Entre imponentes cordilleras y enriquecida por una historia de 489 años, Quito figura como una ciudad de notables contrastes y dinámicos cambios. Con una población que supera los 2,6 millones de habitantes, la capital ecuatoriana experimentó una significativa explosión demográfica del 46% en las dos últimas décadas, según los datos recabados por el Censo Nacional de Población y Vivienda 2022. Este artículo se analizarán las tendencias sociales que delimitan la composición de Quito, explorando desde la diversidad étnica hasta las particulares dinámicas familiares que la caracterizan.
De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2022, en Quito habitan 2’679.722 personas, convirtiéndose en la segunda ciudad más poblada del país con el 15,82% del total de los ecuatorianos, sólo superada por Guayaquil. No obstante, las últimas dos décadas este incremento se ha acelerado de forma exponencial: su población pasó de menos de 1,9 millones en 2001 a superar los 2,6 millones en la actualidad (Gráfico 1).
Gráfico 1
Evolución poblacional de Quito
Tal explosión demográfica responde a múltiples factores, por un lado, crecientes flujos migratorios desde zonas rurales y pequeñas localidades buscando mejores oportunidades laborales y de educación.
¿CÓMO SON LOS QUITEÑOS?
En consonancia con su condición de ciudad cosmopolita, Quito exhibe una mayoría de residentes mestizos, representando el 88,5%, superando el promedio nacional por 11 puntos porcentuales, mientras que otros grupos se encuentran por debajo de este, como la población indígena, con el 4,7%, y afroecuatoriana, con el 2,9%. Asimismo, en comparación con los promedios nacionales, resalta una menor proporción de montubios, con el 0,74%, frente a un 7,7% en todo el Ecuador (Gráfico 2). Esta distribución demográfica se mantiene tanto en el área urbana como en la rural, que representan el 66% y 34%, respectivamente.
Gráfico 2
Autoidentificación étnica en Quito
Además de su autoidentificación étnica, los quiteños muestran una edad media de 34 años, lo que se encuentra sobre la media nacional de 32 años, e incluso sobre la media de Cuenca y Guayaquil, siendo 33 y 32 años, respectivamente. Asimismo, el índice de juventud de esta ciudad se encuentra debajo de la media nacional, evidenciando una ciudad que está envejeciendo rápidamente con el tiempo.
CAMBIOS EN LOS HOGARES
En tanto a los hogares quiteños, se observa una media de 3,06 personas en el tamaño del hogar, y con mayor proporción en los hogares de 3 personas, con el 22,5%, tendencia que es muy similar en la urbanidad de la ciudad, con una media de 3 personas en el tamaño del hogar. Sin embargo, la situación difiere en la ruralidad, en donde el tamaño medio por hogar asciende a 3,19 personas y la mayor concentración de hogares son aquellos que se componen por 4 personas (Gráfico 3).
Gráfico 3
Tamaño de los hogares quiteños por área
En el entorno urbano, la preferencia por hogares más pequeños puede atribuirse a una mayor accesibilidad educación sexual y planificación familiar, así como a una tendencia hacia modelos familiares más nucleares en contextos urbanos modernos. Por otro lado, en la ruralidad, donde el tamaño medio de los hogares es ligeramente mayor, factores culturales arraigados y posiblemente una menor accesibilidad a estos servicios pueden estar contribuyendo a estructuras familiares más extensas.
Otra tendencia notable capturada por el Censo 2022 es el aumento de hogares liderados por mujeres; en Quito se registra actualmente el 37,8% en esta tasa, lo que es más de 10 puntos porcentuales más que en 2001, mostrando una mejora significativa, aunque la cifra aún se mantiene por debajo las de Cuenca o Guayaquil.
A QUITO LE VA MEJOR CON LOS SERVICIOS BÁSICOS
Si bien Quito exhibe altos estándares de cobertura en servicios básicos en comparación con la media nacional, aún persisten ligeras deficiencias en las zonas periurbanas y rurales. Mientras que el 99% de viviendas urbanas dispone de conexión eléctrica, agua potable y recolección de desechos, dichos porcentajes descienden significativamente en el área rural. La disparidad es aún mayor en alcantarillado, con un 98,7% de cobertura urbana frente a un 87,3% en parroquias rurales (Gráfico 4).
Gráfico 4
Acceso a servicios básicos
En definitiva, el Censo 2022 ofrece una radiografía actualizada de una ciudad que crece aceleradamente, transformando su fisonomía y dinámicas sociales. Este crecimiento poblacional, impulsado principalmente por la migración en busca de oportunidades, destaca la necesidad de abordar estratégicamente los desafíos asociados.
La diversificación de las estructuras familiares, el envejecimiento poblacional y la persistente desigualdad territorial son algunos de los principales retos que Quito deberá encarar en los próximos años, además de equilibrar su crecimiento con la preservación de su identidad cultural y la atención a las cambiantes necesidades de la población. La ciudad podría beneficiarse de iniciativas educativas que aborden temas de planificación familiar e impulsen la mejora en la cobertura de servicios básicos en la ruralidad, mientras al mismo tiempo se promuevan estrategias de desarrollo personal y profesional para los jóvenes en la ciudad.
(*) Elaborado por Milena Escobar, analista económica Revista Gestión.
Last modified on 2023-12-05