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Autor: Revista Gestión *

La muerte cruzada sacudió al Ecuador el 17 de mayo pasado, generando miedo y varias especulaciones. No obstante, aunque han pasado dos semanas, no se tiene señales de grandes cambios en materia económica, desmintiendo el mito popular sobre la relación directa entre el riesgo país y la inestabilidad política. El exgerente general del Banco Central Mateo Villalba explica el escenario real, así como la posible tendencia política que va a tomar el país en las urnas. 

LA MUERTE CRUZADA 

El 17 de mayo de 2023, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, tomó una decisión sin precedentes al disolver la Asamblea Nacional y convocar a elecciones anticipadas. Esta medida, conocida como “muerte cruzada”, nunca antes había sido implementada en el país y está contemplada en la Constitución de 2008. Esto significa que el presidente tiene la autoridad para gobernar mediante decretos-leyes de urgencia durante un período de 90 días en el que se llevan a cabo las elecciones presidenciales y legislativas.

No es un hecho aislado, se trata de una clara consecuencia a partir de una serie de procesos que convergen en un escenario político inestable. Por ese motivo, es aún temprano para definir las consecuencias en materia económica que podría traer la denominada muerte cruzada. Sin embargo, muchos ya han asegurado el impacto de la misma y de las condiciones políticas previas en un indicador de suma relevancia: el riesgo país (EMBI).

LA VERDAD SOBRE EL RIESGO PAÍS

El riesgo país se refiere a un indicador que evalúa las posibilidades de cumplimiento de la deuda externa de un país. Este cálculo fue creado por la firma internacional JP Morgan Chase y se realiza utilizando el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes-EMBI, el cual compara las tasas de interés de bonos emitidos por países subdesarrollados en dólares con las tasas de interés de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, considerados de bajo riesgo

Los bonos son documentos financieros emitidos por gobiernos con el objetivo de atraer inversionistas que estén dispuestos a prestarles recursos. En virtud de esta transacción, el emisor del bono se compromete a devolver al inversionista los fondos prestados en una fecha de vencimiento establecida, además de pagarles un interés acordado. Por lo tanto, cuando el precio de los bonos cae en el exterior, el EMBI se dispara.

Cuando el valor del riesgo país es alto, las tasas de interés para adquirir deuda aumentan, lo que puede tener un impacto negativo en las inversiones extranjeras y en las nuevas transacciones de crédito tanto para empresas públicas como privadas. Por otro lado, si el índice es bajo, puede atraer a los inversores y contribuir al desarrollo de los países.

Después de su pico más alto en medio de la crisis sanitaria, el EMBI en Ecuador tuvo un respiro durante el 2021, pese a no llegar a los niveles pre pandemia. No obstante, desde mediados de 2022, presenta un incremento gradual y preocupante, alcanzando su punto más alto en 2023 en el mes de abril (Gráfico 1). Esto significa que el riesgo de que Ecuador no logre pagar los vencimientos cuando corresponde de sus obligaciones como deuda externa o bonos ha aumentado.

 

Gráfico 1

Evolución histórica del riesgo país

Si bien las alzas en la trayectoria del riesgo país ecuatoriano coinciden con eventos como el paro nacional de junio 2022, el inicio del juicio político al presidente Lasso e incluso con la muerte cruzada, no es posible asegurar la relación de causalidad que mencionan muchos medios de comunicación. 

Para empezar, según el Observatorio Económico y Social de Tungurahua (OBEST), los países de América Latina con los índices de riesgo país más elevados son Venezuela, Argentina, Ecuador, El Salvador y Costa Rica. En contraste, los países con los índices de riesgo país más bajos fueron Chile, Uruguay y Perú.  

En efecto, a nivel histórico el EMBI en Perú siempre se encuentra por debajo de los 300 puntos, registrando incluso algunos valores de apenas 100 puntos. Sin embargo, ¿es Perú un país con estabilidad política? En realidad no, para nada. En el periodo comprendido entre 2021 y 2022, Pedro Castillo ocupó la presidencia, pero fue destituido por el Congreso, enfrentó cargos legales y fue encarcelado por un autogolpe de Estado. Como resultado, su vicepresidenta asumió el cargo, convirtiéndose en la sexta persona en ocupar la presidencia en los últimos seis años, es decir, desde el 2016 ningún presidente peruano ha logrado completar su período de mandato.

Son los factores económicos materiales, como el precio del petróleo, los que tienen efecto sobre el riesgo país. Ecuador es un país que depende en gran medida de los ingresos generados por la exportación de crudo, por lo que cuando los precios del petróleo caen, los ingresos por exportaciones disminuyen considerablemente. Esto afecta negativamente las finanzas del Gobierno ya que se reducen los ingresos fiscales, lo cual puede llevar a un déficit presupuestario, dificultando el financiamiento de programas gubernamentales, inversiones, servicios públicos, etc.

Precisamente, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estudió la crisis de la caída de los precios del petróleo durante la pandemia de covid-19, registrando un impacto significativo en los países de la América Latina y el Caribe que poseen abundantes recursos naturales no renovables, ya que afecta de manera drástica los flujos de ingresos y las inversiones. 

