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Autor: Consultora Multiplica *

La desatención del Gobierno a los temas sociales, sumado a las brechas históricas en educación, salud, vivienda, pobreza y empleo de la población indígena, donde 52,7% de su población vive con menos de $ 2,85 al día, detonaron los 18 días de manifestaciones que se estiman le costaron al país más de $ 1.000 millones. Las secuelas del paro perdurarán en el tiempo, con una la revisión a la baja del crecimiento del PIB, el aumento del riesgo país y las alternativas para cubrir las necesidades de financiamiento, que tendrá que hacer frente a un esfuerzo fiscal de más de $ 900 millones adicionales, fruto del acuerdo con la Conaie

LAS BRECHAS ESTRUCTURALES DE LA POBLACIÓN INDÍGENA DETONARON EL PARO

Los 18 días de movilizaciones dejan un país lastimado económica y socialmente. Como se venía advirtiendo desde hace meses, el fuerte ajuste fiscal, sumado a la falta de empleo adecuado, la persistencia de la pobreza y la acelerada inflación, tarde o temprano desembocaría en un estallido social. La movilización convocada por los pueblos indígenas se explica si se considera que históricamente ha sido un grupo excluido y que en la actualidad todavía persisten enormes brechas en educación, salud, vivienda, pobreza y empleo.

A diciembre de 2021, las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) muestran que la población indígena tiene los peores indicadores de pobreza respecto a las demás etnias:

  •  El 52,7% es pobre por ingreso ya que vive con menos de $ 2,85 al día.
  •  El 29% vive en pobreza extrema por ingresos, es decir, sobrevive con $ 1,60 diarios.
  • El 52,3% de indígenas es pobre por necesidades básicas insatisfechas (NBI), es decir, tiene carencias en el ingreso, la calidad de vivienda, el acceso a servicios básicos y educación.
  • El 73,9% tiene pobreza multidimensional, lo que significa que tiene múltiples carencias en áreas como educación, salud, vivienda, agua, trabajo, seguridad social, entre otros (Gráfico 1).

Gráfico 1

Indicadores de pobreza según etnia

Otro indicador de las dificultades que enfrentan los pueblos indígenas es el bajo porcentaje de personas que tienen ingresos medios o altos. Apenas el 1% de la población indígena tenía ingresos altos y poco más del 8% tenía ingresos medios.

INDÍGENAS TIENEN MENOR ACCESO A EDUCACIÓN, SALUD Y EMPLEO

En educación también existen diferencias. La tasa de analfabetismo asciende a 16,2% en los indígenas, mientras que para afroecuatorianos es de 6,8%, para mestizos de 4,5% y para blancos de 5%. Además, la población indígena tiene en promedio 7,2 años de escolaridad, que la ubica muy por debajo de los 9,8 años de los afroecuatorianos, de los 10,8 años de los mestizos y de los 11,6 años de los blancos (Gráfico 2).

Gráfico 2

Indicadores educativos según etnia

En el mercado laboral, los indígenas tienen los peores indicadores, apenas el 15% tiene un empleo pleno, mientras que el 83% tiene un empleo no adecuado (Gráfico 3). Como referencia, los mestizos tienen una tasa de empleo adecuado de 35% y de empleo no adecuado de 59%. Además, las cifras del INEC muestran que casi el 78% de los trabajadores indígenas pertenecen al sector informal.

Gráfico 3

Indicadores laborales por etnia

La salud es otro de los aspectos que refleja las desigualdades y baja calidad de vida a la que se enfrentan los pueblos indígenas. Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), estas poblaciones son más vulnerables frente a enfermedades infecciosas, pero también frente a otros vectores de riesgo ligados a la salud sexual y reproductiva y a la salud mental. 

La tasa de mortalidad infantil en poblaciones indígenas es de 33,82 por cada mil ecuatorianos. Esta tasa de mortalidad es más alta que en poblaciones no indígenas y está asociada a diferentes dinámicas de pobreza, exclusión, violencia y acceso precario a servicios básicos. Otro problema de salud en las poblaciones indígenas es la desnutrición crónica (baja talla para la edad) durante los primeros años de vida. Este grave inconveniente fue evidenciado por la Universidad Central al encontrar que el 80% de los niños recibidos en la durante el paro nacional presentó desnutrición crónica. 

