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Los salarios son un tema de discusión entre los empresarios, el Gobierno y los mismos trabajadores, pues pese a que la inflación no ha superado el 3% anual, la tasa promedio del incremento salarial ha sido de 6,41% en los últimos nueve años. Expertos en materia económica señalan que en dolarización la variación relativa de los precios y el alza de los estipendios debe ser igual. El sector productivo argumenta que subir los sueldos aumenta los costos de producción y merma la competitividad en mercados extranjeros, mientras que los trabajadores reclaman más beneficios. Y aunque el Salario Básico Unificado (SBU) es el cuarto más alto en la región de América Latina y el Caribe, no posibilita el ahorro familiar.

Dentro del mercado laboral, el tema de salarios está en discusión permanente. El modelo capitalista radica en la fuerza laboral que brinda su mano de obra a cambio de un salario que le permita consumir bienes y servicios para satisfacer sus necesidades, lo que además garantiza la continuidad de las empresas en el mercado. Esta relación circular es fundamental para ambas partes, puesto que si el empresario no cuenta con trabajadores, no podrá realizar su actividad productiva y, del otro lado, sin ingreso, los empleados no podrán satisfacer sus necesidades básicas. Por ende el conflicto laboral se ha constituido en una histórica discusión por encontrar el equilibrio salarial entre oferta y demanda

Independientemente de cualquier teoría, los principales objetivos del salario se enmarcan en la reducción de la pobreza y desigualdad. A través de la redistribución de los recursos se logra mejorar la situación de los grupos más vulnerables. Otro factor importante para alcanzar la equidad en la fijación laboral es aplicar los principios de igual remuneración para trabajo igual, mayor sueldo para rendimientos elevados, es decir, debe estar anclado a la productividad de cada trabajador.

A nivel micro, un salario justo, apegado a la ley, garantiza un buen desempeño y fidelidad del trabajo, además de igualdad en la empresa. Mientras que a nivel macroeconómico los salarios deben facilitar la estabilidad de precios, la creación de empleos y el crecimiento económico.

EVOLUCIÓN DE LOS SALARIOS

El Consejo Nacional de Salarios -organismo técnico del Ministerio del Trabajo conformado por representantes del ministerio, empleadores y trabajadores- establece los salarios buscando un equilibrio entre los factores productivos y de trabajo.

En el último trimestre de cada año, el tema del alza salarial enfrenta posiciones, pues el sector industrial y productivo argumenta que el sueldo no les permite ser competitivos frente a los países vecinos, por el importante incremento en los costos de producción, sobre todo en desembolsos mensuales que pertenecen a gasto corriente.

En 2008, el Salario Básico Unificado (SBU) se estableció en $ 200,11 y en 2019 ascendió hasta los $ 394, mostrando un incremento en términos relativos de 97%, a un promedio anual de 6,41% (Gráfico 1). 

Gráfico 1

Incrementos del SBU

gráfico 1

 

Elaboración: Consultora Multiplica.
Fuente: BCE, 2019.

Ahora bien, como se mencionó anteriormente, el alza salarial dentro de la economía ecuatoriana se define a finales de cada año. Allí los empresarios buscan que este incremento se dé según las circunstancias inflacionarias del país, que en esta economía dolarizada no han superado el 5% y en los últimos años no ha llegado ni a 3%. La brecha, entonces, se puede medir como la diferencia entre el incremento del SBU y la inflación registrada. Como se observa, la brecha está entre 2% y 6%, lo que causa malestar en el empresariado (Gráfico 2). Para 2019 incluso algunos gremios pedían a la autoridad rectora que no se considere un alza salarial, pues la inflación de 2018 fue de tan solo 0,2%.

Gráfico 2

Brecha entre el incremento del SBU y la inflación

gráfico 2
Elaboración: Consultora Multiplica.
Fuente: BCE, 2019.

 

SALARIO NOMINAL Y SALARIO REAL

El salario nominal es contablemente lo que reciben los trabajadores, sin descontar los efectos inflacionarios que dan cabida en las economías, incluso en las dolarizadas. Mientras que el salario real, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), se define como la relación entre el salario nominal y el costo de vida. El salario real se calcula a partir de los ingresos nominales, que se mencionaron anteriormente, divididos para el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Es decir, el salario real muestra el verdadero poder adquisitivo que tiene el individuo ya que responde a la variación de los precios dentro de una economía.

Salario real  =     Salario nominal

                                    IPC      

La canasta básica ecuatoriana se compone de cuatro divisiones principales: alimentos, vivienda, indumentaria y misceláneos, con un total de 32 productos. Para abril de 2019 dicha canasta a nivel nacional ascendió hasta los $ 715,70, con un cálculo para una familia de cuatro miembros y de 1,6 perceptores de salario. La canasta se constituye en precios relativos principalmente por el gasto de misceláneos (34,1%), que contempla el cuidado de la salud y la educación, entre otros, seguido de alimentos (31,9%) y en tercer lugar se encuentran los gastos relacionados con la vivienda (27%) (Gráfico 3).

Gráfico 3

gráfico 3
Elaboración: Consultora Multiplica.
Fuente: INEC, 2019.

Es por ello que los salarios se establecen con base en un mínimo, con la finalidad de que las familias puedan satisfacer sus necesidades; en un mercado sin regulaciones, el equilibrio entre la oferta y demanda sería menor a los gastos en los cuales los individuos incurren mes a mes para lograr su mínimo de consumo en los rubros antes mencionados. En el caso ecuatoriano no existe mayor diferencia entre el salario nominal y real, pues la inflación que se registra año tras año no es significativa (Gráfico 4).

 

Gráfico 4

Evolución del salario nominal y real en Ecuador

gráfico 4
Elaboración: Consultora Multiplica.
Fuente: BCE, 2019.
 

EL SALARIO BÁSICO NO PERMITE EL AHORRO

La Canasta Familiar Básica en el Ecuador se compone de 75 bienes y servicios que satisfacen las necesidades básicas de un hogar compuesto por cuatro miembros, en donde 1,6 de los mismos son receptores del SBU, contabilizando los sobresueldos -decimotercer y cuarto sueldo-. Para mayo de 2019, el precio de la canasta fue de $ 715,61, cuando los ingresos familiares percibidos fueron de $ 735,47, planteando una cobertura de 102,78% de 75 los bienes y servicios antes mencionados.

Aunque los ingresos familiares sí cubren todos los gastos necesarios; la verdadera problemática es la falta de capacidad de ahorro. No se genera ahorro porque, como se observa, tan solo se genera un excedente de 2,78%, lo que en términos reales es menos de $ 15 mensuales, imposibilitando las capacidades de invertir a futuro por parte de los empleados. Además, muchas familias no alcanzan a mantener ingresos superiores a los $ 715 y pueden superar el tamaño de cuatro miembros por hogar, por lo que adquirir los bienes de la canasta se puede convertir en todo un reto, optando por sustitutos o simplemente dejando de consumir los bienes inaccesibles.

Por: Eduardo Cobos, redacción Revista GESTIÓN.

 

 

 

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Last modified on 2019-06-13

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