preponderante que cumple el Estado ecuatoriano en la provisión y financiamiento de los servicios de salud.
Cabe mencionar que la participación del gasto público dentro del total ha registrado un crecimiento constante en la última década, pasando de aproximadamente el 57% en 2013 a 63,8% en 2018; es decir, alrededor de 4 puntos porcentuales más. Sin embargo, a partir de 2019, esta proporción empezó a tener caídas intermitentes, para resultar en 2022 con un gasto público de 61,4%, es decir, menos 2 puntos porcentuales que en 2018 (Gráfico 2).
Gráfico 2
Participación del gasto público y privado
Si se analiza específicamente cómo se distribuyó el gasto público en salud, se observa que el principal componente durante 2022 fueron los servicios ambulatorios, representando el 59,6%, seguidos por servicios de internación y hospitalización con el 33,3%. En contraste, el gasto privado estuvo más orientado a servicios ambulatorios, con el 43%, y otros servicios de salud humana, con el 30%. Esta información resulta útil para direccionar inversiones y asignar recursos de forma más eficiente en cada subsector.
ACCESO ECONÓMICO DE LOS HOGARES A LOS SERVICIOS DE SALUD
Otro indicador importante es el denominado “gasto de bolsillo”, que constituye una medida del acceso económico real que tienen los hogares para cubrir por cuenta propia los servicios de salud que requieren, ya sea por falta de cobertura pública/privada o por otras razones. También se le conoce como gasto directo de los hogares o gasto privado.
Luego de mostrar una tendencia descendente entre 2012-2020, el gasto de bolsillo experimentó un repunte en los dos últimos años, ubicándose en 32,6% en 2022. Es decir que de cada dólar gastado en servicios de salud este año, 33 centavos fueron cubiertos directamente por los hogares (Gráfico 3). Si bien la situación ha mejorado en la última década, esta proporción continúa siendo alta en la región y supera a países como Colombia, en donde este indicador alcanza el 13,6%.
Gráfico 3
Evolución del acceso económico de los hogares a la salud
En definitiva, el alto gasto de bolsillo existente pone en evidencia que los hogares en Ecuador aún cargan con una pesada losa económica para solventar necesidades esenciales de salud, ya sea por falta de acceso al aseguramiento público, coberturas insuficientes de los seguros privados o barreras económicas para acceder oportunamente a prestaciones de salud garantizadas constitucionalmente como un derecho humano fundamental. Esta realidad afecta en mayor medida a grupos vulnerables de la población y es un foco rojo que debe ser abordado.
EFECTOS DE LA PANDEMIA POR COVID-19
Sin dudas, el mayor golpe que ha experimentado el sector salud en Ecuador y el mundo durante los últimos años fue la irrupción de la pandemia por coronavirus desde inicios de 2020. El shock generado alteró completamente los patrones de demanda y producción históricos de servicios de salud en hospitales, clínicas y centros ambulatorios tanto públicos como privados.
Según los cálculos que presentan las Cuentas Satélite de Salud 2022, comparando el desempeño real del sector con un escenario hipotético sin presencia de COVID-19, en 2022 se estima un excedente de USD 99 millones en el valor de la producción de servicios de salud. Es decir que la actividad aumentó levemente en términos netos.
No obstante, esta aparente mejora oculta que durante 2020-2022 el sector público debió incurrir en más de USD 897 millones en costos adicionales por la pandemia, entre pérdidas en servicios tradicionales, equipamiento, contratación de personal y la implementación del Plan Nacional de Vacunación.
INVERSIÓN PÚBLICA Y PRIVADA EN EL SECTOR
Más allá del gasto corriente en operación de los servicios de salud, otro elemento que incide en las posibilidades de ampliar cobertura y mejorar la calidad de atención tiene que ver con la inversión de capital destinada específicamente al sector.
En lo que respecta a la Formación Bruta de Capital Fijo (construcción y equipamiento de infraestructura), en 2022 se registró un monto combinado de USD 283 millones entre el sector público y privado, lo que marca una recuperación luego de la contracción experimentada durante la pandemia. Si se analiza la última década, se observa que entre 2013-2018 predominaron las inversiones estatales, mientras que desde 2019 crecieron las privadas. Este escenario de creciente participación del sector privado puede traer dinamismo, innovaciones y aliviar las cuentas fiscales, pero será clave robustecer la rectoría pública para que la inversión se oriente estratégicamente en función de las necesidades nacionales en materia de salud.
Es evidente que los datos recientemente publicados dan cuenta de una importante recuperación de indicadores como la producción, el valor agregado y la inversión en el sector salud durante 2022, luego de los embates más crudos de la pandemia. Sin embargo, la expansión del gasto de bolsillo continúa siendo una señal de alerta en términos de acceso y equidad financiera para millones de familias ecuatorianas. Por su parte, en vista de las urgentes necesidades en salud y las crecientes presiones sobre las finanzas estatales, fortalecer la inversión privada bajo un esquema de coordinación con la rectoría pública luce como una de las tareas pendientes hacia adelante.
(*) Elaborado por Milena Escobar, analista económica Revista Gestión.
Last modified on 2023-12-07