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Autor: Jorge Pérez *

Si bien el país tiene cubiertas sus necesidades de financiamiento para este año, el cupo de crédito que tiene para 2023 con organismos multilaterales no es suficiente para cubrir las necesidades de financiamiento que alcanzan los $ 7.577 millones según la proforma. Es por esto que se necesitan más fuentes de recursos que permitan ejecutar el presupuesto del año que viene. No obstante, el panorama internacional de subida en las tasas de interés de las economías desarrolladas, mayor riesgo país y un estancamiento en el precio del petróleo generan un ambiente adverso para el país de cara al manejo sostenible de la deuda.

El financiamiento es clave en la elaboración y ejecución del Presupuesto General del Estado (PGE) para la provisión de bienes y servicios públicos, así como también en la sostenibilidad de la deuda. Es por esto que en la Constitución se establece los objetivos que debe tener la política fiscal:

  • El financiamiento de servicios, inversión y bienes públicos.
  • La redistribución del ingreso por medio de transferencias, tributos y subsidios adecuados. 
  • La generación de incentivos para la inversión en los diferentes sectores de la economía y para la producción de bienes y servicios, socialmente deseables y ambientalmente aceptables. 

Se enfatiza que en todos los niveles de gobierno la política fiscal se conducirá de forma sostenible, responsable y transparente y procurarán la estabilidad económica; por lo que la adquisición de mayor deuda para financiar el déficit es un asunto que requiere especial atención, ya que un financiamiento sujeto a tasas de interés muy elevadas puede mermar las capacidades de crecimiento económico en un futuro.

EL ACUERDO CON EL FMI TERMINA EN DICIEMBRE, PERO UN PRESUPUESTO DEFICITARIO OBLIGA AL PAÍS A CONTRAER MÁS FINANCIAMIENTO EXTERNO 

De acuerdo con múltiples declaraciones, tanto del presidente como de miembros del Gobierno, se ha señalado que el país actualmente no tiene previsto recurrir a más financiamiento externo este año debido a múltiples factores, tales como los desembolsos fruto de acuerdos de financiamiento pasados, un aumento en el precio del petróleo por encima de lo presupuestado, así como también una mejora en la recaudación de impuestos respecto a años anteriores.

Si bien al comparar los montos de desembolsos provenientes de financiamiento externo se puede notar una considerable caída entre 2021 y 2022, cabe recalcar que el FMI entregó al país la mayor parte de los mismos entre agosto y octubre del año pasado, constituyéndose como el principal financista externo con $ 1.751 millones. Paralelamente, entre enero y abril de este año, los desembolsos han sido principalmente del Banco Mundial, con $ 731 millones (Gráfico 1). 

Gráfico 1

Desembolsos de los principales organismos internacionales 2021-2022 (enero-abril)

Esto es parte del acuerdo crediticio por $ 6.500 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) negociado por el Gobierno de Lenín Moreno en 2020, el cual concluye en diciembre de este año, donde se desembolsará los $ 700 millones restantes. Por el lado de las amortizaciones de la deuda, es decir, aquellos montos que sirven de pago parcial o total de una deuda, se puede destacar al Banco interamericano de Desarrollo (BID) y al Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) como los organismos que mayor servicio de deuda recibieron tanto en 2021 como en 2022 (Gráfico 2).

Gráfico 2

Amortizaciones a los principales organismos internacionales (2021-2022)

El ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena, manifestó que el presupuesto del país es deficitario, es decir, mantiene un mayor nivel de gastos que de ingresos; los resultados muestran que el balance financiero del sector público no financiero (SPNF) requirió un financiamiento neto de $ 1.835 millones para 2021 (Gráfico 3), siendo el menor valor absoluto registrado desde 2017

Esto ha estado en concordancia con las propuestas del presidente Lasso, quien ha señalado su intención de bajar el peso de la deuda externa en el presupuesto estatal como parte del objetivo de obtener un equilibrio fiscal. Bajo este contexto, el Ministerio de Finanzas presentó una Proforma de $ 31.503 millones para 2023, en donde se prevé que los gastos superarán a los ingresos en alrededor de $ 2.630 millones, representando un déficit fiscal de 2,1%.

Cabe recalcar que el resultado bajo la línea del SPNF consiste en cuantificar el financiamiento externo neto y el financiamiento interno en el caso de que el Resultado Global sea deficitario y la utilización de los recursos en caso de que el resultado sea superavitario; por lo que una acumulación de valores negativos a lo largo de los años incrementa el stock total de deuda.

Gráfico 3

Resultados del Sector Público No Financiero (2017-2021)

ENCONTRAR FINANCIAMIENTO ES OBLIGATORIO

Debido a esto, el país se ve obligado a recurrir a financiamiento externo. Así, el Ecuador seguirá trabajando con organismos multilaterales para acceder a nuevos compromisos que puedan inyectar recursos a la economía. Según las proyecciones del fondo, las necesidades de financiamiento del país para 2023 alcanzan los $ 4.249 millones, sin embargo, la proforma presentada recientemente evidencia que las necesidades de financiamiento ascienden a $ 7.577 millones tomando en cuenta las entidades del sector público y de la seguridad social.

