La pandemia ha dejado en evidencia algunos de los problemas en cuanto a servicios sanitarios en el país: poca infraestructura pública y un elevado precio de la medicina particular. Las provincias con mayor cantidad de camas, también mantienen los índices más altos de contagio; bajo un determinado escenario, existen provincias como Los Ríos y Guayas que ya no podrán atender a futuros contagiados de COVID-19 que requieran de hospitalización. Para el futuro se tiene que replantear el sistema sanitario, para enfrentar de mejor manera emergencias como esta.
El Registro Estadístico de Camas y Egresos Hospitalario (RECEH) presenta de manera anual datos sobre la morbilidad hospitalaria, además de la utilización de camas en hospitales públicos y privados, de acuerdo con la provincia. En un contexto de pandemia (COVID-19), los datos son útiles en la toma de política pública y cruce de variables; pues con la oferta hospitalaria se puede conocer la demanda que se puede abastecer.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) es el ente encargado de la publicación de las cifras que en este caso corresponden al periodo, por lo que en el siguiente artículo se utilizarán datos del 2018 y del 27 de mayo del 2020 –última fecha de corte por parte de Secretaria Nacional de Riesgos y Emergencias (SNGRE)-.
EL SECTOR PRIVADO ES EL PRINCIPAL OFERTANTE, AUNQUE EL PÚBLICO TIENE MÁS CAMAS
Para 2018 se contabilizaron un total de 634 establecimientos de salud que prestan internación hospitalaria en el Ecuador, de los cuales, 183 son públicos y 451 son privados (Gráfico 1). Esto quiere decir que la mayoría (71%) de entidades sanitarias en el país son de orden privado. El promedio nacional de estadía es de 4,3 días, mientras que la tasa de defunción hospitalaria por cada 1.000 habitantes es de 0,8 en los establecimientos públicos y 0,4 en los privados, con una tasa nacional de 1,2.
Gráfico 1
Establecimientos de salud que prestan internación en Ecuador (2018)
A pesar de que en el sector privado existen más establecimientos de salud, el Estado es quien provee de mayor cantidad de camas. Durante 2018 se registraron 23.803 camas, 68% de carácter público y 32% de dominio privado (Gráfico 2). Los datos muestran que los hospitales públicos mantienen en promedio un total de 77 camas por cada casa de salud, mientras que las instituciones privadas 21 camas. Esto quiere decir que los hospitales públicos mantienen una potencial ocupación 3,6 veces mayor que los privados, es decir, tienen una oferta sanitaria mayor.
Gráfico 2
Camas disponibles en Ecuador (2018)
CÓMO ENFRENTA CADA PROVINCIA AL COVID-19
El jueves 2 de abril, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, declaró en rueda de prensa que 20% de los casos diagnosticados con COVID-19 requerirían hospitalización y 6% necesitaría de cuidados intensivos.
El aislamiento preventivo se realiza justamente para que la demanda hospitalaria no supere a la oferta; esto quiere decir, que los contagiados por coronavirus puedan tener una cama y los servicios que satisfagan sus necesidades para salir de la enfermedad.
Cada provincia mantiene una determinada cantidad de camas públicas y camas privadas; esta cifra puede cambiar para el 2020 porque los municipios han decidido adaptar infraestructura de las ciudades para la gran demanda hospitalaria que existe. Es así que el cabildo de Quito modificó el Centro de Convenciones Bicentenario para que pueda atender a 370 pacientes. Sucede lo mismo con Guayaquil, que también implementó 152 camas.
Las provincias con mayor oferta sanitaria en el país son: Guayas (5.857 camas) seguido de Pichincha (5.674 camas) y Manabí (1.564). Las tres jurisdicciones capturan 25%, 24% y 7%, respectivamente; siendo más de la mitad de camas de todo el país concentradas en tres provincias
Así como estas tres provincias mantienen la mayor cantidad de camas en hospitales, también tienen las cifras más altas en cuanto a contagios por COVID-19. Para el 27 de mayo se registraron 13.890 contagiados en Guayas (48% del total), 3.769 en Pichincha (13%) y 2.150 en Manabí (7,4%) (Gráfico 3).
Gráfico 3
Camas disponibles en Ecuador (2018) y contagiados por COVID-19
Si se calcula los pacientes que necesitarán hospitalización, de acuerdo con las declaraciones del ministro Zevallos, Guayas tendría 2.778 contagiados que necesitan de infraestructura sanitaria especializada, Pichincha, 753, y Manabí, 430.
EL PROBLEMA DE LA PANDEMIA Y LA SALUD PÚBLICA
Si bien existen camas suficientes para dar abasto a los contagiados que requieren de hospitalización, el problema radica en que no toda la infraestructura sanitaria puede ser utilizada para atender a pacientes con COVID-19 ¿Por qué? Por el simple hecho de que personas con otras enfermedades también requieren de atención médica y no podrían compartir espacios en los cuales puedan contraer coronavirus.
Otro gran inconveniente para enfrentar la pandemia es el acceso a los servicios de salud. Muchas de las camas que se encuentran dentro de las cifras de salud que provee el INEC son privadas, por lo cual familias de bajos ingresos no podrían acceder, lo cual generaría una alta demanda por camas dentro del sector público.
Para ejemplificar lo antes mencionado, contabilicemos solo las camas de carácter público, a un 50% de capacidad de aforo, puesto que la otra mitad está al servicio de otras enfermedades y la infraestructura no puede ser compartida.
Si es que la situación es así, provincias como Guayas, Los Ríos y Santa Elena mantienen un déficit de camas en términos que la cantidad de contagiados que requieren hospitalización supera al número de camas que el Estado puede proveer para tratar el COVID-19 (Gráfico 4).
Gráfico 4
Camas “efectivas” en Ecuador (2018) y contagiados por COVID-19 que requieren hospitalización
La importancia del aislamiento es justamente no saturar los servicios de salud, pues en este caso los hospitales no se podrían dar abasto para atender a los pacientes de COVID-19, estén en etapas iniciales o requiriendo hospitalización y mucho menos en situaciones críticas. A futuro, las condiciones sanitarias –públicas y privadas- deben ser replanteadas por los tomadores de política pública, así como por las familias y empresas para hacer frente a emergencias como esta.
(*) Economista.
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Last modified on 2020-06-05