Si bien el gasto militar de Ecuador es menor en comparación a Perú y Colombia, aún tiene un peso importante sobre el Producto Interno Bruto (PIB) y aún más sobre el Presupuesto General del Estado. El gasto en milicia para 2018 superó los $ 2,5 miles de millones, empleando a alrededor de 41.000 oficiales de manera directa. Por cada 409 habitantes se contabiliza un efectivo de las Fuerzas Armadas. Desde 2006 se ha incrementado el gasto militar de manera importante, sobre todo en la adquisición de helicópteros y aviones, mas no en el aumento del gasto corriente. Para el 2020 se planea destinar alrededor de 4% del Presupuesto del Estado a la defensa nacional, ¿pero se justifican estas cifras?
El gasto militar, también conocido como presupuesto de defensa, son todos aquellos fondos estatales que se destinan al mantenimiento o incremento de las Fuerzas Armadas de la nación. Especialistas en la materia explican que los presupuestos son un reflejo de las potenciales amenazas o agresiones que los países pueden percibir. Dentro del gasto militar no se toma en cuenta los fondos destinados a las fuerzas del orden interno, como policías nacionales, municipales o agentes de tránsito; las partidas contables del presupuesto militar son todas aquellas que tienen como finalidad salvaguardar el orden del Estado frente a externalidades.
Teniendo esto claro, dentro de este rubro están los salarios de los militares, la seguridad social, las asistencias a seguros de accidentes, la adquisición de suministros – desde armas hasta ropa-, inversiones en cuarteles e infraestructura para el desarrollo de nuevo personal y gastos operativos como la alimentación dentro de los destacamentos.
En el gasto militar se suman además los valores adeudados en temas de protección de tierra, mar y aire; milicia, marina y aviación. De acuerdo con cifras oficiales del Banco Mundial (BM), el presupuesto militar en el mundo ascendió hasta los $ 1,78 billones en 2018, cuando en 1980 esta cifra se posicionaba sobre los $ 317.000 millones.
ECUADOR MANTIENE UN GASTO MILITAR BAJO, PERO ES EL QUE MÁS CRECE
Si comparamos con los países vecinos, Ecuador tiene el tercer y último gasto militar más importante en la región andina. Para 2018, el BM registró que Colombia empleó más dinero en este rubro, con $ 10.602 millones, mientras que Ecuador alcanzó los $ 2.549 millones; en segundo lugar, se encuentra Perú, con $ 2.708 millones (Gráfico 1). Si comparamos en términos relativos, Colombia supera en 3,15 veces al gasto efectuado por Ecuador y 2,91 veces al ejecutado por Perú. Desde el año 2000, el gasto militar ecuatoriano ha crecido a un ritmo anual del 13,3%, siendo el más alto de la región; bajo la misma primicia, el gasto de la milicia colombiana crece a un 7,27% anual y la peruana en 6,15% anual.
Gráfico 1
Gasto militar de Colombia, Ecuador y Perú
La situación de Colombia se explica por su historial de enfrentamiento a la narco guerrilla, ya que por situaciones de seguridad nacional se ve obligada a invertir más en recursos como artillería y personal para mantener el orden. A nivel mundial, Colombia ocupa el puesto 24 de los países con mayor inversión militar y el segundo en América del Sur – por detrás de Brasil-.
En cuanto a Ecuador, se puede destacar que el crecimiento en gasto militar surge a partir del 2006, cuando el BM registró un monto total de $ 950 millones; para 2007 aumentó en 38%, para 2008 y 2009 en 26% y 18%, respectivamente. El achicamiento más importante en el presupuesto de defensa ecuatoriano data de 2015, año en el que casi todos los organismos estatales se vieron afectados por la merma presupuestaria debido a la reducción de los precios del petróleo.
Si analizamos el presupuesto militar como parte del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, el gasto global significaría alrededor de 2,14% para 2018. Colombia supera el promedio internacional, pues el gasto militar que efectuó en 2018 sobre la producción total representa el 3,17%. Ecuador también se encuentra ligeramente sobre la media global, con 2,37%; por otra parte, Perú está casi un punto por debajo, con un gasto militar como parte del PIB de 1,18% (Gráfico 2). En 2009, los montos cancelados por la milicia ecuatoriana alcanzaron 3,11% del PIB, siendo el año con mayor gasto militar efectuado en toda la historia de la Republica; desde entonces y hasta entonces no se ha registrado similar caso.
