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Autor: Revista Gestión *

La informalidad laboral en Ecuador alcanzó un nuevo y preocupante máximo histórico en diciembre de 2023. Según datos publicados recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), llegó al 55,7% de la población ocupada. Esta alarmante cifra supera el previo nivel récord de informalidad de 53,7% registrado en octubre del 2022.

ESTADO DEL MERCADO LABORAL A DICIEMBRE 2023

De manera general, el desempleo presentó una mínima disminución mensual de 0,1 punto porcentual, al pasar del 3,5% al 3,4% en diciembre de 2023. No obstante, indicadores como el subempleo y otro empleo no pleno registraron un leve incremento, de 0,2 puntos porcentuales cada uno alcanzando un 21,2% y 28,4%, respectivamente. Por su parte, la tasa de empleo pleno tuvo un alza marginal, del 35,80% al 35,90%, en comparación con noviembre del mismo año. Estos cambios marginales indican que persisten los problemas estructurales en el mercado laboral (Gráfico 1).

 

Gráfico 1

Cifras del desempleo, empleo pleno, subempleo y otro empleo no pleno

LA INFORMALIDAD LLEGÓ A SU PUNTO MÁXIMO EN DICIEMBRE

La informalidad laboral en Ecuador ha venido en aumento durante los últimos años, convirtiéndose en un problema crítico para la economía del país. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), la población ocupada en el sector informal corresponde a todas las personas que, durante un período determinado, se encuentran trabajando en al menos una empresa o unidad económica del sector informal, sin importar su situación laboral específica. El sector informal, a su vez, abarca únicamente a las empresas de hogares no constituidas legalmente como sociedades y que no cuentan con Registro Único de Contribuyentes (RUC).

En este sentido, para diciembre de 2022, la tasa de informalidad se situaba en un 53,4% de la población ocupada; sin embargo, para diciembre de 2023, esta cifra escaló hasta alcanzar un máximo histórico del 55,7%. Este significativo incremento de 2,3 puntos porcentuales en solo un año, se produce en un complejo contexto económico para Ecuador, que ha estado marcado por una serie de adversidades. Entre los factores que han contribuido al aumento de la informalidad laboral se encuentran las recientes protestas sociales, los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19 y un preocupante repunte de la inseguridad ciudadana (Gráfico 2).

 

Gráfico 2

Evolución de la informalidad en el Ecuador 

¿QUIÉNES ESTÁN EN LA INFORMALIDAD?

La informalidad laboral en Ecuador es un fenómeno multifacético que varía considerablemente en función de factores geográficos y de género, reflejando desigualdades profundamente arraigadas en la estructura socioeconómica del país. Desagregando los datos de diciembre, se puede observar que el sector rural registra un porcentaje muy elevado de informalidad, alcanzando un 79,1% del total de la población ocupada rural, mientras que en el área urbana la informalidad es del 43%. Según Andrés Espejo, en su artículo titulado Informalidad laboral en América Latina: propuesta metodológica para su identificación a nivel subnacional, “el territorio es uno de los elementos clave al definir las desigualdades que enfrentan las personas en su acceso a empleos de calidad. Así, el lugar donde las personas residen o trabajan incide directamente en sus opciones de hallar un empleo formal”(Gráfico 3).

La informalidad en el sector rural no solo afecta la calidad de vida de los individuos, sino que también tiene implicaciones macroeconómicas. Restringe la base impositiva del país, limita la inversión en sectores clave y perpetúa un ciclo de pobreza y exclusión. El Banco Mundial, en su informe La Informalidad: Escape y Exclusión, señala que la informalidad laboral reduce la productividad de las economías y sugiere la implementación de políticas orientadas a la formalización del empleo como una estrategia para el desarrollo económico y la reducción de la pobreza

Gráfico 3

Sectorización según área de residencia

Por otro lado, esta situación es aún más crítica entre las mujeres rurales, ya que el 81,11% de ellas se desempeña en el sector informal, una tasa significativamente superior a la de los hombres en las zonas rurales. Este fenómeno no es exclusivo de Ecuador, es una tendencia observada en varios países en desarrollo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su informe Mujeres y Hombres en la Economía Informal: Un Panorama Estadístico, destaca que las mujeres están desproporcionadamente representadas en el sector informal, lo que las expone a mayores riesgos y les niega acceso a beneficios y protecciones sociales (Gráfico 4).

Este desequilibrio no solo refleja las limitadas oportunidades laborales formales disponibles para estas mujeres sino también los desafíos adicionales que enfrentan, incluyendo el acceso limitado a la educación, recursos financieros restringidos y la responsabilidad desproporcionada de las tareas domésticas y el cuidado familiar.

Gráfico 4

Sectorización de la zona rural según sexo

NIVEL DE EDUCACIÓN E INFORMALIDAD

Los datos recientes proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) ilustran una realidad ineludible sobre la relación entre el nivel educativo y la inserción laboral en Ecuador. Según estas cifras, en el sector informal, el  41,98% ha completado únicamente la educación primaria, mientras que un 27,77% ha finalizado la secundaria. Esta situación contrasta con el sector formal, donde un 32,18% de los trabajadores ha alcanzado un nivel educativo secundario y un 29,33% posee educación universitaria. Estos números no solo reflejan las disparidades en términos de acceso a la educación sino también cómo estos niveles inciden directamente en la calidad y tipo de empleo que una persona puede esperar obtener (Gráfico 5).

 

Gráfico 5

Sector formal e informal y nivel de estudios alcanzado

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su informe Panorama de la Educación 2019, enfatiza en que la educación es un determinante para la empleabilidad y la calidad del empleo. La OCDE advierte que “las personas con niveles de educación más bajos tienen una probabilidad significativamente mayor de encontrarse en empleo informal, lo cual a menudo se asocia con condiciones laborales precarias y falta de seguridad social”, es decir, debería ser un foco de atención. 

La alarmante cifra récord de informalidad laboral alcanzada en diciembre de 2023 pone de manifiesto la urgente necesidad de implementar medidas correctivas para revertir esta problemática que afecta principalmente a los grupos más vulnerables de la población.

Si bien los indicadores agregados de desempleo tuvieron variaciones marginales, la informalidad sigue expandiéndose de manera preocupante, especialmente en el sector rural y entre las mujeres, donde supera el 80%. Esta situación refleja las profundas desigualdades estructurales que limitan las oportunidades de gran parte de la fuerza laboral del país.

Para avanzar hacia la formalización, se requiere, en primer lugar, una decidida inversión pública para fomentar el desarrollo económico de las zonas rurales, mejorando las capacidades productivas, la conectividad y el acceso a servicios básicos. Asimismo, es clave diseñar políticas con enfoque de género que expandan las opciones laborales de las mujeres.

Además, como se evidencia en los datos del INEC, el limitado acceso a educación de calidad está directamente relacionado con la informalidad. Por ello, ampliar la cobertura educativa e implementar programas de capacitación flexible son componentes indispensables. El Estado debe asumir un rol más proactivo en todos estos frentes para revertir las brechas de informalidad y promover un crecimiento inclusivo.

(*) Elaborado por Liz Ortiz, analista económica Revista Gestión.

 

Last modified on 2024-01-24

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