El momento que atraviesa el mundo, producto del COVID-19 y sus diferentes niveles de aislamiento, no tiene precedentes, pero también está dejando grandes enseñanzas. Desde el diseño interior hay que entender que esta es una gran oportunidad para interpretar las nuevas necesidades e implementar cambios en los esquemas y formas en la que vivimos. Hoy, la búsqueda del bienestar humano es más necesaria que nunca.
Estamos ante una etapa muy atractiva para el interiorismo y debemos ser capaces de interpretar y aprovechar los cambios que se están produciendo. Cuando comenzó la pandemia, las empresas, cada una con sus diferentes tipos de complejidad, replantearon su metodología de trabajo; ahora, lo que estamos presenciando son los escalonados niveles de regreso laboral. Pero la realidad es que ni ellos, ni sus espacios podrán volver a ser iguales a como los conocieron. Las oficinas necesitan transformarse por dentro y este cambió ya está sucediendo.
Las estrategias a corto, mediano y largo plazo deberían permitir que las organizaciones adapten su estructura desde el diseño, pensado siempre en el beneficio y la bioseguridad de cada uno de sus empleados, conforme vaya dándose su retorno laboral. Desde Interior1 hacemos las siguientes recomendaciones para garantizar el éxito ante esta nueva normalidad.
Independientemente del momento que esté viviendo la empresa, la implementación de la tecnología será un recurso fundamental para facilitar distintas formas de trabajar por medio de la interconectividad. La pandemia y el trabajo virtual aceleraron esta tendencia que ya se venía incubando. Será de gran utilidad para los espacios corporativos el uso de soluciones tecnológicas que permitan implementar protocolos de bioseguridad, facilitar el distanciamiento social y minimizar el contacto entre las personas, los equipos y la infraestructura.
A corto plazo se deberá hacer énfasis en la socialización de los protocolos de cuidado, los lugares y la forma de circulación seguros. Los diseñadores de interiores debemos ser creativos para incorporar el distanciamiento social en las dinámicas cotidianas del trabajo, a través de un diseño inteligente y sutil para que, de una manera casi silenciosa, haga sentir cómodo y seguro al usuario.
Phygital es, sin duda, un término muy utilizado en estos días y será la nueva tendencia en los espacios corporativos. Una propuesta híbrida que permita combinar la presencia física con el esquema digital en las empresas. Lo situación que hemos vivido confirmó que el esquema funciona y que además beneficia la calidad de vida de las personas.
Traer hasta donde más se pueda el exterior al interior de las oficinas será una de las grandes tendencias que se impondrán en la etapa pospandemia. Los parques urbanos en los edificios de las organizaciones, las plantas y los espacios abiertos, la ventilación y la iluminación natural y el contacto con la naturaleza producirán bienestar mental y físico a los empleados.
A corto plazo las empresas tendrán como objetivo adecuar sus oficinas para cumplir con el distanciamiento social, pero a mediano y largo plazo el objetivo será contar con espacios flexibles y que se adapten fácilmente a las necesidades del empleado durante su día de trabajo. Una empresa que cuenta con 2.000 metros cuadrados y 200 empleados en un mismo sitio, puede dar un giro y contar con tres hubs distribuidos en diferentes puntos de la ciudad, esto permitirá ofrecer servicios y experiencias diferentes dependiendo de las necesidades del día, y el empleado a su vez tendrá que hacer recorrido menor a su zona de trabajo.
Los espacios colaborativos se vienen implementando desde hace ya un tiempo, y tomarán mayor relevancia de ahora en adelante. Si una oficina anteriormente contaba con 50 puestos de trabajo, ahora para el mismo número de empleados podría modificar este esquema generando puestos móviles/itinerantes, y ofreciendo nuevas ‘amenities’, salas de reuniones creativas, sitios especiales para tareas de baja/mediana/alta concentración, lugares que promuevan el trabajo en equipo y la creatividad.
Las oficinas deberían aprovechar las sensaciones que causan el juego de la luz y la tonalidad para crear ambientes definidos. En lugares como la recepción, la cafetería y las zonas de sociales, la luz cálida genera un efecto muy especial; en los lugares de concentración y trabajos específicos, la luz blanca es la más recomendada. Para todos los casos es necesario buscar la mayor incidencia de luz natural en los espacios, como premisa primordial para mejorar la calidad de vida de los empleados y permitir ahorros energéticos.
Los diseños en las oficinas, más allá de un tema netamente decorativo, deberán enfocarse en un criterio funcional. Menos textiles, entornos más cálidos, pero más limpios en todo sentido. Las telas, la pintura y los acabados deberán tener como premisa repeler las bacterias, permitir su cuidado y limpieza de manera segura.
Debemos permitir que estos retos nos lleven a modificar los espacios de trabajo, buscando siempre mejorar la calidad de vida de los empleados, generando flexibilidad y personalización para las tareas del día a día. Se deben dotar a las oficinas de herramientas adecuadas para mantener un esquema híbrido, aprovechando los espacios corporativos para aumentar la felicidad y la productividad de los empleados.
(*) Socia fundadora y directora de Interior1.
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Last modified on 2020-08-18