La seguridad social de Ecuador enfrenta un escenario cada vez más complejo. Desde hace siete años las jubilaciones aumentan en mayor proporción que las afiliaciones. Solo del IESS, en 2019 hubo 404.832 jubilados y cerca de 3,1 millones de afiliados, con una la tasa de variación en promedio de 6% y 2%, respectivamente. El coronavirus ha complicado aún más esta situación al evidenciar los problemas de liquidez en el BIESS.
El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) percibe tres ingresos distintos entre el Estado, los aportes que realizan los afiliados y los rendimientos de las inversiones del BIESS. Para que un sistema de seguridad social sea sostenible es necesario que haya más aportantes que pensionistas ya que los aportantes debieran cubrir dichos desembolsos de los jubilados.
Sin embargo, el IESS ha presentado problemas de sostenibilidad en los últimos siete años. Como se observa en el Gráfico 1, a partir de 2012, la tasa de variación de los pensionistas supera a la de los afiliados, con una brecha promedio de cinco puntos porcentuales. Según los reportes del IESS, de 2007 a 2019 los afiliados -del IESS, ISSFA e ISSPOL- aumentaron en un 96,54%, es decir 2,15 millones más aproximadamente, mientras que la tasa de jubilados creció en 113,6% que equivaldrían alrededor de 324 mil adultos mayores.
Aunque los afiliados superen en gran medida a los pensionistas, en términos reales, el hecho de que la tasa de variación esté por sobre la de los afiliados evidencia el escenario complejo el cual se enfrenta el sistema y que se profundizará con el tiempo. La estructura demográfica del Ecuador tiende a envejecer, por lo que debilita cada vez más al sistema de seguridad social.
En la actualidad, un jubilado se sostiene con los aportes de ocho afiliados, pero para el 2058 un estudio actuarial, presentado a finales de 2019, estima que dos activos deben sostener a un afiliado.
En los primeros años del este periodo presidencial se implementaron medidas masivas para que los empleadores cumplan con las obligaciones de sus trabajadores, entre estas el seguro social. Por ello en esos años se registran tasas de variación de hasta 15 puntos, no obstante, no ha sido sostenible en el tiempo. Además, en 2015 a causa de la Ley de Justicia Laboral el Estado dejó de aportar el 40% estipulado, de tal forma que el IESS tuvo que usar sus ahorros para cubrir el déficit que esto le generaría, representando desinversiones por $ 1.700 millones cada año. En 2018, la Corte Constitucional finalmente lo declaró institucional y ordenó al Estado volver a contribuir, pero desde allí solo ha cumplido con el 28% de los pagos.
Gráfico 1
Tasa de variación afiliados, pensionistas y personas con empleo pleno entre 2008 a 2019
El COVID solo ha empeorado esta situación, los pagos del Gobierno siguen sin ser cubiertos, hay una caída de las afiliaciones, incremento de morosidad en los créditos y mayor demanda en servicios de salud y medicamentos. El BIESS es la institución a la que acude el IESS cuando no dispone de los fondos suficientes para cubrir sus operaciones; sin embargo, no dispone de activos líquidos, pues se han invertido la mayoría por lo que en la actualidad la seguridad social enfrenta problemas de liquidez.
Por: Karen Lucero, redacción revista GESTIÓN.
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Last modified on 2020-06-18