La inflación anual en Ecuador ha mostrado una tendencia descendente en los últimos meses luego de alcanzar la cifra más baja de 2023 en noviembre de este año con 1,53%. No obstante, este indicador aún se mantiene impulsado principalmente por el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas, dentro del que destaca un producto que se ha convertido en el nuevo dolor de cabeza de los consumidores: el fréjol.
A pesar de que su variación es menor a años pasados, y con un cambio interanual de precios de 44,09% a noviembre de 2023, el fréjol seco encabeza actualmente la lista de productos con mayor inflación, superando incluso a rubros que recientemente han liderado este indicador como el arroz, el azúcar o los huevos; le siguen productos como: leche en polvo, plátano, azúcar, manzana, cereales enteros, entre otros (Gráfico 1).
Gráfico 1
Productos con mayor inflación anual
El continuo incremento en el precio del fréjol resulta muy preocupante dado que este constituye un alimento básico en la dieta de miles de familias ecuatorianas de escasos recursos. Debido a su alto contenido de proteínas y bajo costo, el fréjol ha sido históricamente una fuente crucial de este nutriente. Una taza de fréjol cocido (172 gr) provee 15 gr de proteína, casi un tercio de la ingesta diaria recomendada para un adulto. Además, contiene 230 calorías, carbohidratos complejos como almidón resistente, fibra dietética, vitaminas del complejo B como folato, minerales como hierro, magnesio, fósforo y antioxidantes. Todo esto lo convierte en un alimento que complementa dietas deficientes en nutrientes.
Es así que el fréjol ha sido especialmente importante en hogares que no pueden acceder regularmente a carnes u otras fuentes animales de proteína. Muchas familias de bajos ingresos dependen casi exclusivamente de este grano como su fuente primordial. Por ello, resulta urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto e implementen políticas que permitan aumentar la oferta interna de fréjol y contener la escalada de precios que resulta irremplazable en la mesa de miles de hogares vulnerables.
Por otra parte, dentro del grupo de cereales enteros, que también ha presentado una alta inflación, se encuentra el trigo, maíz, centeno y cebada, que constituyen una parte importante en la dieta de los ecuatorianos, y que, según la Dirección Nacional de Estudios de mercado, su precio se ha mantenido en aumento desde 2017. La FAO señala que 100 gr de estos granos proporcionan alrededor de 350 kcal y de 8 a 12 gr de proteína, así como cantidades útiles de calcio, hierro y vitaminas. Es así como la disminución en la producción de estos cereales impactaría negativamente en la disponibilidad de productos relevantes para la seguridad alimentaria.
MENOR OFERTA PRESIONA PRECIOS AL ALZA
Uno de los factores que explican este incremento sostenido del precio del fréjol es la contracción de la producción nacional registrada en los últimos años por problemas climáticos. De acuerdo con cifras del Ministerio de Agricultura y Ganadería, para 2022 la superficie cosechada de fréjol a nivel nacional se redujo cerca de 2% debido a fenómenos como exceso de lluvias, inundaciones, sequías, que mermaron los rendimientos e incluso destruyeron plantaciones completas.
A esta menor oferta se suma el encarecimiento de insumos clave como fertilizantes y agroquímicos, que ha elevado los costos de producción de los agricultores (Gráfico 2), especialmente pequeños, orillándolos en muchos casos al abandono de sus cultivos. Y aunque las importaciones de fréjol se han reducido para 2022, se alcanzó los USD 1,8 millones para ese año, obteniendo el producto principalmente de Italia, que representó un 9% del total, Turquía con el 6% y México con el 5%; sin embargo, esto no ha sido suficiente para contener la escalada de precios.
Gráfico 2
Precios de fréjol seco a nivel productor
MAYOR DEMANDA EMPUJA PRECIOS
Pero no todo es problema de oferta. La demanda también está impulsando al alza los precios del fréjol ante un cambio en los patrones de consumo de los hogares. Y es que por el encarecimiento de productos sustitutos como el arroz, cada vez más consumidores estarían reemplazando parcialmente su ingesta por fréjol. Para noviembre de este año, el precio del arroz subió 36,70% frente a 44,09% del fréjol seco, en este contexto de mayor demanda y estrechez de oferta, los precios del fréjol se han disparado de forma alarmante, aunque no supera su máximo histórico alcanzado en agosto de este año.
Gráfico 3
Inflación anual del arroz vs fréjol
IMPACTO EN LA ECONOMÍA DE LOS HOGARES
El efecto de este descontrolado aumento de precios del fréjol sobre la economía de los hogares es demoledor, especialmente aquellos que destinan una mayor proporción de su gasto en alimentación.
Incluso, el alza descontrolada de este grano ha encarecido el costo de la canasta familiar básica, que en noviembre se situó en USD 784,65, su mayor valor desde 2014, comprometiendo la seguridad alimentaria de miles de familias. De no frenarse esta escalada de precios, el fréjol seco podría convertirse pronto de producto popular en artículo de lujo, profundizando así problemas sociales como la pobreza, la desigualdad y la desnutrición.
En definitiva, la inflación disparada y constante que registra el fréjol se ha transformado en un problema que no parece resolverse para los bolsillos de los consumidores ecuatorianos. Y los factores que alimentan este fenómeno como los problemas de oferta y la mayor demanda ante sustitución de consumos, podrían prolongar esta tendencia al menos en el corto plazo.
En este contexto, una intervención de política económica resulta necesaria para domar esta escalada de precios, como promover el crédito y producción de estos productos alimenticios, y así mitigar sus efectos sociales sobre las poblaciones más vulnerables antes de que sea demasiado tarde.
(*) Elaborado por Milena Escobar, analista económica Revista Gestión.
Last modified on 2023-12-10