En una era donde la única constante parece ser el cambio mismo, el ecosistema laboral se ha convertido en un entorno extraordinariamente fluido y variante. Las competencias necesarias para desenvolverse en él poco tienen que ver con las de décadas atrás.
Las transiciones instigadas por avances tecnológicos, cambios socioeconómicos y, más recientemente, desafíos globales como la pandemia de covid 19 están revolucionando el arquetipo del modelo laboral tradicional.
El paradigma emergente enfatiza la adaptabilidad como uno de sus pilares estructurales, acentuando así la necesidad de disfrutar de un contexto laboral que invite al aprendizaje y la evolución (o adaptación) continua; esto es, para fomentar la resiliencia en el trabajo.
LA IMPORTANCIA DE LA RESILIENCIA EN EL TRABAJO
La resiliencia, definida como la capacidad de recuperarse y adaptarse positivamente en medio de la adversidad, ha emergido como una cualidad indispensable en el lugar de trabajo. Nuestro proyecto europeo FENIX, un consorcio constituido por 5 organizaciones de 4 países, ha explorado vías a través de las cuales la resiliencia se puede fomentar y aprovechar para asegurar el progreso en un ámbito laboral en perpetua transformación.
Ser resiliente no solo significa enfrentarse a los desafíos, sino también aprender, evolucionar y prosperar en medio de ellos. En el ámbito empresarial, la gestión de una empresa resiliente es la que se adapta a los cambios y mejora su toma de decisiones para reducir las incertidumbres.
CÓMO SER UNA EMPRESA RESILIENTE
Una estrategia efectiva para aprovechar la resiliencia en el trabajo implica integrarla en la estrategia organizacional y alinearla con los objetivos y valores de la empresa u organización.
Una empresa resiliente, aquella que demuestra capacidad de flexibilidad, adaptabilidad, fiabilidad y solidez, no solo es capaz de “recuperarse” en medio de la contrariedad, sino que también se adapta de manera positiva y saludable, desarrollando nuevas capacidades y ampliando la construcción de habilidades que nos permitan enfrentarnos a futuras adversidades.
En el marco de un entorno laboral volátil, las empresas que incorporan la resiliencia en su fundación estratégica están posicionadas para transitar a través de las interrupciones con mayor eficacia y potencial de éxito.
Ya conocemos casos de éxito en la adaptación como pueden ser las empresas de moda españolas, como Inditex, Mango o el grupo Tendam (Cortefiel). Esta integración no solo asegura que la resiliencia en el trabajo sea valorada y priorizada, sino que también se utilice para afrontar exitosamente los desafíos y capitalizar las oportunidades que un entorno laboral en constante evolución descubre.
Nuestro proyecto europeo FENIX ha creado experiencias de formación gamificadas, guías para la implementación de prácticas de resiliencia y un curso en línea sobre gestión adaptativa. Las principales estrategias se basan en:
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Optimismo realista: Adoptar una mentalidad positiva es esencial, especialmente en situaciones desafiantes. Esta actitud equilibra la esperanza con una perspectiva realista, permitiéndonos enfrentar las adversidades con determinación y potencialidad.
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Regulación emocional: Es crucial aprender a manejar nuestras emociones e impulsos, evitando caer en el victimismo. A través del autocontrol, podemos enfrentar los desafíos con claridad y determinación.
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Confianza, empatía y asertividad: Para construir relaciones laborales sólidas, es vital entender y valorar los sentimientos de los demás, así como los propios. La empatía nos permite ponernos en el lugar del otro, mientras que la asertividad nos asegura mantener una autoestima saludable y evitar manipulaciones.
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Planificación efectiva y gestión del tiempo: Al igual que en situaciones de emergencia, es esencial distinguir entre lo que es importante y lo que es urgente. Planificar nuestras tareas y actividades con antelación nos permite ser más productivos y manejar mejor nuestro tiempo.
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Adaptabilidad y agilidad frente al cambio: El mundo laboral está en constante evolución. La tradicionalidad ha dado paso a la flexibilidad y la resiliencia en el trabajo, donde las metas y resultados son prioritarios por encima de horarios rígidos. Adaptarnos con agilidad a estos cambios es fundamental para ser eficientes y operativos.
UN IMPERATIVO DE CARA AL FUTURO
La gestión de la resiliencia en el trabajo, en sus múltiples formas, es imprescindible para transitar a través de las complejidades y los desafíos imprevistos del paisaje laboral contemporáneo y futuro. La proactividad en la construcción y gestión de una empresa resiliente se perfila, por lo tanto, como un pilar fundamental para el éxito y la sostenibilidad de las empresas en la era post-pandémica y más allá.
Nos encontramos en un punto crucial que demanda la revisión y reinvención de nuestras estructuras laborales y organizativas. Hasta ahora hemos visto muchos casos en los que se ha propuesto la resistencia como estrategia clave a la hora de barajar las incertidumbres. Sin embargo, la resistencia no debe ser simplemente una respuesta a las crisis, sino una competencia integrada que no tenga sentido en sí misma si no es parte de un marco de resiliencia en el trabajo y adaptabilidad que haga que nuestra fuerza laboral crezca exponencialmente.
INVERSIÓN ESTRATÉGICA PARA SER UNA EMPRESA RESILIENTE
Vista así, la capacitación en resiliencia del personal en general y de gestión adaptativa de los mandos intermedios de nuestras empresas no debe ser considerada un lujo, sino una inversión estratégica para asegurar que las empresas no solo sobrevivan, sino que prosperen y se crezcan ante futuros desafíos.
Mirando hacia el futuro, la resiliencia en el trabajo se erige en una suerte de faro, proporcionando la orientación y capacidades organizativas e individuales necesarias para afrontar satisfactoriamente, con firmeza y optimismo, el cambio y la incertidumbre.