Esto se explica, en parte, porque en 2008 ocurrió el bombardeo de Angostura, un ataque de la Fuerza Aérea Colombiana en la provincia ecuatoriana de Sucumbíos que provocó la muerte de 22 guerrilleros, incluyendo el segundo comandante en rango de las FARC, Édgar Devia, alias Raúl Reyes. A partir de este impasse diplomático, Ecuador reforzó su gasto militar, lo que se evidencia en las partidas presupuestarias desde 2009.
Gráfico 2
Gasto militar de Colombia, Ecuador y Perú como porcentaje del PIB
HAY MENOS PERSONAL DE LAS FUERZAS ARMADAS QUE HACE UNA DÉCADA
Si bien el gasto militar en Ecuador es mayor que hace una década, no sucede lo mismo con la cantidad de individuos activos siendo parte de las Fuerzas Armadas. De hecho, en 2017 se constató la presencia de 41.000 agentes activos, cuando en 2007 fueron 58.400, mostrando una reducción de 30% (Gráfico 3). Ahora bien, el incremento en el gasto corresponde a la ampliación de la inversión frente al gasto corriente; esto se refleja en la adquisición de los helicópteros Dhruv, en los aviones Cheetah provenientes de Sudáfrica y en la repotenciación de los submarinos chilenos, entre otros; claro que no todas estas adquisiciones cumplieron el objetivo deseado, incluso acarrearon serios problemas políticos que hasta hoy no se resuelven.
Gráfico 3
Personal de las Fuerzas Armadas en Ecuador
Si es que se divide la población ecuatoriana para el número de oficiales de las Fuerzas Armadas, se puede obtener la cantidad de efectivos per cápita. En 2001 se registraron menos ciudadanos por cada miembro de las fuerzas armadas, con 215 habitantes por cada miembro de la milicia nacional. Esta cifra cambia significativamente para 2017, cuando se estima que existe un militar por cada 409 habitantes, casi el doble que hace 16 años. Estos datos denotan la breve aceleración de la población ecuatoriana y la reducción de militares. No existe una estimación exacta de cuántos militares deberían haber de acuerdo a la población; pero lo que sí se conoce es que cada vez hay menos efectivos para más ecuatorianos (Gráfico 4).
Gráfico 4
Población con relación a personal de las Fuerzas Armadas en Ecuador
4% DEL GASTO ESTATAL SE DESTINA A LA PROTECCIÓN NACIONAL
Entre las múltiples labores que tiene el Estado, como ofrecer educación y salud gratuita, legislar y garantizar el cumplimiento de las leyes, se encuentra también asegurar el bienestar de la nación. Es por eso que dentro de la Proforma del Presupuesto General del Estado (PGE) un importante rubro es el gasto militar. En 2019 se registró que el gasto corriente y de capital en materia de seguridad nacional significo el 4% del PGE. Para el 2020 se codificaron $ 1.192 millones para el Ministerio de Defensa y $ 1.192 millones para la Policía Nacional –que no consta como gasto militar-. En total, el Presupuesto del 2020 se estableció sobre los $ 35.498 millones.
Y si bien salud, educación (primaria, secundaria y bachillerato) y protección se llevan 26,62% del total presupuestado, el Ecuador aún gasta más en algunos temas militares que en rubros relacionados, por ejemplo, con la investigación de salud, una inversión que hoy en medio de la pandemia se ve necesaria (Gráfico 5).
Gráfico 5
Rubros del gasto del Gobierno Central
Según evidencian los datos, el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI) recibe aproximadamente $ 9’000.000 cada año, mientras que al rubro de “Casa Militar Presidencial” se adjudicó alrededor de $ 10’000.000.
¿No será hora de rever las prioridades nacionales? ¿Será que la crisis sanitaria nos deja lecciones para que los tomadores de política pública prioricen los gastos?
Diez países en el mundo ya no cuentan con Fuerzas Armadas; Panamá, Costa Rica, Barbados e Islandia han decidido recortar este importante rubro del gasto nacional para financiar proyectos de infraestructura pública o del incremento del aparataje estatal mediante la creación de otras instituciones que fortalezcan el turismo o el comercio; inversiones que han tenido sus resultados, pues varios de estos países son precisamente los que mejor enfrentaron la pandemia.
(*) Economista.
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Last modified on 2020-06-12