Julio registró cifras inflacionarias más moderadas respecto al mes anterior, no obstante, el nivel de precios al consumidor sigue registrando máximos históricos mes a mes. Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, julio de 2022 registró un IPC de 109,51; lo cual arrojó una inflación mensual positiva de 0,16%, mientras que la inflación anual se estableció en 3,86%. Debido a que la inflación se ve impulsada mayoritariamente por el aumento en los precios de los alimentos, la Conaie ha propuesto un control de precios, pero la teoría y la evidencia empírica muestran que no es una solución viable a largo plazo.
La inflación baja reduce la gravedad de las recesiones económicas al permitir que el mercado de trabajo se ajuste más rápidamente en una crisis. Por otra parte, niveles negativos de inflación incluyen un aumento en el costo de oportunidad de mantener el dinero en el bolsillo, y la incertidumbre sobre la inflación futura que puede desalentar la inversión y el ahorro. Es por esto que, hoy en día, la mayoría de los economistas favorecen una tasa baja y constante de inflación. En este contexto, Ecuador presenta niveles de inflación que no sobrepasan la una cifra, no obstante, y debido a que esta está impulsada principalmente por los alimentos, su aumento afecta más a la población de escasos recursos.
LA INFLACIÓN SE DESACELERA, PERO EL NIVEL DE PRECIOS SIGUE SIENDO ALTO
El IPC nacional en julio se ubicó en 109,51 puntos, es decir, tuvo una variación mensual de 0,16%, pues en junio de 2022 fue de 109,34. A su vez, la inflación interanual en julio es la segunda más alta en lo que va del año, superada únicamente por la de junio (4,23%) debido a los efectos en la cadena de suministros que causaron las manifestaciones. Así, la elevación de precios interanual de julio fue de 3,86% (Gráfico 1) comparado con julio de 2021, cuando el IPC fue de 105,45.
Gráfico 1
Variación de los niveles de inflación
El precio de la Canasta Familiar Básica (CFB) aumentó en julio en $ 2,58, alcanzando un valor de $ 753,62, es decir, presentó un incremento mensual de 0,34% con relación al mes anterior. Este incremento es el tercero menor registrado en el último año. Además, el excedente del consumidor, calculado a partir de la diferencia entre el Ingreso Mensual Familiar y el costo de la Canasta Básica fue de $ 39,71; este excedente toma en cuenta una familia de 1,6 perceptores de una remuneración básica unificada.
Sin embargo, en el país menos del 40% de la población económicamente activa tiene un empleo adecuado, por lo que el ingreso laboral promedio se encuentra en únicamente en $ 293,10, evidenciando que gran parte de la población no puede costear la Canasta Familiar Básica y su nivel de vida se ve cada vez más ajustado debido a los incrementos en la inflación.
La Canasta Vital, por otro lado, subió 0,30%, llegando a costar $ 530,65. Al analizar por regiones, el valor de la CFB en la Sierra ($ 765,27) superó al de la Costa ($ 741,98), siendo Cuenca la ciudad más cara, con una canasta básica de $ 785,03.
LOS ALIMENTOS SUBEN MÁS, ¿PERO EL CONTROL DE PRECIOS ES LA SOLUCIÓN?
Las variaciones en la inflación en el Ecuador se encuentran influenciadas en gran medida por los bienes alimentarios y las actividades vinculadas a los mismos, siendo esta categoría la que determina la mayor parte del nivel general de precios. Esto se evidenció en julio, donde la categoría de alimentos fue la que mayor aumento tuvo en sus precios, con 6,18%, en contraste con la categoría de no alimentos que únicamente se incrementó en 3,18% (Gráfico 2).
Gráfico 2
Inflación interanual por categorías (julio 2022)
El aumento en los niveles de precios responde no solo a una baja productividad del sector económico ecuatoriano y relativa escasez de productos, sino también a factores externos como precios internacionales de ciertos insumos, tipos de cambio real con los países de mayor comercio e incluso a los precios del petróleo. Esta dependencia a factores externos genera cierta vulnerabilidad en la economía nacional, dejándola expuesta a choques de la economía global.
Paralelamente, al desglosar las cifras de inflación por divisiones, se evidencia que el consumo de bienes y servicios diversos fue la división que más influyó en la inflación mensual positiva de julio de 2022, mientras que los alimentos y bebidas no alcohólicas incidieron principalmente en la inflación anual (Gráfico 3). Para este mes, además, de las 12 divisiones de consumo, ocho subieron sus precios, mientras que las cuatro restantes registraron una contracción mínima.
Gráfico 3
Incidencia anual de la inflación por divisiones
De acuerdo con la investigación realizada por Juan José Herrera para la PUCE, históricamente las tasas de inflación sostenidas han estado acompañadas por un veloz crecimiento de la cantidad de dinero en la economía, elevados déficits fiscales, inconsistencia en la fijación de precios y elevaciones salariales, entre las más importantes.
De la mano de estas consecuencias estructurales como respuesta a elevadas tasas de inflación, se manifiestan también consecuencias sociales, las cuales se ven traducidas en el descontento popular por los efectos que presenta este fenómeno sobre la asignación de recursos, el poder adquisitivo, la distribución del ingreso, el desarrollo económico y, por ende, sobre el bienestar de la población.
Dentro de este contexto, el movimiento indígena propuso varias medidas al poder Ejecutivo enfocadas en la fijación y control de precios, como una forma de precautelar el bienestar colectivo. Esta propuesta abarca precios referenciales y sustentación de 42 productos de primera necesidad y está siendo discutida con el Gobierno en las mesas de diálogo instaladas a raíz de las manifestaciones ocurridas en junio pasado.
Empero, tanto la teoría económica como la evidencia empírica de países vecinos que han impuesto un control de precios muestran que esta no es una solución viable e incluso puede llegar a intensificar el problema generando desabastecimiento.
Los precios fijados libremente por la oferta y la demanda son un mecanismo de transmisión de información y ajuste ante perturbaciones en la economía. Al existir un control de precios que fije los mismos en un precio superior al del libre mercado se crea un incentivo a la sobreproducción y creación de un mercado informal que ofrezca este producto a menor precio.
Paralelamente, si el precio fijado es menor al del mercado, ocurre el encuentro de una mayor demanda del público frente a una oferta debilitada que no tiene incentivos a producir más, ya que el precio es demasiado bajo, generando así una escasez del producto.
Se crea así una fisura en la competitividad, ya que no existen incentivos a la inversión en un mercado sobrerregulado. Es por esto que la Cámara de Comercio de Guayaquil ha rechazado públicamente esta medida ya que estiman que golpearía a la economía debido a que, lejos de corregir las fallas del mercado, constituiría un factor de distorsión del mismo y potenciaría la presencia de mercados alternativos, permitiendo la entrada en escena de actividades económicas ilícitas debido al alto grado de rentabilidad que estas representan.
Aún queda amplio debate por delante, sin embargo, es importante que cuestiones económicas de este tipo se pongan en consideración, caso contrario, el remedio puede resultar peor que la enfermedad.
(*) Jorge Pérez, analista económico Revista Gestión.
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Last modified on 2022-08-05