El candidato presidencial por el movimiento CREO se ha promocionado como la persona más idónea para crear trabajo. Desde el 2017 su propuesta estrella ha sido “un millón de empleos” y en esta campaña ha llegado a ofrecer hasta dos millones de nuevos empleos. Para ello propone medidas como incentivos tributarios, revisión del salario mínimo, reforma en las modalidades de contrato, reducir la tramitología, entre otras. Pero para lograrlo dependerá de las reformas que estarían en manos del Legislativo. Y aún así, bajo las condiciones económicas actuales del país y del mundo, es irreal lograrlo en apenas cuatro años.
El candidato derechista del partido CREO, Guillermo Lasso, junto a su binomio Alfredo Borrero, hasta hace pocos días se ubicaba en la segunda posición dentro de las encuestas, luego del candidato de la Revolución Ciudadana, Andrés Arauz. El rol de Lasso en estas elecciones es clave por su rotunda oposición al correísmo y al modelo económico del Socialismo del Siglo XXI. A tal punto que los opositores del Partido Social Cristiano (PSC) decidieron unirse a él para lograr un resultado favorable en estas elecciones.
Lasso ha basado su campaña en un discurso de esperanza, en su experiencia como la mejor carta de presentación para manejar al país. Así como el resto de los candidatos, también ha planteado una serie de propuestas idealistas, pero que no generan total confianza en la ciudadanía.
Guillermo Lasso es un banquero de 65 años, aunque no posee un título universitario, tiene gran experiencia en el sector financiero público y privado. Fue miembro del directorio y presidente del Banco de Guayaquil, donde desarrolló la mayor parte de su carrera privada. Fue candidato presidencial en dos ocasiones previamente. En 2017 llegó a la segunda vuelta, pero fue superado por el actual presidente Lenín Moreno con 2,3 puntos de diferencia. Durante el gobierno de Jamil Mahuad fue gobernador del Guayas y luego superministro de Economía. En el gobierno de Lucio Gutiérrez fue embajador itinerante de Ecuador.
EXPECTATIVA: AL MENOS UN MILLON DE EMPLEOS PRODUCTIVOS
Lasso ha ofrecido a los ecuatorianos al menos un millón de empleos. Aunque en los medios de comunicación ya ha aumentado la oferta a dos millones de empleos, pues ha anunciado que devolverá el trabajo al millón de personas que lo perdieron durante el gobierno de Rafael Correa y Moreno y al otro millón que lo perdieron a causa de la pandemia.
El plan de gobierno del movimiento Creando Oportunidades (CREO), junto con el PSC, está dividido en tres grandes ejes: social, económico e institucional. El eje económico tiene como frase principal: “EMPLEO, EMPLEO Y MÁS EMPLEO”. El primer subtema tiene por nombre “Empleo para todos” y allí plantea el objetivo mayor de generar al menos un millón de empleos productivos de calidad.
Para cumplir su objetivo mayor, Lasso establece una serie de acciones que llevarán a una mayor contratación laboral. Se enfoca principalmente en que el gobierno debe generar un entorno adecuado dentro de un marco regulatorio que se ajuste a las nuevas necesidades del país en un mundo globalizado, respetando los derechos laborales y brindando facilidades para el trabajador y el empleador.
Entre las acciones concretas para lograrlo, propone crear la nueva Ley de Oportunidades Laborales para incluir a los jóvenes y grupos vulnerables en el mercado laboral, así como generar incentivos a los empleadores por contratar a estos grupos. Asimismo, establece la incorporación de una regla técnica para el cálculo anual del salario básico unificado, una mejora a las modalidades de contrato estacional y la contratación por tarea; eliminar la tramitología que trunca el desarrollo productivo para reducir los costos de la formalidad, y propone entregar el seguro de desempleo con más prontitud para amortiguar las transiciones laborales del desempleo al empleo adecuado.
Tal es la confianza que el candidato tiene en su propuesta, que la utiliza como el mayor promocional de su campaña. Incluso en uno de los videos promocionales de Lasso, que aparece al ingresar a su página web (guillermolasso.ec), se muestra el país “del futuro”, donde todos los trabajadores recuperan sus empleos y muchos negocios y empresas tienen abiertas sus puertas.
