La apropiación de la tecnología en el sector financiero amplió la base de pirámide de usuarios y está integrando diferentes servicios que hoy permiten a los habitantes acceder a soluciones que tradicionalmente estaban limitadas para determinados sectores de la población.
Según informó el Banco Mundial en su Global Findex de 2021, el porcentaje de ecuatorianos que tiene una cuenta bancaria es del 64%, con un aumento de trece puntos porcentuales en los últimos cinco años. El país ocupa el séptimo lugar en América Latina en inclusión financiera. La transformación que hoy experimenta la industria permite que las personas usen los servicios de la banca y que además, den el salto a nuevos productos digitales como pueden ser la transferencia de pagos, el envío o recepción de remesas, el acceso de créditos o el comercio electrónico.
En el país, la banca tradicional se ha convertido en un actor decisivo para la creación de la nueva oferta de productos de innovación financiera. Casi la totalidad de las instituciones locales ofrecen en la actualidad algún servicio de banca móvil a sus clientes, y muchos han desarrollado aplicativos paralelos a su modelo tradicional, que atraen a las nuevas generaciones y sectores que anteriormente estaban excluidos.
Por su parte, fintechs, startups y neobancos, producto de su mismo modelo de negocio, están en evolución, especialmente en la adopción de tecnologías como SaaS (Software as a Service), que permiten ofrecer productos y servicios digitales, actualizar las soluciones y lanzarlas al mercado a gran velocidad, promoviendo la continua innovación en sus herramientas.
La aplicación de la tecnología hace posible que las entidades financieras implementen en asocio con empresas tecnológicas soluciones como: procesamiento de pagos, emisión de tarjetas, servicios de adquirencia, pasarelas de pago, gestión del fraude, switch transaccional y front-end de forma integrada y fáciles de ampliar.
Para el caso de Ecuador, y en general para toda la región, frente a los métodos de pago, podemos identificar tres tendencias principales que se están consolidando de manera mayoritaria. La primera es la proliferación de las billeteras digitales, con las cuales las personas envían y reciben fondos, compran productos, pagan servicios públicos, recargan saldos telefónicos y otra infinidad de beneficios financieros.
También encontramos la banca abierta, una tendencia global que permite que las personas tengan el control de sus datos, sean los dueños de su información y decidan con quién la comparten. Esto permite que los usuarios puedan ver sus movimientos en todas sus cuentas de diferentes instituciones en una misma app.
Finalmente están los pagos alternativos, que hacen posible realizar transferencias de dinero internacionales desde el dispositivo móvil y otros métodos de pago como el compre ahora y pague después (buy now, pay later), tecnologías que tendrán gran acogida en los próximos años en el país.
Marco regulatorio
El momento por el que pasa el ecosistema financiero de la región es positivo, pero también plantea desafíos en cuanto a la elaboración de una normativa que estimule y regularice productos y servicios online. Es fundamental contar con un diseño adecuado que fomente el desarrollo de nuevas opciones para el consumidor ecuatoriano, de igual manera, esto permitirá el acceso de jugadores globales que con sus aplicativos puedan competir en el país.
Localmente hay varias iniciativas desde la Junta de Política y Regulación Monetaria que norman a los participantes del sistema de pagos nacionales, este es un paso importante ya que se definen los campos de acción para el ecosistema. Adicionalmente, recientemente se aprobó la Ley Fintech. Todos estos esfuerzos deberían acelerar el crecimiento del ecosistema de pagos locales.
En el centro de la experiencia
La población de Ecuador al iniciar el 2022 ascendía a más de 18 millones de habitantes, y según los datos de GSMA Intelligence, existen 15,91 millones de conexiones móviles en el país. El país transita por una disrupción en los servicios financieros, donde la banca tradicional, neobancos, fintech, comercios y proveedores, conforman un modelo enfocado en crear experiencias integradas.
La modernización de las plataformas de pago hace posible que hoy las personas cuenten con una oferta amplia, variada y que busca atender sus necesidades financieras en el día a día. El cliente actual busca soluciones sencillas, innovadoras, con pocos requerimientos de documentación, con menos trámites, sin tener que ir presencialmente a una institución.
Bajo este nuevo contexto, las personas han podido apropiarse de manera real de beneficios de este cambio, como son una reducción de los costos operativos y una mayor capacidad para acceder a productos financieros. La oferta de pagos digitales crece de manera excepcional y tecnologías como las billeteras digitales (e-wallet), marketplaces, pagos persona a persona (P2P) y las “súper apps” entre otras soluciones, conforman un nuevo ecosistema que hoy plantea un escenario de oportunidades para la industria en el Ecuador.
(*) Country Manager para Ecuador de BPC.
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Last modified on 2022-12-21