Ecuador tiene actualmente una cuota o cupo de crédito por únicamente $ 1.751 millones con los organismos multilaterales para 2023, no obstante, el Ministerio de Finanzas se muestra optimista y prevé que dichos organismos desembolsen $ 2.569 millones, al no descartar nuevos acuerdos con el FMI. 

Adicionalmente, la proforma prevé ingresos por $ 2.083 millones por concepto de monetización de activos y recaudación de otros ítems, tales como la venta del Banco del Pacífico, cuya operación fallida deja hueco de $ 200 millones, y la renovación del contrato con la empresa de Oleoductos de Crudos Pesados (OCP). 

Además, no se descarta el mecanismo de financiamiento atado a preventas petroleras con China,  siendo la renegociación de estos contratos un aspecto positivo que le permitirá contar al fisco con más recursos por la venta del crudo a mejores precios en los mercados internacionales. 

UN ALTO RIESGO PAÍS Y LA SUBIDA EN LAS TASAS DE INTERÉS COMPLICAN EL PANORAMA DE FINANCIAMIENTO

Una de las alternativas al financiamiento a través de organismos multilaterales es la colocación de bonos en el mercado externo; no obstante, las condiciones actuales del país no ponen a esta alternativa como la mejor para la sostenibilidad de la deuda. La incertidumbre sobre el precio del petróleo y las condiciones internas del país bajan la confianza en el Ecuador, por lo que el riesgo país se mantiene sobre los 1.440 puntos.

Este índice mide la probabilidad de que un país caiga en moratoria de su deuda externa, es decir, mientras más alto es el puntaje, el riesgo es mayor; por lo tanto, los inversores y compradores de bonos exigirán una tasa de interés más alta para arriesgar su capital.

Así, al Gobierno le resultará más costoso buscar préstamos en el mercado internacional de capitales, con tasas de interés de alrededor del 18% anual, en contraste con los préstamos otorgados por multilaterales como el FMI, que bordean únicamente el 2,9% de interés anual.

Debido a esto, el Ministerio de Finanzas descartó emitir bonos de la deuda externa en 2022; sin embargo, sí es una opción que se considera para 2023, si es que el país no cuenta para entonces con acuerdos con el FMI o algún otro organismo multilateral.

Adicionalmente, otro factor externo que juega en contra es la posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) continúe subiendo las tasas de interés. De acuerdo con Primicias, esto influye en la economía del país debido a que una mayor tasa de interés supone una mayor atracción a los inversionistas, por lo que el gobierno de Ecuador tendrá que pagar un interés más alto si quiere captar esos capitales a través de bonos de deuda externa u obtener préstamos con bancos de inversión internacionales.

El informe publicado por el BID en abril de 2022 ya advirtió que dichos países en los que el saldo en la cuenta corriente se estaba deteriorando se verían forzados a buscar financiamiento externo adicional en condiciones adversas. Esto debido a que los bancos centrales de las economías desarrolladas, como Estados Unidos y la Unión Europea, mantendrán un incremento en sus tasas de interés y continuarán absorbiendo liquidez hasta mitigar los efectos de la inflación interna producidos por la gran emisión monetaria a través de estímulos en sus economías en los años anteriores.

Esto se suma a los efectos negativos provocados por la guerra entre Rusia y Ucrania, la cual también afectó las necesidades de financiamiento externo de las economías latinoamericanas, volviéndose, en muchos casos, más costosas y urgentes. Dado este contexto, la mayoría de los países de la región ha tenido que enfrentar mayores necesidades de financiamiento externo, las cuales consisten en el déficit de cuenta corriente (CC) de cada economía más los pagos (amortizaciones) de su deuda externa, lo que incrementa la deuda pública en una magnitud directamente proporcional a la necesidad de financiamiento.

Es decir, mientras las tasas de interés mundiales sigan subiendo y los precios de las materias primas se mantengan altos, es crucial que las economías en América Latina y el Caribe utilicen sus opciones de financiamiento de manera inteligente, y maximicen sus capacidades de negociación de la deuda con el fin de afrontar un contexto externo negativo que será transitorio.

En el Ecuador, a pesar de que la política fiscal mantuvo un carácter menos expansivo que el resto de países de la región, la economía se mantuvo en desaceleración en los años anteriores, lo cual provocó la subida de las necesidades de financiamiento, lo que ocasiona que la deuda pública se mantenga con una tendencia al alza hasta 2021. Se puede observar cómo llegó a representar el 68,78% del PIB en dicho año (Gráfico 3).

Gráfico 4

Peso de la deuda como porcentaje del PIB (2001-2022)

No obstante, no solo se debe tomar en cuenta el monto de la deuda sino la manera en que deberíamos pensar acerca del manejo futuro de la misma y su financiamiento. 

Si bien conseguir financiamiento es absolutamente necesario para el funcionamiento del país, la forma en la que se constituyen los acuerdos (plazos, tasas de interés, activos ligados, etc.) es crucial para la sostenibilidad de la deuda. Esto con el fin de que en un futuro la economía no se vea asfixiada por el pago de sus obligaciones, y se pueda destinar los recursos estatales a impulsar la actividad económica del país, invirtiendo en infraestructura y servicios que mejoren la capacidad productiva. 

(*) Analista económico Revista Gestión.

 

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Last modified on 2022-12-12

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