La población afroecuatoriana se conforma por negros, mulatos y afrodescendientes. Con datos del último censo, se registró que representan 7,2% de la población total, es decir, 1’041.559 de personas. Como parte de las minorías étnicas, los indicadores sociales
En la resolución del 23 de diciembre de 2013, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, se proclamó al periodo 2015-2024 como el Decenio Internacional de los Afrodescendientes. Esta declaración parte como un compromiso en la lucha contra el racismo.
El objetivo principal es erradicar la exclusión y propiciar la participación de los afrodescendientes en la sociedad, con igualdad de condiciones. Es decir, asegurar la cobertura de los derechos económicos, sociales y culturales; adicionalmente de justicia y protección jurídica, por ejemplo, eliminando los controles policiales con sesgo racista y la violencia policial.
Asimismo, se debe trabajar en el ámbito educativo y laboral para evitar posibles formas de discriminación y xenofobia, para de esta manera brindar iguales oportunidades a las personas. En esta línea se pretende prestar mayor atención a los grupos con múltiples vulnerabilidades, por ejemplo, las mujeres afrodescendientes o migrantes.
Bajo este marco, se revisará una serie de indicadores sobre la situación social y económica de los afroecuatorianos.
UN VISTAZO AL PUEBLO AFROECUATORIANO
En el 2010 se registraron 14’483.499 habitantes en el país. De ellos, 7,2% (1’041.559) eran afrodescendientes. En la comunidad afroecuatoriana se reconocen las etnias afrodescendiente, negra y mulata. Con cifras a 2010, del último censo, 4,3% de la población se autodefinía como afroecuatoriana, 1,9% mulato y 1% negro.
Del total, 75% se concentra en la Costa, siendo Guayas la provincia donde reside 33% del total de la población afroecuatoriana. Le sigue Esmeraldas, con 22%. En la Sierra vive 22% del total de afrodescendientes del país, siendo Quito la que abarca la mitad (11%) de la población afro de la región (Mapa 1).
Mapa 1
Distribución de la población indígena por provincia con datos del censo 2010
LOS AFROECUATORIANOS, MÁS VULNERABLES AL CONTAGIO DEL COVID
Desde los indicadores laborales, se registra que, entre diciembre de 2018 y junio de 2019, hubo un incremento del nivel de desempleo y subempleo en la población afroecuatoriana en detrimento del nivel de empleo adecuado.
El indicador principal que mide el empleo en el sentido global es el empleo pleno, dado que considera ciertas condiciones mínimas: jornada laboral igual o superior a 40 horas por semana, ingresos iguales o mayores al salario mínimo y el beneficio de afiliación a la seguridad social.
En la Tabla 1 se registra que para diciembre de 2019 se recupera, en cierta medida, el empleo adecuado, pero no se recuperan los niveles de 2018. Asimismo, se reduce el desempleo, aunque marginalmente, pero el indicador que incrementa con el paso del tiempo es el empleo no remunerado.
Tabla 1
Evolución del mercado laboral para la población económicamente activa afroecuatoriana
Si se comparan los indicadores de diciembre 2019 con los de los mestizos, la diferencia en cuanto a bienestar laboral es notable. A diciembre de 2019, el 32,9% del total de la población afrodescendiente tenía un empleo adecuado, en contraste con un 43,7% de la población mestiza en el mismo indicador.
De la misma manera, el subempleo en la comunidad afro supera por 5 puntos porcentuales al del grupo mestizo. Y si se considera al desempleo, un 3,9% de los mestizos están en condición de desempleo, mientras que 10,3% de afroecuatorianos busca trabajo y no lo consigue.
En el contexto recesivo, aupado por la pandemia del coronavirus, se espera que los indicadores de empleo se deterioren de manera generalizada al cierre del año y principalmente en grupos vulnerables como los afroecuatorianos.