Durante la pandemia, el precio del crudo llego a caer hasta en un 70% durante el mes de abril 2020, coincidiendo con el valor exorbitante del riesgo país ecuatoriano en esa misma fecha. Dado que hubo una disminución en la demanda como consecuencia de la paralización del sector del transporte, por las medidas de confinamiento obligatorias, distanciamiento social y restricciones de movilidad. Además, desde inicios del 2023, el precio del crudo ha disminuido de manera constante, presentando uno de sus valores más bajos a finales de marzo (USD66 aproximadamente) (Gráfico 2). 

Gráfico 2

Evolución histórica del precio por barril de petróleo en WTI

LA ECONOMÍA SE CENTRA EN RESOLVER EQUILIBRIOS 

En entrevista con Revista Gestión, el exgerente del Banco Central del Ecuador (BCE) Mateo Villalba explica que la muerte cruzada tal vez fue la única salida del presidente actual, pero son los acontecimientos previos los cuales han perjudicado al país.

“El principal costo de intercambio en la economía es entre los objetivos de desarrollo de largo plazo, como la inversión social, y la necesidad de ajuste fiscal. Por un lado, el Gobierno de Correa fue ambicioso en su plan de gobierno, y terminó generando un nivel de endeudamiento sumamente alto desde el año 2016, acumulando déficit global y primario; por lo tanto, nunca iba a poder acumular los excedentes necesarios para pagar la deuda”, explica Villalba.   

En otras palabras, la administración de la deuda por parte del expresidente Rafael Correa fue indeseable, pese a los altos niveles de inversión en educación y salud que se realizaron bajo su mandato. Villalba, quien es actualmente profesor en la Pontifica Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), expresa que después de la administración de Correa eran necesarios varios ajustes. 

Desde su posesión a finales de mayo del 2021, Lasso lideró con éxito el Plan de Vacunación para hacer frente a la crisis sanitaria. La popularidad del gobierno al resolver un problema logístico, la dotación de vacunas, aumentó; es decir, el inicio del mandato fue viento en popa, pero posterior a esto, el escenario se tronó gris.

“Se debía tomar correctivos evaluando la situación. Pero ¿fue esa la respuesta del señor Moreno o Lasso? No. Su respuesta fue hacer todo lo contrario del gobierno anterior, disminuyendo al Estado a la mínima expresión, con una reducción a raja tabla en términos de educación, destruyendo las capacidades del Estado en el sector seguridad, por lo que el crimen organizado tomo el control y empieza a crecer el narcotráfico, dando como consecuencia un aumento de la criminalidad y violencia”, asegura Villalba. 

Precisamente, en su último Informe a la Nación, Lasso hizo una evaluación de sus dos años de gobierno basada en las cifras macroeconómicas y los indicadores que demuestran un manejo “exitoso” de la economía. En sus palabras, han logrado un progreso significativo dado que entre los logros destacados se encuentra la reducción del déficit fiscal de USD 7.500 millones a menos de USD 2.000 millones, lo que equivale a una disminución de 6 puntos porcentuales del PIB. 

 “En Ecuador, la política es caníbal, no entiende de equilibrios delicados. Es un ajuste sesgado, donde se optó por recuperar la sostenibilidad macro y fiscal a cualquier costo, literalmente a cualquier costo. Se tratan entonces de soluciones de esquina que no representan equilibrios óptimos en la economía, reduciendo el bienestar”, dice Villalba. 

LA TRAMPA ÉLITE-POPULISMO

En suma, el país vive constantemente en uno u otro de los extremos de una misma balanza, donde, o bien y se ofrecen objetivos que el Gobierno no tiene la capacidad cumplir debido a restricciones económicas en el campo fiscal y monetario, generando inestabilidad macroeconómica, o se abandona el pilar social.

“Se trata del ciclo élite-populismo que vive toda Latinoamérica. Después de un gobierno populista, se abre el espacio para las políticas pro-élite para corregir los desequilibrios. Pero cuando esto sucede, genera un descontento social, que es lo que vivimos ahora. Lo lógico sería buscar un equilibrio donde se invierta en educación, empleo, salud, recuperar el sector seguridad, sin abusar de las restricciones”, afirma Villalba.

Actualmente, el contexto político ecuatoriano es incierto, podría traer enfriamiento en las inversiones y tal vez una contracción en el crecimiento económico debido a las expectativas, mismas que no serán calmadas hasta que el nuevo Gobierno se asiente. Desde su perspectiva, Villalba explica dos opciones de gobierno. 

“Para empezar, un discurso político populista radical, que no considera la estabilidad macroeconómica, ni siquiera la mira, siendo un discurso peligroso. O la ultra derecha, una mala copia de Bukele, dispuesto a violar la Constitución, así como los derechos humanos. En el corto plazo, el gobierno de Lasso dará popularidad a estas dos corrientes debido a la desesperación de los ciudadanos ecuatorianos. La desesperación no deja tener soluciones conciliadoras, sino que tiende a tomar extremos, pero a largo plazo cualquier cara de la moneda es insostenible”.

 (*) Elaborado por Camila Marcayata, analista económica Revista Gestión.

 

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Last modified on 2023-06-01

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