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Autor: Revista Gestión *

La clase media juega un rol crucial en el desarrollo económico y social de los países al ser un importante motor de consumo e inversión. Sin embargo, en Ecuador este sector se ha visto muy reducido en los últimos años. De acuerdo con cifras recientes, la clase media en el país representaba apenas el 7,7% de la población para el año 2022.

Desde una óptica multidimensional, se considera que un hogar es de clase media si su ingreso per cápita se ubica entre 2,5 y 12,5 veces la línea de pobreza. Además, se pondera factores como que al menos la mitad del ingreso provenga de salarios formales, pensiones, transferencias o donaciones; y que mínimo un integrante tenga educación superior. Finalmente, se consideran las condiciones de vivienda, la cual debe ser propia, esté pagándose o esté pagada. En ese sentido se puede observar cómo ha evolucionado entre el 2019 y 2022 (Gráfico 1).

Gráfico 1

Evolución de la clase media 2019 – 2022

Para el año 2019, la clase media representaba el 7,83% del total de hogares a nivel nacional. Para el 2021, se observa una reducción de este grupo poblacional al 6,36% del total. Finalmente, en el año 2022 hubo una leve recuperación, ubicando a la clase media en el 7,67% de los hogares ecuatorianos. No obstante, esta mejoría reciente continúa por debajo del registro de 2019, antes de la crisis económica afectada por la pandemia entre 2020 y 2021.

LA PANDEMIA IMPACTÓ MUCHO A LA CLASE MEDIA

La disminución de la clase media en Ecuador y en gran parte de América Latina y el Caribe durante los últimos años se puede atribuir a una combinación de factores socioeconómicos, exacerbados en gran medida por la pandemia de COVID-19. La crisis sanitaria global trajo consigo no solo una emergencia de salud pública, sino también un colapso económico, afectando principalmente a los sectores medios de la sociedad. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la pandemia provocó la peor recesión económica en la región en 120 años, lo que condujo a un incremento significativo en los niveles de pobreza y una reducción en el tamaño de la clase media debido al aumento del desempleo, la reducción de horas de trabajo y la pérdida de ingresos, especialmente en aquellos sectores que no pudieron adaptarse al trabajo remoto. Según el Banco Mundial, “4,7 millones de personas de la clase media pasaron a la vulnerabilidad o la pobreza en América Latina y el Caribe (ALC) posiblemente revirtiendo décadas de avances sociales”. Como se puede observar, aún no se ha recuperado.

LA INFORMALIDAD LABORAL EMPEORA LA SITUACIÓN 

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha señalado que la informalidad laboral y la falta de empleo de calidad son desafíos persistentes en la región que afectan la capacidad de los trabajadores para integrarse y permanecer en la clase media. En el caso de Ecuador, el elevado nivel de informalidad, limita el acceso a empleos formales con protección social y salarios dignos, que son la base para el desarrollo de una clase media robusta. Según las últimas cifras de la Enemdu, publicadas en diciembre de 2023, el 54,20% de la Población Económicamente Activa (PEA) pertenece al sector informal (Gráfico 2).

Gráfico 2

Composición de la PEA según sectorización

Estos resultados reflejan una barrera significativa para el crecimiento de la clase media en el país. La informalidad laboral, caracterizada por la falta de seguridad en el empleo, acceso limitado a la protección social y ausencia de beneficios laborales, compromete no solo la estabilidad económica de los individuos, sino también su capacidad para generar ahorros y realizar inversiones que favorezcan su movilidad socioeconómica. 

El Banco Mundial ha enfatizado en sus informes en que la informalidad laboral puede perpetuar la desigualdad y limitar el crecimiento económico, al reducir la base tributaria del Estado y limitar la inversión en infraestructura y servicios públicos clave. Asimismo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha destacado que la informalidad laboral es un indicador de vulnerabilidad económica y falta de cohesión social, y puede obstaculizar el desarrollo económico sostenible al limitar la base impositiva del gobierno y reducir la inversión en servicios públicos cruciales como educación y salud.

LA REDUCIDA MOVILIDAD SOCIAL, OTRO PROBLEMA PARA LA CLASE MEDIA

Según varios expertos, no se puede hablar de clase media sin topar el tema de la movilidad social. El Banco Mundial la define como “la relación entre la posición socioeconómica de los padres y las posibilidades de que sus hijos alcancen una mejor o peor posición socioeconómica. Es decir, se refiere a las oportunidades que tienen las personas de ascender o descender entre distintos estratos sociales con respecto a la generación anterior.