En adición, las condiciones previas del trabajo de las personas afroecuatorianas dificultan la capacidad de sobrellevar una pandemia. Primero, porque la mayor parte de la población ocupada no dispone de un empleo pleno, es decir, no tiene cobertura de la seguridad social y seguro de desempleo.
También se muestran desafíos, dado que en general la probabilidad de teletrabajar se concentra en los empleados formales. Mientras que los subempleados o empleados informales, por las condiciones de su trabajo, son quienes no pueden dejar de asistir a su trabajo y se arriesgan a un contagio de COVID en el ambiente laboral. Y el problema se agrava si consideramos que las personas con empleo no pleno no disponen de un seguro médico, público o privado.
LA PREVALENCIA DE LA POBREZA EN LA POBLACIÓN AFRODESDENDIENTE ES MAYOR
Según cálculos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en comparación con tres países de Sudamérica, en Ecuador es donde existe mayor prevalencia de pobreza por ingresos a nivel nacional y también para la población afrodescendiente (Gráfico 1).
Gráfico 1
Población que vive bajo el umbral de pobreza según etnia
En el Ecuador, el porcentaje de población afrodescendiente que vive bajo la línea de la pobreza es de 42% del total. Es decir, cuatro de cada 10 afroecuatorianos son pobres por ingresos. Es cerca del doble que en países de la región como Brasil y Perú. Y si comparamos al Ecuador con Uruguay, tendríamos cuatro veces más prevalencia de la pobreza en esta minoría étnica.
Si bien el nivel de pobreza es alto, en la coyuntura de la coronacrisis, que debilitó el mercado laboral, se espera incrementos de la pobreza y un retroceso de hasta diez años en la lucha contra este fenómeno.
Y las diferencias subyacen en otras explicaciones, principalmente en el desempleo y empleo no pleno que trasciende en la población afroecuatoriana. Pero el ingreso tiene un determinante intertemporal mucho más arraigado que se tiene que revisar: la formación y educación.
En cuanto a los índices de educación, la población afroecuatoriana se sitúa en el tercer lugar del mejor- o peor, como se mire- posicionamiento en el nivel educativo (Tabla 2).
Tabla 2
Indicadores de educación por etnia al 2018
El analfabetismo se da cuando una persona incapaz de leer, escribir y realizar una operación matemática simple. En este sentido, mientras menor sea el porcentaje de población indica un mayor nivel de bienestar. La población con mayor porcentaje de personas analfabetas mayores a 15 años es el grupo indígena (14,1%).
Pero si consideramos solo el grupo etario de 15 a 49 años, que son las personas con mayor propensión a estar dentro de la Población Económicamente Activa (PEA), el grupo en donde persiste en mayor porcentaje el analfabetismo es en el de los montubios (5,3%), seguido de los afroecuatorianos con un 3,7%.
En términos de la escolaridad, en promedio los afroecuatorianos para 2018 estudiaron 8,7 años, lo que se traduce en un alcance de los últimos años de educación básica. Y es importante comparar con los mestizos, que reportan un año más en promedio de estudios. Y si comparamos con los blancos, registran cerca de dos años más de preparación académica.
Es notorio que la educación es uno de los pilares en que se debe trabajar para mejorar el acceso al mercado laboral; sin embargo, el trabajo debe hacerse de tal forma que se mitiguen estructuras racistas en instituciones educativas que limitan el ingreso de personas por su etnia.
Si bien las dificultades de los afroecuatorianos persisten y tiene cifras alarmantes, el Ecuador -en su compromiso de propiciar la inclusión- ha diseñado el Plan Plurinacional para Eliminar la Discriminación Racial y la Exclusión Étnica y Cultural, en aras de proteger a las múltiples nacionalidades del país. Y una importante estrategia para eliminar la discriminación es el conocimiento de la importancia que han tenido los pueblos afroecuatorianos en la historia del país y principalmente en ciertas áreas en donde se han concentrado en mayor magnitud.
Por: Karen Lucero, Revista GESTIÓN.
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Last modified on 2020-12-13