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Autor: Francis Salazar Pico *

No existe tal cosa como un carácter estándar de organización que sea aplicable a todas las situaciones. Las organizaciones las hacen personas cuyas características individuales e interacción son clave para un ambiente positivo y proactivo que se torne en un efecto multiplicador que oriente a la organización hacia las premisas del logro y la efectividad.

Esta personalidad empresarial o identidad se resume en un conjunto de valores, principios, creencias y actitudes que definen cómo se comporta y se relaciona con su entorno. Esta identidad puede ser influenciada por varios factores, como el liderazgo, la estructura organizativa, las políticas y prácticas.

La cultura empresarial moderna debe tomar en cuenta nuevos esquemas para lograr efectividad en sus acciones, estas son: innovación, disrupción, resiliencia, orientación al cliente, ética, responsabilidad social, responsabilidad ambiental, colaboración, adaptabilidad, calidad y eficiencia. Estos nuevos parámetros se aplican a cada organización en función de sus objetivos, tamaño y sector.

EL CARÁCTER ESTRATÉGICO

Las personas con un carácter sólido a menudo son capaces de superar obstáculos, mantener relaciones saludables y efectivas, y alcanzar objetivos personales y profesionales.  El carácter puede mejorarse a lo largo del tiempo a través de la educación y la experiencia, haciendo conciencia de que la práctica de valores positivos, así como los comportamientos éticos, puede ayudar a identificar potencialidades, fortalecer atributos y fomentar una mejora en la calidad de vida de la persona.

En lo referente a lo organizacional, el carácter se refiere a la identidad de una organización en términos de su capacidad para crear y ejecutar acciones estratégicas efectivas que permitan alcanzar objetivos a mediano y largo plazo, gestionando las implicaciones y complejidades que los distintos escenarios coyunturales y prospectivos configuran. 

Mientras más fuerte sea esta, se tiene una visión clara y compartida de metas y prioridades, así como una capacidad para identificar y aprovechar oportunidades y amenazas en su entorno. También implica una cultura de innovación, adaptabilidad y toma de decisiones bien informadas. Las organizaciones con un carácter estratégico dinámico son proactivas en lugar de reactivas, lo que les permite estar a la vanguardia de los cambios del mercado y adaptarse rápidamente a las nuevas circunstancias. Son capaces de involucrar y motivar a su equipo hacia objetivos comunes, se mantienen enfocados y comprometidos pese a los continuos cambios, tienen claros los objetivos y toman las decisiones para lograrlos con acciones concretas y medibles.

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OBJETIVOS, ACCIONES Y DECISIONES

Objetivos: estos incluyen los financieros, de clientes, procesos internos, crecimiento y aprendizaje 

Acciones: estas apuntalan operativamente cada frente establecido en los objetivos. En lo financiero, la productividad. En lo relativo al cliente, la gestión de ingresos, los atributos, las relaciones clave y la imagen en el mercado. En los procesos internos, las acciones operacionales, de comercialización, de innovación y de interacción legal y social. Y en crecimiento y aprendizaje, el capital intangible, el desarrollo humano, la información y los aspectos corporativos.

Decisiones: son las lecciones clave que la organización debe hacer para avanzar en su estrategia y pueden incluir la elección de nuevas líneas de negocio, la adopción de nuevas tecnologías, la selección de nuevos mercados o la conveniencia de reducir la capacidad de producción.

LOS FRENTES PARA CONSOLIDAR EL CARÁCTER ESTRATÉGICO

Clientes: es clave conocer cómo se sienten interactuando con la organización. Es fundamental generar información a través grupos focales, encuestas, o entrevistas personales.

Colaboradores: es básico conocer a través del contacto directo con funcionarios, asociados o empleados sus percepciones, opiniones y quejas. Los grandes parámetros de medición deben ser cómo se sienten respecto a su grado de: influencia, responsabilidad, innovación, deseo de cambio, satisfacción, trabajo en equipo, visión común en la organización.

Trayectoria: esta incluye el análisis de cómo se ha vivido el liderazgo en la organización, cómo han sido las ejecutorías, las sucesiones, cómo se ha administrado el plan de vida y carrera, la efigie corporativa proyectada tanto interna como externamente, y el compromiso generado en los involucrados con la entidad. 

 

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Last modified on 2023-04-25

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