Los resultados de la primera vuelta evidencian un fuerte regionalismo, con Andrés Arauz ganando en la Costa y Yaku Pérez en la Amazonia y en el centro sur de la Sierra. Guillermo Lasso logró su puesto en la segunda vuelta ganando únicamente en Pichincha y Galápagos. Es evidente que existe una relación entre el nivel socioeconómico de la población y los candidatos de su preferencia, pero también es claro que ninguno de los dos candidatos que será el próximo presidente del país representa el pensamiento de, al menos, la mitad de los electores.
El pasado 7 de febrero de 2021 fueron las elecciones presidenciales de primera vuelta. El resultado inicial fue sorpresivo en varios sentidos, pues Guillermo Lasso se enfrentó voto a voto con el candidato de Pachakutik, Yaku Pérez, para el pase a la segunda vuelta. Finalmente, y con el escrutinio cerrado, así quedaron los porcentajes: 32,72% para Andrés Arauz, 19,74% para Lasso, 19,39% para Pérez y 15,68% para Xavier Hervas.
Los acuerdos a los que habían llegado los candidatos que luchaban por un puesto en la segunda vuelta quedaron en nada. Tras la proclamación de resultados, los sujetos políticos podrán interponer los recursos que consideren pertinentes.
Pero ¿cómo votó el ecuatoriano? Aquí hacemos un análisis.
EL VOTO SE RELACIONÓ CON EL NIVEL SOCIOECONÓMICO DE LA POBLACIÓN
¿Por qué hubo una brecha tan amplia entre los resultados finales versus los datos de las encuestas? Primero, porque el nivel de electores indecisos llegaba hasta el 60%. Esos votos estaban influenciados por factores como el entorno social y familiar, las expectativas económicas y la confianza que les brindara el candidato votado. Muchos eligieron el momento mismo de enfrentarse a la papeleta.
Además, se esperaba que los votos estén divididos únicamente entre correístas y anticorreístas, por lo que se apuntó a una campaña del “voto útil”, considerando que el voto duro del correísmo llegaría a un máximo de 30 puntos. La realidad evidenció que el tal voto útil, que en teoría iba a favorecer a Lasso, no se dio, y los votos se dispersaron entre el candidato de CREO, Pérez y Hervas, llenando de sorpresas las elecciones.
Los analistas sostienen que estos resultados demuestran que gran parte de los ecuatorianos no cayó en la campaña del “voto útil” y uno de los factores clave que incidió en ello es el nivel socioeconómico, que puede ser visible de manera geoespacial.
Arauz, con su propuesta apegada al modelo del Socialismo del Siglo XXI, tuvo una rotunda mayoría frente al resto de candidatos. Ganó en ocho de las 24 provincias, concentrándose principalmente en la Costa: El Oro, Esmeraldas, Guayas, Manabí, Los Ríos, Santo Domingo de los Tsáchilas, Santa Elena e Imbabura (única provincia de la Sierra) (Gráfico 1).
Mientras que Pérez logró mayoría en más de la mitad del territorio ecuatoriano. El candidato de Pachakutik superó al resto de candidatos en 13 de las veinticuatro provincias, con un apoyo que superaba el 40% en la mayoría de los casos, concentrado sobre todo en la región amazónica y en el centro sur de la Sierra.
De su lado, Guillermo Lasso apenas ganó en dos provincias: Pichincha y Galápagos, con un apoyo débil, y solo en esas dos provincias alcanza un porcentaje superior al 20%. El candidato sorpresa, Xavier Hervas, ganó en Carchi, con el 28,2%, y en otras seis provincias tuvo una buena aprobación, que superó el 20%.
Gráfico 1
Resultados de elecciones por provincia
Pero ¿a quiénes convenció cada candidato? Tal parece que hay una relación no solo regional, sino también por el nivel socioeconómico de la población.
Los electores de la Costa se mantuvieron fieles al correísmo. Esta región del país tiene las tasas de pobreza más elevadas. En todas, la tasa de pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) es superior al 30% (Gráfico 2), siendo las más pobres: Los Ríos (56,8%), Esmeraldas (56,3%) y Manabí (54,1%). Estas provincias son las mismas que más apoyaron al candidato correísta (Gráfico 2).
En el caso de Lasso, su propuesta de libre mercado fue más atractiva en la provincia más próspera: Pichincha, que tiene la tasa más baja de pobreza por NBI, de 16,4%. En el caso de Galápagos no hay datos comparables de pobreza por NBI; sin embargo, la pobreza por percepción en 2009 alcanzó 34%, por lo que estaría en la media, siendo un caso excepcional respecto al voto.
De su lado, Yaku tiene una particularidad por el acercamiento que ha mantenido en los territorios, así como por su lucha ambientalista. Gracias a eso, a su relación con el movimiento indígena y a su propuesta de izquierda enfocada en los sectores sociales, acaparó los votos de la Amazonía, donde la pobreza por NBI también tiene de las tasas más altas del país (54,2%). Además, ha llegado a distintas provincias de la Sierra donde la pobreza está entre el 20% y el 45%. Un elemento distintivo es que en estas provincias se concentran muchas comunidades indígenas, así como la dependencia de la agricultura como actividad económica.
