Para abril 2023, 967.667 personas se registran como beneficiarias del Bono de Desarrollo Humano y su monto variable, siendo el 89,7% de los usuarios mujeres. Dicha transferencia monetaria, que este año cumple un cuarto de siglo, es un instrumento que ha mostrado resultados positivos en materia social. En especial, se evidencia un mayor empoderamiento de la mujer, frente a su alta participación en trabajos no remunerados y con relación a la disminución de la violencia doméstica.
La pobreza es un problema estructural en Ecuador. Por ese motivo, existen varios instrumentos de protección social, como las Transferencias Monetarias Condicionadas (TMC), y entre ellas, el Bono de Desarrollo Humano (BDH). Según el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), institución a cargo de la política social, el BDH tiene dos objetivos. A corto plazo, busca aliviar la pobreza a través de la transferencia de dinero para incrementar la capacidad de consumo. Mientras que, a largo plazo, tiene como fin incrementar y fortalecer el capital humano para detener la transmisión de la pobreza a nivel intergeneracional.
El BDH comenzó sus operaciones en 1998 como Bono Solidario y en cambió a Bono de Desarrollo Humano 2003 y desde junio 2022 se aprobó su aumento, pasando USD 50 a USD 55 para hogares en situación de pobreza y pobreza extrema, categorías establecidas según la metodología del MIES. Con base en las últimas estadísticas de la institución, para abril del 2023, 1’438.782 personas accedieron a los programas de inclusión económica, donde el 67,26% de usuarios accedieron al BDH y al Bono de Desarrollo Humano con Componente Variable (BDH-V) (Gráfico 1).
Gráfico 1
Transferencias monetarias en abril 2023
Con el BDH-V, las familias que actualmente son beneficiarias del BDH y tienen hijos menores de 5 años recibirán montos adicionales según la siguiente escala: USD 30 para el primer hijo, USD 27 para el segundo hijo y USD 24,30 para el tercer hijo. Por otro lado, los hogares que reciben el BDH y tienen hijos de entre 5 y 18 años recibirán las siguientes cantidades adicionales: USD 10 para el primer hijo, USD 9 para el segundo hijo y USD 8,10 para el tercer hijo. Cabe recalcar que el BDH prioriza a madres como beneficiarias, debido a su condición de vulnerabilidad en el hogar.
LAS MUJERES REALIZAN MÁS TRABAJO NO REMUNERADO QUE LOS HOMBRES
Las mujeres presentan mayores índices de pobreza según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), debido a su alta participación en el mercado laboral informal y sobre todo en del denominado Trabajo no Remunerado (TNR). Durante las últimas décadas, se ha enfatizado en el papel del TNR dentro de la economía, dado que cubre los costos de cuidado que sostienen a las familias y a menudo compensa las deficiencias en los servicios sociales. Sin embargo, rara vez se reconoce como “trabajo”.
Con base en los últimos datos de la Cuenta Satelital de TNR del INEC, son las mujeres jefas de hogar quienes realizan la mayoría de TNR en Ecuador. Para 2017 se registró que, en promedio, las jefas de hogar dedican el triple de tiempo por semana a TNR que los jefes de hogar, siendo 29 y 10,3 horas semanales, respectivamente (Gráfico 2).
Gráfico 2
Horas promedio semanales de TNR según sexo y parentesco en 2017
Bajo esta perspectiva, existe la necesidad de aliviar la carga de cuidado que recae principalmente en las mujeres, especialmente de aquellas que se encuentran en los quintiles más pobres y vulnerables, debido al acceso desigual a servicios como centros de cuidado infantil y atención para personas mayores, dado que tiene como consecuencia la limitación de la participación laboral de las madres o las empuja hacia ocupaciones a tiempo parcial en el sector informal.
Para Corina Rodríguez, economista y doctora en Ciencias Sociales, la economía del cuidado se refiere a todas aquellas labores relacionadas con el cuidado de los miembros del hogar, la crianza de los niños, las tareas domésticas, como la cocina y la limpieza, el mantenimiento general del hogar y la atención de personas enfermas o con discapacidad.