Esto es resultado de las grandes brechas estructurales socioeconómicas que poseen las viviendas de poblaciones indígenas, donde sus carencias son mucho mayores con relación al resto de grupos étnicos.

  • Apenas el 45,6% de los hogares tiene acceso a servicios básicos. Mientras que los hogares de quienes se identifican como mestizos o blancos tienen un acceso superior al 70%.
  • El 61,9% de los hogares indígenas cuenta con recolección adecuada de desechos sólidos, pero el porcentaje supera 90% en las demás etnias.
  • En el alumbrado público y electricidad la brecha es mínima, aun así, los hogares indígenas tienen un menor acceso.
  • Solo 49,4% de hogares indígena tienen acceso a una red pública de agua. Mientras que en hogares mestizos y blancos el porcentaje de acceso supera el 80%.

Podríamos seguir citando más cifras y la conclusión sería la misma: los pueblos indígenas tienen muchas desigualdades y desventajas frente al resto de grupos étnicos. Y si bien esto no es materia nueva, pues la población indígena ha sido históricamente excluida, nos permite comprender que razones no faltan para explicar las manifestaciones. 

LOS COSTOS QUE DEJÓ Y DEJARÁ EL PARO

El otro lado de la moneda de la lucha social es la destrucción y paralización de la actividad económica que dejó a su paso. El Gobierno estima que los 18 días de manifestaciones le costaron al país más de $ 1.000 millones, lo que equivale a un punto del Producto Interno Bruto (PIB). Además, cumplir con varios de los pedidos de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) le costará al fisco alrededor de $ 900 millones adicionales. Si a esto se le suma el costo de la incertidumbre política y económica, tenemos un escenario complicado para los siguientes años.

Si bien existen razones suficientes que explican la movilización, en el camino se vició de vandalismo, violencia y delincuencia que no tienen nada que ver con la legítima protesta social. Otro punto a considerar es que algunos pedidos de la Conaie son contradictorios. Por ejemplo, en el punto 1 pedían reducir y congelar los precios de los combustibles mientras en el punto 5 exigían menos actividad minera y petrolera bajo el pretexto de reducir el impacto ambiental. La contradicción es clara: quieren cuidar el ambiente abaratando combustibles contaminantes.

Insistir en los subsidios a los combustibles es seguir gastando valiosos recursos que podrían utilizarse para mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos. No es casualidad que el gasto en subsidios incluso ha llegado a superar el gasto del sector salud y educación. Además, es una política muy regresiva ya que el quintil 5 (personas con mayores ingresos) es el que más se beneficia de los subsidios a las gasolinas y al diésel (Gráfico 4). La respuesta del Gobierno fue reducir el precio de los combustibles en 15 centavos, lo que implica un esfuerzo fiscal adicional de $ 340 millones anuales.

 

Gráfico 4

Principales beneficiarios de los subsidios por quintil

Haciendo cuentas, los ofrecimientos del Gobierno suman un esfuerzo fiscal de más de $ 900 millones. Además, las secuelas del paro perdurarán en el tiempo y un primer resultado será la posible revisión a la baja del crecimiento económico. A inicios de año, las proyecciones de organismos especializados ubicaban a Ecuador entre los países con mayor crecimiento de la región, luego en el segundo trimestre las previsiones se fueron a la baja en torno al 3%, y ahora, con las manifestaciones y el contexto internacional desfavorable, el crecimiento de la economía puede ser mucho menor.

Luego, el costo de la incertidumbre política y económica también pasará factura. El riesgo país es una muestra de ello ya que desde el paro no ha dejado de subir y mientras supere los 1.000 puntos básicos es impensable e irresponsable buscar financiamiento en los mercados internacionales.

En conclusión, consolidar la recuperación debe ser una de las prioridades del Gobierno, ya que el país debe crecer al menos 4% para recién superar la crisis provocada por la pandemia. No obstante, el panorama se vuelve complejo, y mientras se sortean todos estos inconvenientes externos e internos, el Gobierno no debe volver a descuidar lo social, pues otro estallido está a la vuelta de la esquina. 

 

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Last modified on 2022-07-17

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