Imagen 1
Pantallazo de la página web de Guillermo Lasso
REALIDAD: INCAPACIDAD PRODUCTIVA Y DETERIORO DEL MERCADO LABORAL
El mercado laboral del país no tiene las condiciones adecuadas para incentivar la inversión o absorber parte del empleo. El Ecuador es un país mínimamente competitivo respecto a sus vecinos. Entre las razones está el elevado salario básico unificado de $ 400 que -al 2021- se ubica como el tercero más alto de la región luego de Chile y Uruguay, pese a que el PIB del Ecuador está por debajo de la mitad que países como Colombia y Perú, que tienen salarios mínimos de $ 261 y $ 257, respectivamente.
Otro de los factores que merma competitividad son las crestas de las barreras arancelarias. El promedio arancelario para la importación de bienes en Ecuador es de 7,35%, mientras que en Chile y Perú se paga un arancel promedio de 0,49% y 0,71%. De igual forma, la limitación a la libre movilidad de capitales frena a los inversionistas extranjeros. Además, otro factor determinante es la dolarización, pues con ella Ecuador se vuelve un país caro, comparado con los países vecinos que disponen de moneda propia.
Por ello, el gobierno de Moreno estableció varias medidas para atraer la inversión y promover la producción. Entre ellas, la Ley Orgánica para el Fomento Productivo, Atracción de Inversiones, Generación de Empleo, y Estabilidad y Equilibrio Fiscal que incluye exoneraciones tributarias para las nuevas empresas que generen empleo en áreas productivas e industrial. Asimismo, se introdujeron nuevas modalidades contractuales para el sector bananero, turístico, agrícola, acuícola, floricultor, ganadero, pesquero y de la construcción; luego del confinamiento también se aprobó la Ley de Apoyo Humanitarios para llegar a acuerdos y modificar las condiciones de relación laboral.
Sin embargo, los resultados de estas medidas son insuficientes. Aunque Moreno tenía como uno de sus objetivos mejorar el entorno empresarial y las relaciones público-privadas, no consiguió mucho, incluso hubo un deterioro del mercado laboral con menor empleo adecuado y mayor informalidad.
Entonces, ¿qué le asegura al candidato Lasso que podrá generar al menos un millón de empleos? Tomando como referencia el número más bajo que ha propuesto (1 millón de empleos en cuatro años de gobierno), esto significa que cada año deberá generar 250.000 puesto de trabajo nuevos, es decir, 20.833 por mes y 694 cada día. No es imposible, pero está lejos de la realidad ecuatoriana.
El gobierno de la Revolución Ciudadana logró reducir el desempleo y el subempleo sustentándose en políticas de gasto público y mayor contratación de funcionarios. No obstante, los gobiernos no tienen la capacidad de mantener un gasto corriente ni de capital tan elevado cuando los ingresos fiscales son reducidos y además dependen de la volatilidad de los mercados internacionales.
Actuar de forma tan indisciplinada es lo que dio como resultado que más del 70% de los trabajadores que actualmente se encuentran en la informalidad provengan de instituciones públicas de donde fueron cesados, según la Encuesta de Comerciantes Informales del Grupo FARO.
En Ecuador, nueve de cada 10 empleos son generados por el sector privado, por lo que Lasso afirma que se enfocará en estimular a la empresa. Su propuesta es de un millón de empleos, pero el mercado laboral requiere más. A septiembre de 2020, en la última Enemdu publicada, había 522.620 personas en el desempleo, 1’840.425 de trabajadores subempleados, 2’070.291 personas con otro empleo no pleno y 847.702 personas con empleo no remunerado. Es decir, 5’281.038 trabajadores requieren de un empleo formal en mejores condiciones o, al menos, tener empleo.
Gráfico 1
Estructura del mercado laboral en tasas porcentuales
Generar la cantidad de trabajo que requiere el país es imposible en cuatro años, crear un millón de empleos en ese mismo tiempo sigue siendo un horizonte lejano. Las condiciones actuales son críticas, por lo que aún si el gobierno establece medidas atractivas para la inversión, tomará tiempo que los inversionistas decidan traer capitales a Ecuador, al igual que empresarios ecuatorianos decidan invertir más en el país. Primero se tendrán que asegurarse de las condiciones macroeconómicas y la seguridad jurídica que pueda ofrecerles el gobierno.
Además, para que el candidato pueda cumplir parte de sus propuestas deberá realizar algunas reformas a normativas como el Código del Trabajo e incluso a la Constitución, pues por el momento es inconstitucional la contratación por horas, la reducción del salario básico unificado, entre otras medidas propuestas. Y ello podría hacerlo únicamente si tiene el suficiente apoyo político en el Legislativo, una tarea cuesta arriba para cualquier candidato que ocupe el sillón presidencial.
Por: Karen Lucero, redacción Revista GESTIÓN.
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