Hasta febrero del 2020 los negocios buscaban una ubicación privilegiada para sus espacios de comercialización, la pandemia originada por la COVID-19 cambió esa realidad. Hoy, deben apostar por nuevos mecanismos para mejorar su precisión y su atención al cliente.
En las principales metrópolis del mundo, los espacios con accesibilidad y/o alto tráfico han sido siempre codiciados y cotizados, las superficies llegaron a costar cientos de millones de dólares incluso siendo la idea, al adquirirlos, amortizar dichas inversiones en el mediano plazo. Se usaba mucho la palabra location haciendo referencia a: la plusvalía de la zona, la disponibilidad potencial de talento humano en las cercanías y el poder posicionarse en el segmento apropiado de mercado.
Hoy por hoy y luego de los grandes cambios de comportamiento que trajo la pandemia, disponer de un buen local tiende a ser cada vez menos relevante ya que los clientes dejaron de acudir a los establecimientos, pues la vida se mudó al espacio digital, comportamiento que al parecer llegó para quedarse.
Quizá en el mediano plazo la relevancia de ocupar un excelente rincón se recupere, pero con importantes reparos respecto al costo fijo y el ancla financiera que esto representa. La pandemia dejó claro que mucho del trabajo puede hacerse desde espacios más familiares con la modalidad del teletrabajo, redefiniendo cómo se debe estar con el cliente en el lugar y momento precisos.
En estas circunstancias empieza a cobrar una relevancia inusitada el timing, que es cómo llegar a tiempo y al lugar en que el potencial comprador está. Es decir, la capacidad de sintonizar la necesidad y el momento adecuados como el nuevo paradigma que reemplaza al de la localización física.
La expresión timing narra la habilidad de ejecutar una labor en un lapso apropiado para que posea un buen efecto. En otras palabras, la aptitud de localizar el instante pertinente y beneficiarse de ello. Pasando a ser la precisión el tema relevante.
Las empresas trabajan entonces en nuevos mecanismos para mejorar su precisión, entre ellos se destacan:
- Delivery especializado: cada vez más micro segmentado, que incluso experimenta nuevas formas de movilidad como drones para llegar a sus clientes.
- Perfeccionamiento de canales digitales: para pedidos y satisfacción de la demanda de los clientes maximizando la operatividad de las TIC.
- Mejores y mayores tiendas virtuales: con grandes stocks, ampliando opciones de categoría, marca, tipo, clase, etc.
- Desarrollo y perfeccionamiento de plataformas de pago electrónico: que se van integrando al sistema financiero y a los canales de comercialización garantizando transacciones seguras.
Sin embargo, cabe destacar que la necesidad de un local físico no será reemplazada definitivamente, los almacenes y malls implican también un espacio de interacción social. En muchos países, entre ellos el Ecuador, aún existe una brecha tecnológica generacional importante y los niveles de bancarización no abarcan a la mayor parte de la población por lo que este cambio irá sucediendo poco a poco, habiendo sido la pandemia de la COVID 19 un hecho que agilizó el proceso.
*Ingeniero comercial, con especialización en finanzas y habilidades múltiples. Director de Management Advise and Consulting (MA&C). Docente universitario.
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Last modified on 2020-12-15