En ese sentido, según los últimos datos del World Economic Forum, en su artículo titulado Global Social Mobility Report 2020, Ecuador se ubica en la posición 56 entre 82 países en términos de movilidad social, una de las movilidades más limitadas a nivel global, lo que refuerza el vínculo entre la reducida clase media actual y las barreras existentes para que sectores de menores ingresos puedan acceder a esa categoría socioeconómica superior (Gráfico 3).

Gráfico 3

Índice de Movilidad Social 2020
 

Este índice se calcula en una escala de 0 a 100, donde un puntaje más alto indica mayores niveles de movilidad social. Esto implica que los países con puntajes más altos brindan mejores condiciones para que los individuos mejoren su situación socioeconómica a lo largo de su vida o en comparación con sus padres. Se basa en cinco pilares principales: Salud, Acceso y Calidad de la Educación, Tecnología, Trabajo (que incluye factores como la seguridad del trabajo y la equidad salarial), Protección y Redes Sociales, e Inclusión Social (que incluye la equidad de ingresos y la inclusión política). 

En el caso del Ecuador, su puntaje es de 53,9; así, aunque hay cierto nivel de movilidad social en el país, aún existen barreras significativas que impiden una movilidad óptima. Asimismo, en el artículo analizado se refleja el número de generaciones que se necesitan para que una familia pobre alcance el ingreso medio del país; la nación con menos puntaje en este sentido es Dinamarca, con 2, y  el mayor es Brasil, con 9, pero Ecuador se estaría acercando peligrosamente a Brasil. 

¿QUÉ SIGNIFICA QUE LA CLASE MEDIA SEA PEQUEÑA EN UNA ECONOMÍA COMO EL ECUADOR?

La preocupante disminución de la clase media ecuatoriana, que actualmente sólo representa el 7,7% de los hogares, es que es un claro síntoma de los desequilibrios socioeconómicos del país. Al no existir un segmento robusto con capacidad de consumo y ahorro, la demanda interna se ve severamente debilitada, lo que limita el crecimiento económico. Según datos del Banco Mundial, históricamente existe una alta correlación entre el tamaño de la clase media y el PIB per cápita de las naciones, en ese sentido se puede ver el crecimiento del Ecuador y su previsión para el 2024 (Gráfico 4). 

Gráfico 4

Evolución del PIB según el Banco Central del Ecuador

En el caso de Ecuador, las proyecciones de crecimiento para 2023 y 2024 son de apenas 1,5% y 0,8% respectivamente, según cifras del Banco Central del Ecuador. Estas tasas relativamente bajas reflejan un entorno macroeconómico débil que dificulta la expansión de la clase media.

Si estas proyecciones se cumplen, es muy probable que el segmento en Ecuador se mantenga estancado o incluso se reduzca levemente en los próximos años. Esto tendría un efecto negativo en cadena sobre el consumo, el ahorro y la inversión, frenando el dinamismo de la economía ecuatoriana. Para revertir esta situación, es necesario implementar reformas que promuevan la competitividad, faciliten la creación de empleo formal y mejoren el entorno para los negocios, para sentar las bases para un crecimiento económico sostenido que permita la expansión de la clase media en el mediano y largo plazo.

Asimismo, una clase media pequeña implica una reducida recaudación fiscal, menor inversión privada ante las sombrías perspectivas de consumo, y un círculo vicioso de bajo crecimiento, subempleo y pobreza. El bajo dinamismo de la economía ecuatoriana en la última década es un reflejo de estos factores.

El hecho de que menos del 8% de los ecuatorianos pertenezca a la clase media es un reflejo de la aguda desigualdad, la baja movilidad social y las pocas oportunidades para importantes segmentos de la población. Esta realidad, donde la gran mayoría se debate entre la vulnerabilidad y la pobreza, conlleva frustración, migración, mayor delincuencia e inestabilidad social y política en el mediano plazo. Revertir el decadente tamaño de la clase media en Ecuador debería ser una prioridad de políticas públicas para encarrilar el desarrollo inclusivo.

(*) Elaborado por Liz Ortiz, analista económica Revista Gestión.

 

Last modified on 2024-01-28

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