Las cifras del Banco Central evidencian un aumento en el monto de remesas de 19,85% respecto al primer trimestre de 2021, no obstante, estas se redujeron en 8,75% con relación al trimestre pasado, pasando de $ 1.209,46 millones a $ 1.103,59 millones. El contexto internacional desfavorable en los países de origen de las remesas (Estados Unidos y la Unión Europea) vaticina una contracción en sus economías y, por consiguiente, un menor nivel de remesas de los migrantes. A su vez, se destaca la importancia de la inclusión financiera y el rol que juega la banca privada en el pago de las remesas.
REMESAS DISMINUYERON CON RELACIÓN AL TRIMESTRE PASADO
A partir de las olas migratorias, las remesas de los migrantes han constituido un factor importante dentro del esquema económico ecuatoriano, llegando a representar 3,8% del Producto Interno Bruto (PIB). Además, la entrada permanente de divisas al país contribuye a fortalecer el sistema monetario de la dolarización y dinamiza el consumo al incrementar la liquidez en la economía.
Para el primer trimestre de 2022, se registraron $ 1.103,59 millones provenientes de transferencias de trabajadores en el extranjero, cifra que, si bien representó una disminución de 8,75% respecto al valor observado en el cuarto trimestre de 2021 ($ 1.209,46 millones), supuso un aumento interanual de 19,85% frente al primer trimestre de 2021, cuando representaron $ 920,84 millones (Gráfico 1).
Gráfico 1
Evolución del flujo de remesas enviadas y recibidas (2020-2022)
La caída trimestral en el nivel de remesas responde a diversos factores que han afectado a las economías de los países de origen, derivado en una contracción en sus niveles de consumo y producción, siendo estos: el aumento de contagios en los primeros meses del año, el conflicto bélico a partir de la invasión rusa a Ucrania, los altos precios de los combustibles, y la pérdida de poder adquisitivo a raíz de la inflación; así como también a las dinámicas propias de cada trimestre, siendo el último de cada año aquel donde el consumo se intensifica debido a las festividades.
PANORAMA INTERNACIONAL, ¿CÓMO AFECTA AL FLUJO DE REMESAS?
A raíz de la pandemia global del COVID-19, los países desarrollados como Estados Unidos y aquellos pertenecientes a la Unión Europea, al ver estancadas sus economías, optaron por entregar estímulos monetarios a sus ciudadanos con el fin de incrementar el consumo y mantener los niveles de empleo estables. Esto se vio reflejado en el nivel de remesas recibidas en 2020 y 2021, las cuales mantuvieron su senda de crecimiento respecto a años anteriores, e incluso llegaron a máximos históricos.
No obstante, la inyección monetaria por parte de la FED y del Banco Central Europeo empieza a pasar factura a EE.UU. y Europa, alcanzando niveles de inflación de 8,6% para Estados Unidos (la más alta en 40 años) y de 8,1% para la Unión Europea (nuevo máximo histórico).
Dado este contexto, la FED ha anunciado que va a empezar a tomar medidas restrictivas para controlar la inflación subiendo las tasas de interés, lo cual implica una desaceleración en su crecimiento proyectado para 2022 el cual, según las nuevas predicciones, pasará del 4% al 2,8%. Esto tiene gran importancia al ser Estados Unidos el país donde se encuentra el mayor número de migrantes ecuatorianos, y el principal país de origen de remesas, con 67,81% registrado en el primer trimestre de 2022 (Gráfico 2).
Gráfico 2
Porcentaje de remesas por país de origen (2020-2022)
Por el lado del euro, el Banco Central Europeo tiene un panorama mucho más complicado al verse afectado directamente por la guerra entre Rusia y Ucrania, lo cual incide en gran magnitud en las cadenas de suministro y dificulta el comercio. Adicionalmente, al no poseer soberanía energética, la subida en su nivel de precios no se da únicamente por razones monetarias. De esta manera, subir sus tasas de interés intensificaría la contracción económica en un panorama ya de por sí desfavorable, por lo que la caída del euro ha sido constante desde 2021, sin una recuperación a la vista, por lo que varios expertos anticipan una paridad euro-dólar en un futuro cercano.
Las remesas son uno de los principales canales de transmisión de la crisis global hacia a las economías de América Latina por los cambios en el mercado laboral del país de destino del migrante y por el detrimento en su poder adquisitivo, por lo que una reducción en el consumo y producción de Estados Unidos y Europa afectaría también al Ecuador, siendo las familias de estratos socioeconómicos medios y bajos las que mayor impacto tendrían, al ser las principales receptoras de remesas.
BANCOS PRIVADOS CONTINÚAN COMO EL PRINCIPAL INTERMEDIARIO FINANCIERO
En el primer trimestre de 2022, más de la mitad del flujo de remesas fue atendido por bancos privados, representando un 51,5%. Esta acreditación se da a través del pago en efectivo mediante empresas auxiliares de servicios financieros; por otra parte, las empresas remesadoras tuvieron una participación de 47,23%, y las cooperativas de ahorro y crédito y asociaciones mutualistas, efectuaron acreditaciones a cuentas de ahorro en 2,71% (Gráfico 3).
Gráfico 3
Participación relativa en el pago de remesas (2020-2022)
El efecto de las remesas en el desempeño económico de un país depende en gran medida de la existencia de una importante intermediación financiera, para minimizar los gastos de transacción, ya que en muchos casos los migrantes no envían sumas grandes de dinero, sino flujos constantes de una fracción de sus ingresos. Por lo que el incremento del uso de medios de pago electrónicos por parte de los usuarios del sistema financiero facilita un mayor número de transacciones y un menor costo de las mismas. Se posiciona así a la inclusión financiera como un factor fundamental que coadyuva a una mayor participación económica y busca disminuir la desigualdad en términos del ingreso.
En conclusión, migrar (sobre todo de forma legal y segura) es una forma de inversión en capital humano. De esta manera, los migrantes calculan el valor de las oportunidades de trabajo y sus ingresos potenciales en los distintos mercados laborales comparados con el contexto laboral ecuatoriano. No obstante, la migración no solo tiene un componente económico, ya que conlleva la separación física de las familias y amigos, provocando consecuencias socioemocionales entre los afectados.
Es por esto que, a pesar de que las remesas constituyan un factor muy relevante en la dinamización del consumo, la disminución de la desigualdad y el crecimiento económico, en una economía saludable los ciudadanos no se verían obligados a migrar por falta de oportunidades, alejándose de sus familias, y muchas veces incluso arriesgando sus vidas.
(*) Jorge Pérez, analista económico Revista Gestión.
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Last modified on 2022-07-10