En Ecuador, las tareas de cuidado se distribuyen de manera desigual. Aunque a nivel histórico se presenta un aumento generalizado de las horas dedicadas a estas actividades, al verlo desagregado por género, las mujeres dedicaron 1’468.819 horas al TNR en 2017, mientras que los hombres solo 504.925 (Gráfico 3).
Gráfico 3
Horas anuales de trabajo de cuidado por sexo
EL BONO DE DESARROLLO HUMANO ES ADMINISTRADO POR MUJERES
Entre enero y abril del 2023, solo 404.040 hombres han recibido dichas transferencias, frente a 3’495.913 mujeres, considerando el BDH y BDH-V (Gráfico 4).
Gráfico 4
Usuarios de BDH y BDH-V por sexo
En definitiva, el Bono de Desarrollo Humano no persigue objetivos con respecto a los derechos específicos de las mujeres, dado que las condiciones para acceder a este se relacionan con mejoras en el ámbito de salud y educación, así como otros requisitos con respecto a las áreas de vivienda y trabajo infantil. En este sentido, se espera que las familias eviten construir viviendas o estructuras de manera inapropiada y mantengan en buen estado su hogar. Además, los padres se comprometen a garantizar que los niños menores de 15 años no realicen trabajos ni mendiguen, según el MIES.
No obstante, varios estudios demuestran su impacto indirecto en el empoderamiento de la población femenina, dado que se han detectado cambios en las relaciones de poder dentro del hogar, ya que estas transferencias les otorgan un mayor control sobre los recursos económicos y les permiten disminuir su dependencia con sus parejas sentimentales.
LA VIOLENCIA DE GÉNERO DISMINUYE GRACIAS AL BDH
En el medio de comunicación Wambra, la activista feminista Amarílis Pagán y la abogada Mariana Iriarte mencionaron que las mujeres que dependen económicamente de sus parejas se ocupan del trabajo de cuidado no remunerado y la crianza, estas mujeres suelen enfrentarse a situación de aislamiento, con escaso o nulo contacto con personas fuera de su círculo familiar y sin los recursos ni el conocimiento necesarios para identificar la violencia que han normalizado.
A través de evaluaciones de impacto realizadas en estudios dentro del ámbito económico, es posible proporcionar respaldo cuantitativo sobre la efectividad de las políticas públicas en violencia de género. En la investigación ‘Transferencias de efectivo y violencia doméstica’ de Melissa Hidrobo y Lía Fernald, se revela el impacto de una transferencia de efectivo en Ecuador varía según el nivel educativo de la misma. Para las mujeres con educación superior a la escuela primaria, una transferencia de efectivo reduce significativamente la violencia psicológica ejercida por sus parejas.
Según las autoras, el BDH disminuye significativamente la probabilidad de que la pareja incurra en violencia emocional en 8 puntos porcentuales. Esto es de suma importancia dado que en el país, la violencia psicológica es el tipo de violencia que tiene mayor prevalencia, con un valor de 56,9% a 2019, según los datos más actualizados del INEC.
En el contexto de estas ideas, se ha observado un empoderamiento de las mujeres como consecuencia del Bono de Desarrollo Humano. Aunque el enfoque principal del BDH se centra en la niñez, diversos estudios económicos han demostrado que este programa tiene la capacidad de generar cambios significativos en la inclusión de las poblaciones objetivo, tanto en el sistema de protección social y en la sociedad en general, especialmente para las mujeres. No solo eso, el BDH de manera indirecta ha abordado la violencia de género al promover la inclusión económica y social de las mujeres. Por ese motivo, es importante continuar con este programa, siempre llevando un control de sus resultados y alcance.
(*) Elaborado por Camila Marcayata, analista económica Revista Gestión.
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Last modified on 2023-09-27