Gráfico 2
Pobreza por NBI por provincias del país al 2014
EL VOTO DE QUITO DIVIDIDO POR CLASES SOCIALES
En la capital del país también hay un patrón. El centro-norte de Quito tuvo una rotunda preferencia por Lasso, alcanzando 39,62%, seguido por Hervas, y muy por debajo Arauz. Contrario a los resultados del centro-norte, en la circunscripción centro-sur ganó la Izquierda Democrática, con 26,59%, pero Arauz también tuvo una gran aceptación, con 23,71%. Mientras que en el Quito rural los resultados fueron muy parejos entre Lasso, Arauz y Hervas, ganando Lasso con una pequeña diferencia.
Gráfico 3
Resultados de elecciones presidenciales 2021 en Quito por circunscripción
En Quito, son marcados los sectores en los que habitan los ciudadanos de mayor nivel socioeconómico. El Gráfico 4, tomado del estudio Un índice difuso de niveles socioeconómicos en Quito, muestra el mapa de la distribución geográfica de las clases sociales en la ciudad, estando en rojo las zonas de más pobreza y en azul las zonas más ricas.
Se observa que el área geográfica de clase media alta y alta se concentra en el centro-norte, en sectores como: Ponciano Alto, La Carolina, Bellavista, Rumipamba, Monteserrín, entre otros; y en el Quito rural, especialmente en Cumbayá.
Mientras que la circunscripción centro-sur es donde hay zonas de más pobreza e indigencia. Entre los sectores más pobres están: San Juan de Calderón, Colinas del Sur, La Libertad, Guamaní, San Blas II y, al norte, Comité del Pueblo, Atucucho, entre otros.
Estos resultados evidencian que hubo una relación directa entre el nivel socioeconómico y el candidato elegido. En términos amplios, en las zonas con mayor pobreza, la preferencia fue por el candidato de la Revolución Ciudadana u otras opciones de ideología de izquierda, mientras que en las zonas más ricas la preferencia es clara por el candidato conservador de derecha.
Gráfico 4
Índice difuso de niveles socioeconómicos en Quito 2010
Fuente: Un índice difuso de niveles socioeconómicos en Quito, Salvador M.; Larrea C.; Belmont P.; Baroja C., Escuela Politécnica Nacional, Facultad de Ciencias Administrativas.
EL CANDIDATO IDÓNEO NO ES DE EXTREMA IZQUIERDA NI DE DERECHA
Más allá del nivel socioeconómico, están las preferencias por un ideal de Gobierno más que por ideología, pues en el país más del 60% de la población no está apegada a ninguna ideología política.
Alrededor de 45% del patrón electoral son jóvenes de entre 16 y 35 años, un grupo determinante en las elecciones. En la II Encuesta Nacional de Jóvenes y la Participación Política (ENJPP-2019) se identificó que los jóvenes ecuatorianos se apegan a las ideas progresistas. El Gráfico 5 indica las posiciones económicas de los jóvenes, donde se muestra que el común denominador es la preferencia por la intervención del Estado, la tributación progresiva donde los ricos pagan más, la necesidad de libre competencia entre empresas, los derechos de los trabajadores, y se oponen, casi por completo, a la minería y al daño ambiental.
Gráfico 5
Posiciones políticas de los jóvenes
Esto deja una conclusión más. Los candidatos de los polos, Arauz y Lasso, no representarían al pensamiento de al menos la mitad de los electores.
El sistema democrático del Ecuador tiene el fin de que los electores decidan por el candidato de su preferencia, pero en estas elecciones, el voto de los ciudadanos se ha visto condicionado por el correísmo vs el anticorreísmo.
Para la segunda vuelta, Arauz buscará ampliar su base de votantes y demostrar que es el candidato de quienes votaron por Yaku y Hervas. Para lograrlo, su discurso tendrá que desmarcarse de la imagen de Rafael Correa, tratando de demostrar que tiene un pensamiento propio y que él será el que gobierne y no el exmandatario.
Sin embargo, se enfrenta a una paradoja de la que le va a ser difícil salir. Y es que al momento está donde está gracias a Correa. Además, se debe considerar que el correísmo en esta primera vuelta logró la peor votación de su historia, lo que quiere decir que su voto fiel ha disminuido sustancialmente. Pero habrá que ver cómo se desarrolla la campaña, porque no es lo mismo hacer política desde la redes que en la calle.
Respecto a Lasso, es evidente que su candidatura llega deslegitimada y débil y con tres claras desventajas: la primera, tener una votación relativamente baja; la segunda, que no se ha logrado despejar la idea del fraude, y la tercera, que su campaña va a empezar después, pero además con la urgencia de reinventarse para cambiar los resultados.
Lasso tiene que conectar con la gente que voto por Xavier Hervas y Pérez. En Ecuador, el endoso no existe como tal, no es programático, es decir, si alguien vota en la primera vuelta por la izquierda, tranquilamente podrá votar después por la derecha o viceversa, como lo analizamos previamente. Entonces, lo interesante será ver el discurso que manejará Lasso para conectar con los temas de género, ambientales, los derechos de las minorías… todos esos temas que no eran tan determinantes en el plano electoral, pero que hoy sí juegan un papel importante.
(*) Por Karen Lucero y Ángela Meléndez.
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Last modified on 2021-02-24