De acuerdo con los expertos, a pesar del aumento en la conciencia global, los compromisos adoptados por las naciones y los avances, sobre todo en lo que atañe a la generación de energía más limpia, lo hecho hasta ahora es insuficiente. No solo el calentamiento global continúa, sino que apunta a superar límites que implican riesgos mucho mayores.
Incluso, los integrantes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés), han hecho un llamado que merece escucharse con atención: las cosas están peor de lo que se esperaba y hay pérdidas que ya son irreversibles. En concreto: “el aumento de olas de calor, sequías e inundaciones ya han superado los umbrales de tolerancia de las plantas y los animales, y ha provocado la mortalidad en masa de diversas especies, como árboles y corales”, afirma el informe.
Además, “estos fenómenos meteorológicos extremos se producen de manera simultánea, lo cual genera impactos en cascada que resultan cada vez más difíciles de controlar y que exponen a millones de personas a una situación de inseguridad alimentaria e hídrica aguda especialmente en África, América Central y América del sur” añade el escrito.
De manera análoga, el alza gradual en las temperaturas que se ha presentado en los últimos años es consecuencia de lo que ha causado del hombre y como lo explicó la doctora Kate Marvel, conocida como la “científica climática” en un espacio generado por el Fondo Latinoamericano Reservas (FLAR) para hablar sobre este tema: “los responsables de esta situación somos nosotros. Las temperaturas vienen en aumento desde finales del siglo XIX cuando tomó fuerza la industrialización.
ES EL MOMENTO DE ACTUAR
Hechos inesperados como la invasión de Rusia a Ucrania traen consecuencias indeseables, pues además de la pérdida de vidas y la destrucción causada, la posible suspensión del suministro de gas a Europa ha llevado a que algunas plantas de carbón hayan sido encendidas y que los vertimientos suban todavía más. Sin duda, se trata de un llamado a incrementar aún más la conciencia e implementar más acciones:
Por un lado, los ciudadanos deben empezar a tomar diferentes prácticas que contribuyan y puedan cambiar el desenlace de nuestro planeta: reciclar, empezar a medir el uso de plásticos, disminuir el consumo de energía y apostar por las energías renovables son una forma de aportar al cambio.
Por otro lado, instituciones como bancos y fondos de inversión deben examinar con mucho mayor detalle las implicaciones ambientales de los préstamos que se realizan o los capitales que financian a múltiples emprendimientos.
En la actualidad, las inversiones financieras se destinan a iniciativas de desarrollo sostenible y proyectos ambientales que potencialicen el desarrollo económico mucho más ambientalista y responsable. De hecho, el financiamiento verde incluye también la financiación climática, que es muy importante en nuestro día a día.
Según el BID, las finanzas verdes en el mundo representan una gran oportunidad para la transición de la región de América Latina y el Caribe hacia una economía inclusiva y con bajas emisiones de carbono, al tiempo que se abordan los riesgos climáticos físicos.
Así y para desarrollar el mercado de las finanzas verdes y aprovechar las inversiones privadas, por ejemplo la Comisión del Mercado Financiero ofrece soluciones de financiamiento y mercado de capitales a medida, como bonos temáticos, desarrollo de capacidades institucionales y diálogos público-privados dedicados entre agentes del sector financiero y actores clave de la economía
Ahora bien, según el Acuerdo de París, lo ideal es trabajar en conjunto con el fin de acelerar e intensificar las inversiones en proyectos que aporten a la disminución de las emisiones de carbono para disminuir la amenaza del cambio climático. Algunas de las acciones que hacen parte de este acuerdo son la inversión y la proporción de recursos financieros para lograr el principal objetivo: mantener el aumento de la temperatura mundial debajo de 2 grados centígrados.
Lo cierto es que se espera seguir trabajando día a día en conjunto con bancos, fondos de inversión y organizaciones para lograr el bien común que en este caso es controlar el cambio climático.
(*) Analista senior de El Tiempo, Colombia.
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